No tengo ánimos de entrar en una pelea estéril con, por ejemplo, la articulista Amaranta Rojas quien subrepticiamente está invitando a la división del PSUV, Partido Socialista UNIDO de Venezuela, creado por el Presidente Hugo Chávez.
En primer lugar, porque no estoy preparada para ello, como sí parece se preparó Amaranta revisando con particular celo las divisiones anteriores que hubo en los varios partidos políticos venezolanos, planteando que ha sido un hecho histórico para los venezolanos. Y nombrando pomposamente políticos que formaron parte de esas iniciativas.
Pero sí tengo algún conocimiento, y ojalá Misión Verdad publicase una extensa revisión de ello, del fracaso de iniciativas socialistas exitosas como la de Chile, encabezada por Salvador Allende y el partido UNIDAD Popular, fracaso provocado, además de la injerencia imperial, por los traidores de siempre, internos, de la oligarquía, como también fue alimentado por sectores disidentes de izquierda, que picaron el anzuelo y contribuyeron en gran medida a casi cincuenta años de dictadura y falsa democracia que ¡al fin! parece estar deshaciéndose, pues como señaló un conocido compañero chileno "la derecha está en retirada".
Y no lo escribo sólo por el infeliz artículo de Amaranta, sino por todos aquellos voceros que acusan a este gobierno de no ser chavista, como le oí hace pocos días a Oscar Figuera, secretario general del Partido Comunista de Venezuela, siendo entrevistado por Vladimir Villegas. Y entiendo que ha sido sometido a vejaciones dentro del recinto de la Asamblea Nacional, y que Jorge Rodríguez muestra preocupantes señales de autoritarismo, pero de ahí a decir que ¿el gobierno bolivariano no es chavista? O ¿que es un gobierno neoliberal?
No sé ustedes apreciados lectores que me brindan la cortesía de sus lecturas, y a veces sus comentarios, pero yo entiendo que no siempre es posible mantener una rigidez en los planteamientos ideológicos, y sobre todo en la dinámica de las actuaciones y respuestas que deben darse ante agresiones enormes que el Gobierno y el país todo está recibiendo.
Me parece descabellado llegar a afirmar que este Gobierno no es chavista. No sólo Oscar Figuera, sino también el coordinador de Redes, Juan Barreto, otrora aliado estrecho del Gobierno Bolivariano, al cual hoy se refiere como una "comiquita trágica". Bochornoso.
Y otros, como el arado y el mar lanzando improperios imposibles de leer.
No entraré a discernir sobre esa izquierda que, groseramente, escribe Amaranta, se tragó a Chávez sin digerirlo, y hoy está indigesta. Lo que me parece inconcebible es que se usen términos como que Chávez es un capital, que ¿garantiza para el partido los dividendos que se buscan? Y que además plantea la unidad como el factor que le da rentabilidad al negocio. ¿No suena a un debate de economía neoliberal, usando la figura de Chávez?
Como tampoco es cierto que en el PSUV no exista una figura con un fuerte liderazgo político capaz de plantear una lucha de ideas. ¿Cuál lucha de ideas? Todas las ideas esenciales fueron ampliamente construidas y planteadas a lo largo de los años en que tuvimos a Chávez de Presidente, y que sus herederos políticos, los que aún están al frente, entendieron, asimilaron, y se propusieron continuar, hasta poner en juego su propia vida de ser necesario.
Y están dando el todo por el todo, luchando en desigualdad de condiciones, manteniendo una postura alejada de las pretensiones del imperio, y evitando, necesariamente con nuevas ideas, nuevos métodos, nuevas proyecciones, caer en el retroceso y perder nuestros avances como nación soberana.
Ciertamente con enormes dificultades, limitaciones, errores, hasta traiciones, pero siempre con la visión en un futuro donde mantengamos la independencia y además el uso de los recursos del país para los venezolanos, buscando la igualdad de condiciones. De no lograrse esto, estas nuevas iniciativas, ¿cuál es la perspectiva?
¿Qué fue lo que no entendieron de mantener la UNIDAD? El enemigo está afuera, y por desgracia, también lo tenemos adentro, sirviendo los intereses de aquellos y haciéndoles el juego.
Pero ¿chavistas que han estado al lado de Chávez, conociéndolo de cerca, entendiendo y vibrando con sus ideas, planes, razones, propósitos, dispuestos en ese particular momento a luchar junto a él?
No tengo dudas de que existirá malestar dentro de las bases del partido, habiendo miles de personas con deseos de figurar y ser parte del gobierno. Una parte de esas personas, ojalá no en forma significativa, forman parte del mismo grupo de venezolanos que, en algún momento, se beneficiaron deshonestamente con las remesas, o incluso con los viajes a buen precio gracias a Cadivi, o de créditos blandos que pagaron en bolívares aprovechando el gran diferencial cambiario, o de haber formado parte de algún Consejo Comunal que le aportó prebendas, no siempre las más éticas. Y ahora quieren continuar en cargos de poder.
En otras oportunidades he planteado esta reflexión, así como que, en lo personal, no creo en los partidos, pero parecen ser necesarios para agrupar la expresión política y ubicar las luchas sociales dentro de un marco institucional y democrático.
Y al Partido Socialista UNIDO de Venezuela lo creó Chávez, como siempre lo recuerda Diosdado, pero muchos no recuerdan (y botaron por la borda) el pedido de UNIDAD, como primer requisito para ir a la lucha, batalla y victoria.
Una sugerencia: para la elección de gobernadores, alcaldes, etcétera, en las próximas mega elecciones que tendremos, escojamos aquellos que muestren una historia de verdadero trabajo por la gente, aquellos que se han sacrificado por lograr nobles objetivos.
Acá en Miranda, Héctor Rodríguez, y en Carabobo, ¡Rafael Lacava! Amaranta, en Margarita no dejes de votar por Dante Rivas.