Socialismo reflexivo (IX)

Contra la alienación

Sin duda que la planetización de las comunicaciones es uno de los más
grandes acontecimientos de la ciencia tecnológica. Pero esos medios, al
igual que los de producción, están en manos de los grandes monopolios, de
ahí que estemos en un conflicto inexorable, la manipulación permanente
globalizadora de la realidad mundial.

No tengo ninguna duda, pero ese proceder es la dictadura feroz del capital
salvaje, este emplea a perfección todos estos instrumentos para su provecho,
para dominar el mundo, transformarlo ideológicamente a tenor de los
intereses y deseos de su perversidad. Es la transmisión de órdenes para
ejecutar desde los escritorios del propio poder que no es otro que el de los
grandes ricos del mundo, sin ninguna oposición critica. En una palabra como
lo señaló Marx, esta es la alienación de la alienación. Ya no hay necesidad
de hacer manuales, ese tecnicismo es el verdadero sistema social del
capitalismo, es un nuevo modo de introducir la forma de cómo se tiene que
pensar y además sirve para tranquilizar las conciencias de quienes siguen a
pie y en puntillas la ideología del sistema establecido. Poco importa que
sea verdad lo que dicen esas imágenes, lo cierto es que las masas enmudecen
y se basan en mentiras que se venden como verdades. Es el modo sofisticado
de las grandes sutilezas, es así como las mayorías se convierten en
peculiares eunucos intelectuales. Esta forma demuestra con crudeza el asalto
a mansalva de los pensadores del imperio quienes no han vacilado para
lanzarse como buitres sobre las verdaderas formas de pensar del hombre
libre, justo y humano. Es así como socialistas que debemos entender que el
problema de la alienación es histórico, ideológico y económico y tenemos a
base de estudio y análisis que desenmascarar esa tergiversación doctrinaria
para poder estructurar una verdadera conciencia humana.


Vigencia Bolivariana
¿Qué significación tiene, en este momento político, cuando América y el
mundo se sacuden entre las garras de una de las mas perversas crisis que
tenga en su historia; cuando todos los pueblos del planeta padecen los
desgarramientos de sus angustias para volcarse en sangre esperanzadora
contra las infamias, los ultrajes, los robos, la explotación descarada del
imperio, cuando una marejada de insatisfacciones ante programas y tratados
por todos los contornos; lo que buscan es quebrarnos y llevarnos a una
agonía perenne social? El camino es unirnos, juntarnos, para levantar las
banderas del bolivarianismo, viejas, ruidas, por la corrosión del tiempo,
pero contemporáneas y nuevas por antecesoras y heroicas de imperios y
republicas que hoy nuevamente yacen en escombros y que es necesariamente
volver a limpiar, renovar, ante ese imperio podrido y deshumanizado que nos
ha impuesto sus horrores privilegiados para podernos encadenar.

¿Cuál es la razón hoy para que el bolivarianismo, su pensamiento, su
doctrina, hundida por las contradicciones de los intereses y por la
mediocridad rencorosa de algunos mandatarios contemporáneos, tenga que
regresar hoy? Es la acción política de la libertad, es el combate para la
justicia y es el verbo protector implacable contra esa acciones viles y
crueles en que nos han sumido los nuevos fariseos, es la proyección en la
búsqueda que andan los pueblos, es la gesta que nos presenta sus relieves de
absoluta vigencia histórica donde los pueblos oprimidos, esclavizados,
pueden encontrar su verdadera liberación.

En la búsqueda de su norte, el bolivarianismo manejan la experiencia del
mundo antiguo y del moderno contemporáneo, su doctrina tan anticuada como la
quieren hacer aparecer sus mas terribles detractores, es una transición al
postmodernismo libre que se nos viene encima. Progreso, emancipación,
pueblos generadores del mismo bolivarianismo. Lo histórico deja de ser un
paréntesis irracional, que solo se leía para una insondable racionalidad
divina. No, despertamos y encontramos todo lo contrario, la historia, así
como fue hecha, ahora es un camino que se junta con el de Marx, con el de
Cristo y se hace empresa donde el mundo adquiere lógica, es decir, tenemos
sentido y queremos ser dueños de nuestras identidades político, sociales y
económicas.

Esta no es una revolución nueva, no, es la continuidad política y social que
toma la base de Bolívar. Habla la modernidad desde la experiencia de
nuestros pueblos, desde las masas, desde esa extensión, mistificación
racionalizada. Política y guerra, nuevamente en la idea de libertad,
justicia e igualdad, escena revolucionaria planteada de nuevo en la edad
moderna para la posibilidad de convertirse en una época inconmensurable,
definitivamente nueva, pues nuestros pueblos caminan a la integración de un
socialismo espectacular tensado por la fuerza de las necesidades, es una
nueva revolución actuante y nuestros pueblos son los héroes, ellos han
percibido la enorme distancia entre el desierto abierto. En que se nos ha
sometido vivir y la doctrina de la salvación que tenemos que sembrar unidos
para que las nuevas cosechas no estén mas condenadas por la tragedia en que
nos sumió el imperio norteamericano.


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Víctor J. Rodríguez Calderón


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