¿Quién lo diría, no? Esta columna, en esta fecha, 27 de abril de 2.021 arriba a su edición número 200, y vaya desde aquí mi agradecimiento y mi abrazo a tantas personas y camaradas que siempre han tenido la deferencia de leer estos modestos aportes y de hacer llegar observaciones y sugerencias en aras de siempre poder hacerlo mejor.
Incluso saludo a aquellos que se activaron para tratar de amedrentarme y de que cese en la labor de escribir. Pues cuan equivocados están y ahora es cuando más lo voy a hacer.
Y sobre todo, habiendo tantos temas y tanta tela que cortar en cuanto al acontecer de mi país y a nivel internacional.
Luego de hechas estas consideraciones, entremos sin más preámbulos en la materia que hoy nos ocupa.
Ya en anteriores entregas, y luego de una evaluación concienzuda y pormenorizada, habíamos venido advirtiendo sobre la existencia de un plan desestabilizador, de un plan de gran envergadura, a los fines de lograr el derrocamiento del gobierno bolivariano hoy encabezado por Nicolás Maduro. Y ya vemos que el tiempo nos fue dando la razón a algunos y algunas.
Credit Suitsse ha sido una de las analistas de riesgo responsable y detonante de los más recientes ataques a la Revolución Bolivariana, al pronosticar perspectivas positivas a Venezuela en este año, eso si tomamos en cuenta que se refieren a un país asediado y bloqueado. Hay gente que realmente no tiene paz con la miseria, y sencillamente cualquier respiro que pueda tener el país y cualquier iniciativa que contribuya a solventar los enormes problemas que hoy tenemos, deben ser descarrilados, es el pensamiento que algunos tienen.
Y bueno, como algunos por ahí señalan que la historia se repite, a veces como tragedia, a veces como comedia, pues no podemos olvidar que generalmente a finales de abril y comienzos de mayo, por lo menos en lo que a los dos últimos años se refiere, se han suscitado sendas intentonas para derrocar al Gobierno Bolivariano.
La primera, que se dio en el año 2019 con la fuga de Leopoldo López de su casa, y de la insubordinación de un reducido grupo de funcionarios del SEBIN y de la FANB con la toma del Distribuidor Altamira, y cuya asonada fue conocida como "la rebelión de los plátanos". Eso fue el 30 de abril de ese año, empezaba la aventura del interinato de Juan Guaidó en aquel entonces.
El año pasado, casi que al calco del anterior, se registra durante una semana eventos violentos por parte del líder negativo Wuilleisys en Petare, que no era más que un "trapo rojo" para lo que venía del desembarco mercenario de la "Operación Gedeón" ocurrido durante los días 3 y 4 de mayo del año pasado en Macuto (La Guaira) y Chuao (Aragua).
En aquel entonces, pensó la administración Trump que por darse la pandemia, el gobierno de Maduro estaba "más debilitado" y, por ende, era el momento de atacar y de lograr, por fin, pensaron los del norte, en salir de una vez por todas de Nicolás Maduro.
Pero no contaban con que los organismos de seguridad e inteligencia del Estado venezolano manejaban buena información de los planes en marcha, y estaban muy bien preparados para repeler y neutralizar el plan mercenario que estaba en marcha, lo que desconcertó a los terroristas ante la reacción y respuesta de éstos.
En ese sentido, fue cuando al observarse durante el mes de marzo y abril los acontecimientos de Apure, y lo que ha venido suscitándose en las últimas semanas en la Cota 905, ya fuimos de los primeros, y por el patrón seguido, que advertimos sobre la existencia de un plan mayor, para la desestabilización, una vez más, de la Patria de Bolívar y Hugo Chávez.
En anteriores entregas, incluso y gracias a la colaboración del equipo, nos permitimos plantear una línea de tiempo sobre los más recientes eventos terroristas acaecidos en el país, en el marco de la activación de una nueva fase de las operaciones de cambio de régimen que impulsa ahora la administración de Joe Biden en contra de la República Bolivariana de Venezuela.
Solamente habría que agregarle el reciente video divulgado recientemente del pretendido Comisionado de Seguridad e Inteligencia del gobierno imaginario de Guaidó, me refiero al prófugo de la justicia venezolana Iván Simonovis, quien delató los planes terroristas, al establecer el vínculos de los combates que vienen suscitándose en el estado Apure, y los eventos que vienen registrándose semana tras semana en la Cota 905.
En el referido material audiovisual, señaló Simonovis que los eventos en Apure y de la Cota 905 obedecen a un mismo plan. Y que tienen en común que ambos planes buscan lograr el caos en el país.
Como lo registra el portal web Lechuguinos.com , en sus señalamientos, Simonovis ha indicado que los referidos eventos forman parte de la guerra híbrida "cuyo objetivo final es lograr la disfuncionalidad del país hasta lograr que todo colapse. Nada es casual y todo obedece a un plan bien estructurado ya hace varios años", dijo.
Como se diría en términos muy coloquiales: A Simonovis se le fue el "yo-yo" respecto a los planes de la extrema derecha y EEUU con respecto a las operaciones de cambio de régimen en Venezuela.
Por ello, aunque en buena parte de la idiosincrasia de nuestro pueblo, se clama por una intervención tipo "manu militari" en la Cota 905 y en el propio Apure, ya en ediciones anteriores dimos una explicación somera de las razones de carácter estratégico del por qué no se aplican las mismas, aunque algunos ya las quisieran.
La primera la resumió la propia Ministra del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz y Vicepresidenta Sectorial de Seguridad Ciudadana, la Almiranta en Jefa Carmen Meléndez Rivas, quien en el programa "Aquí con Ernesto" del pasado domingo 25 de abril, expresó que a los grupos delincuenciales se les intervendrían con "operaciones quirúrgicas", a los fines de que no mueran personas inocentes, en caso de que nuestros cuerpos policiales, militares y el Poder Popular deban aplicar lo que nuestro modelo policial define como el uso diferenciado y proporcional de la fuerza.
También el día de ayer lunes 26 de abril de 2021, el Comisario y Director General del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), Douglas Rico, habló de las mismas razones estratégicas, y reveló conversaciones con los líderes negativos de esas bandas (todos están identificados) en el eje que va de la Cota 905, La Vega, El Paraíso, El Valle y El Cementerio, para que estos depongan su actitud violenta. Si estos no agarran el carril, pues, ya los cuerpos de seguridad saben lo que tienen que hacer. Como dice el camarada Diosdado Cabello: "El que entendió, entendió…"
Es decir, la Cota 905 en el año 2.021, al igual que Petare en el 2.020, es el "trapo rojo" y la distracción de una operación de mayor envergadura contra el país, y ese "peine" no lo podemos ni debemos pisar.
Y para muestras dos botones: "El Picure" fue dado de baja en el año 2.016 por los lados de Guárico, si la memoria no me falla, por resistirse a las autoridades. También está el caso del terrorista Oscar Pérez, dado de baja y su grupo el 15 de enero de 2.018, también por responder con fuego al despliegue de las autoridades policiales y militares.
No pregono la muerte del líder de la banda de El Coqui, pero en caso de resistencia de la autoridad, los cuerpos policiales y militares en uso de su legítima defensa, pueden perfectamente aplicar el uso diferenciado y proporcional de la fuerza a los fines de preservar la paz del país.
Y ante estas circunstancias, con las adaptaciones propias de esta época de pandemia, repito las máximas del propio Presidente Nicolás Maduro, en la que sin dejar de mantenernos alertas, debemos seguirlas a pie de juntillas para poder salir airosos, una vez más, de estos nuevos ataques y amenazas contra el país.
1.- Nervios de acero.
2.- Calma y cordura.
3.- Máxima conciencia, disciplina y movilización para defender la Revolución
Esas son las tareas en estos momentos
Ahí se las dejo camaradas y compatriotas
¡Bolívar y Chávez Viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!