Resistir y combatir

Recientemente un grupo de presunta “izquierda” se manifestó contrarios a la unidad Revolucionaria y decidieron ir a la convocatoria electoral del 6 D por separado.

Algunos de ellos han dicho que su deslinde electoral es por las diferencias que ahora tienen con el Gobierno de Nicolás Maduro. Cosa que extraña, pues estuvieron en el Gobierno, y nunca dijeron nada sobre sus contradicciones, diferencias y/o disconformidades.

Bastó que llegaran las elecciones parlamentarias, para saltar al abismo de los reconcomios y disparar contra el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro a discreción de su “despecho”. Se pudiera decir, que la infeliz acción divisionistas fue planteada para presionar su posicionamiento como candidato del Gran Polo Patriótico, pues conocido es, que a esa ridícula conducta, algunos aletargados y contaminados por los vicios de la viveza criolla, lo llaman “política”, aunque no pase de ser un ridículo chantaje, que atenta contra la unidad de los patriotas en esto tiempos de asedio y guerra multifactorial.

Todos sabemos que este proceso electoral tiene dos grandes retos, por un lado rescatar a la AN como institución del Estado, para continuar en la profundización del modelo democrático participativo y protagónico que caracteriza a la revolución bolivariana y está impreso en la Constitución de 1999; y por el otro, lograr mayorías revolucionaria, toda vez que los criminales ataques de la derecha bozaleada por los imperios (EE. UU. y UE), si bien no han causado el caos esperado por ellos para derrocar al Gobierno Bolivariano y Chavista del Presidente Maduro, no es menos cierto, que ha logrado que una parte de la población descargue contra él la responsabilidad de los sufrimientos vividos.

En ese marco referencial, los neo conversos a la derecha; la izquierda sin trabajo social; junto a los cobardes, vendidos y negociadores de cargos y puestos, al lanzarse como jauría sobre el Presidente, han caído en la vacuidad perfecta, donde van a parar los traidores, pues ahora no lo quieren, ni en la oposición que los aplaude y menos aún, en las filas del chavismo, donde alguna vez tuvieron notoriedad.

Como prueba a lo antes dicho, basta leer sus declaraciones, opiniones y/o elucubraciones sobre la situación del país, para notar de inmediato como coinciden con lo más recalcitrante de la derecha, aunque se llenen la boca de citas revolucionarias.

Bien lo definió el comandante Fidel Castro: “revolucionario es sentido del momento histórico”, y siguiendo en esa línea; es un compromiso de vida que lleva a quienes lo asumimos, entre el debate y la dialéctica, pero jamás en la negación de los objetivos históricos planteados para la transformación.

Vamos a las elecciones parlamentaria este 6 D; bajo el fuego enemigo del imperio y sus secuaces, afines y conexos; y en medio de una guerra económica, que ha provocado que los niveles de vida estén al borde de la sobrevivencia, pero no se puede negar los esfuerzos que hace el Presidente Maduro para sobrellevar la vida y el compromiso con un pueblo mayoritariamente consciente, que a pesar de las circunstancias, emprenden todas las alternativas que tenga a su disposición y la revolución le provea; la mejor de ellas, el aseguramiento de nuestras relaciones internacionales, las cuales han permitido aclarar quien es quien en esta batalla.

La consigna es resistir y combatir y eso en las filas de la revolución nos obliga a dar lo mejor de nosotras y nosotros hasta derrotar al enemigo imperial e imponer el debate político por encima de las aventuras terroristas y golpistas. Esa es la carta de navegación de la revolución, la que nos legó Chávez y Maduro sigue al pie de la letra. Vamos a elecciones, convencidos de estar en lado correcto de la historia. Nos estamos jugando el destino del pueblo, pues la revolución es el pueblo organizado y dispuesto a triunfar. Quien tenga dudas, miedo o este molesto porque ve errores u omisiones en el accionar gubernamental, tiene el deber de manifestar su inconformidad, pero jamás tendrá el derecho de desconocer la lucha por la construcción del Socialismo Revolucionario, Bolivariano y Chavista por el cual debemos preservar el poder y el marco de libertades que solo la democracia revolucionaria que juramos construir, puede dar.

En conclusión, no hay alternativas frente a la lucha, el imperio trabaja en todos los niveles para convencer a la humanidad que aquí hay una dictadura y la Asamblea Nacional que vamos a elegir, es un golpe certero contra sus aspiraciones por destruir a la Revolución con ese pretexto, ya que le será imposible sostener que en este país, no hay una democracia activa y pujante, plural y comprometida con la Paz y la autodeterminación.



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Ángel Rafael Tortolero Leal

Profesor Investigador Titular en la UNERG, Diplomatico Ex Embajador, Analista Internacional, Miembro del Centro de Estudios Socialistas Jorge Rodríguez. Internacional Bolivariana y Miembro de la Línea de Investigación: Políticas Publicas y Pensamiento Contra Hegemónico. Militante del PSUV

 angeltortolero@gmail.com      @ANGELTORTOLERO1

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