Una vez más, el gobierno de Venezuela vuelve a demostrar al mundo lo que es la grandeza humanista bolivariana. La disposición clara e incuestionable de socorrer con oxígeno al pueblo brasileño de Manaos, víctima de la irresponsabilidad criminal del gobierno Bolsonaro, se convirtió en el centro de los noticiarios brasileños y de las tendencias en las redes. De repente, el maldecido gobierno del "dictador" Maduro reveló que el rey fascista de Brasilia está desnudo y que las ropas que visten algunos "demócratas" son piezas elegantes solamente para quien ve de lejos. De cerca, se nota que están completamente rasgadas, especialmente a la hora de opinar contra un gobierno revolucionario real que a toda costa pretenden encuadrar en su dogmática e impotente teoría "liberal democrática".
Frente a un hecho político que los medios fueron obligados a divulgar, bolsonaristas y "demócratas" han guardado absoluto silencio. Ambos, curiosamente, coinciden en que no pueden darle ningún crédito a Maduro, el "dictador". ¿¡Imaginen comprometer su pureza democrática posando al lado de ese "régimen"!? Por eso el candidato que ayer, mañana y siempre se considera "el único capaz de vencer a Bolsonaro" aplicó de nuevo su teoría de la calculadora. La vez pasada, para no comprometerse y fortalecer el campo democrático y popular, viajó para Europa. Ahora se comporta como si la iniciativa de Venezuela no existiese. Así no molesta a sus pretensos y futuros acuerdos electorales por la derecha, pensando en su obsesión presidencial en 2022.
Mostrando el sentido común que los liberales demócratas usan apenas cuando les conviene, el gobernador del estado brasileño de Amazonas, Wilson Miranda, electo en la ola bolsonarista, agradeció sin dudar al gobierno venezolano.
Por el campo democrático y popular, la respuesta clara, de compromiso y sin vacilaciones fue dada por el ex-presidente Lula, la principal referencia nacional del Brasil humanista, libre y soberano. Dijo Lula: "... saludo al gobierno del presidente @NicolasMaduro, de Venezuela, que en un gesto de solidaridad latinoamericana, ofreció socorro y transporte de oxígeno a la ciudad de Manaos". Una lección de grandeza que desenmascara la miseria sectaria de aquellos que por detrás de una verborragia democrática, tratan de ocultar que padecen del Síndrome de Venezuela.
Se trata de un conjunto de individuos que, recurrentemente, sienten una compulsión psicológica disfrazada de crítica política, para posicionarse contra "gobiernos autoritarios sustentados por el Ejército, con apoyo popular (como Maduro)". O, que de forma surreal, atacan al gobierno de Venezuela cuando están hablando de otro asunto. Fue lo que ocurrió en la segunda vuelta de las elecciones municipales en Porto Alegre. Hubo personas que a la hora de declarar su apoyo a Manuela D'Ávila, creyeron pertinente dejar claro su "no apoyo al régimen Venezolano". Como se dice popularmente, que tienen que ver los pelos del c... con los de las pestañas? ¿Cuantos votos ganó Manu con esa importantísima declaración? Puro fanatismo "inteligente" contra Venezuela.
Voy a ser claro y sin medias tintas: quien no tenga la grandeza de defender la revolución bolivariana (manteniendo sus críticas), está incapacitado moral, intelectual y políticamente para luchar por un Brasil democrático, libre, soberano e independiente, capaz de llevar adelante políticas sociales en favor de las grandes mayorías. Quien no entienda que la lucha contra las fuerzas conservadoras y reaccionarias en su país solo tendrá resultados favorables si ella está articulada con la lucha de los países, gobiernos y pueblos que están construyendo el nuevo mundo multipolar que emerge, pertenece al pasado y se encuentra completamente por fuera de las luchas reales que ocurren hoy en el mundo.
Al contrario de ellos, el ex-presidente Lula, simbolizando la sabiduría de las fuerzas democráticas y populares de Brasil, prueba que conoce la importancia estratégica de la construcción de la Patria Grande Latinoamericana y Caribeña. Lula tiene plena consciencia que la unidad de nuestro continente es vital para apalancar ese mundo nuevo que los pueblos en lucha están construyendo.
¡Fuera Bolsonaro!
¡Viva la unidad de la Patria Grande!