¡Sonaron cuatro balazos! Justo cuando nos enteramos de la renuncia del compañero Simonovis al Consejo de Seguridad del gobierno del interino, comprendimos que la guerra estaba a punto de perderse. De un solo tiro el hombre nos dejó con los ojos claros y sin vista. Lo malo de todo esto es que ese hombre parece que no tiene sustituto, aunque todos sabemos que en este país, y sobre todo en nuestras filas, sobran los hombres de armas tomar. Lo que pasa es que por lo visto no es el mejor momento para volver a tomar las armas con el interino, quien por cierto, no sabe a quién renunciarle porque se autoproclamó y Trump lo dejó allí colgando de la brocha gorda. Y ahora todos quieren salir a votar el 21 de noviembre y el interino no tiene palabras para convencer a nadie para que no vayan. Es decir, que nuestro falso gobierno se quedó sin jefe de seguridad, sin el hombre que podía, casi por si solo, salir de la dictadura y que estuvo, porque así lo dijo, en la operación Gedeón, esa cosa en que nos metimos y pagamos todos los dólares del mundo, haciendo una ridiculez marina, pero menos mal que ya todo se olvidó que te olvidé, y que hasta j. j Rendón, el hombre de negro, anda contentísimo porque ese fracaso lo apartó de su curriculum.
James Story, nuestro embajador en Colombia,-ojalá que esté bien ante todo ese peo que está pasando allí con los compañeros Duque y Uribe- dijo que se podía negociar para ir a las elecciones, y parece que ya la vaina es pescado salado en el pueblo. Todo el mundo sabe que vamos a las elecciones. Estamos tan jodídos que si nos sentamos en el pajar, nos clavamos la aguja que tiene años perdida. La gente ya no se deja joder por nosotros, a pesar de que les decimos que estamos negociando para ganar, ellos quieren sangre, violencia, armas, quemas, y de paso, ahora sin Simonovis, hay que buscar urgentemente una tarjeta que nos permita ir a las elecciones. Menos mal que el compañero Bernabé está llamando a la unidad, nada de ir atomizados, dijo "el viejo roble adeco", claro, porque él es el dueño de la tarjeta blanca y sabe que con esa tarjeta de crédito puede sacarle el mayor valor posible, y en eso anda. Quien todavía permanece en su motor de la abstención es Espoleta Allup, lo que pasa es que todavía no le han dicho nada desde Estados Unidos, porque en cuanto le digan que tiene que participar, sale a decir que "nosotros siempre hemos creído en la democracia y vamos a darle". Así apoyó las elecciones anteriores, pero desde allá, desde el país de los estados juntos, le dijeron una vaina y se echó para atrás y se quedó calladito porque la familia, la propiedad privada y el estado omnipotente nos llaman.
Y quien anda gozando una bola y parte de otra es Embajada Radonski. Sabe que él único líder que nos queda en este momento es él. Y muerto de la risa salió a dar una entrevista en el diario de España, El País, que de paso, nos ha ayudado que jode a tumbar al dictador, pero parece que se cansó de esa vaina. Y allá, en El País dijo que hay que participar y descargar esos votos en noviembre. Así que el interino no sabe en qué palo ahorcarse en este momento, pero lo que sí sabe es que tiene el dólar parejo como para irse a vivir en una isla griega para llenarle la nevera a Fabi.
El papá de Margot leyó la carta de renuncia de Simonovis en su twitter. Se puso de pie y dijo: "Esto es un disparo al corazón de la oposición. Se dispararon las alarmas y los precios. Sin Simonovis se nos pone más pequeño el mundo. Y este autoproclamado que tenemos es tiempo de que se deje de pendejadas y se vaya con sus reales a otra parte". Y caminó hacia al cuarto. Llegando a la puerta se volvió y nos vio a Margot y a mí, y sonrió. Agarró la puerta y le metió ese coñazo con toda la fuerza de su alma y los vecinos gritaron a coro: "Temblor. Temblor"
-Aquel día, Rosita estaba de suerte. De tres tiros que le dieron, solo uno era de muerte.- me canta Margot.