REINVENTAR UN NUEVO TIPO DE LIDERAZGO
I.- UN RUMBO INCIERTO
El proceso político venezolano sigue su rumbo, aunque lo más apropiado es decir su despeñadero. El mismo de hace más de una década, unos ochos años para ser más exacto. El gobierno dando tumbos de un lado al otro, sin planes, sin proyectos, sin ruta; del otro lado la oposición, sin planes, sin proyectos, sin ruta. Sus parecidos son tales que cuesta diferenciar quien es quien a la hora de los discursos y las praxis. Debo puntualizar otro elemento. No es apropiado hablar del gobierno en singular, como tampoco es la oposición en singular. De manera que lo propio es decir los gobiernos y las oposiciones. En efecto, quienes gobiernan en Venezuela lo hacen a partir de alianzas entre mochos. Son mochos que se necesitan para poder andar; pero como dice un preclaro filósofo tropical "el que anda con cojo, cojea". Del otro lado, las cosas son más complejas hay mochos, tuertos y uno que otro ciego, por ello se tropiezan, no ven bien y en no pocos caso no se reconocen entre ellos en absoluto.
En Venezuela luego de la desaparición forzada de Hugo Chávez, el escenario político venezolano se desfiguró completamente. El caudillo llanero logró crear una atmosfera artificial de polarización a la cual le sacó el mayor jugo político posible. O se le amaba o se le odiaba, pero no había ambivalencia; o eras su fiel cancerbero o su enemigo a muerte. Con todo y eso el autoritarismo de Chávez tuvo sus bemoles. Fue capaz de perdonar a quienes lo atacaron e intentaron, infructuosamente, sacarlo de poder; sus sucesores persiguen hasta la muerte. Su arrollante personalidad no permitía sombras de ningún tipo, por eso se encargó de secar a quienes por alguna razón podrían hacerle sombra. Esa Venezuela ya no es. Había un solo gobierno al mejor estilo de Luis XIV, EL ESTADO SOY YO.
En la Venezuela de hoy, no hay Estado. Existe la barbarie del quítate tú pa'ponerme yo. No hay un sólo gobierno, pero peor aún no hay Estado ni gobierno: a lo sumo franquicias. Lo que existe son camarillas, redes unipersonales, clanes civiles, empresariales y militares que entablan alianzas, urden zancadillas y otras malas mañas. Del otro lado el de las oposiciones, todos hablan de unidad pero nadie cree en nadie. No hay liderazgos creíbles, o en todo caso respetados por sus pares. De manera que lo que existe es un gran archipiélago político partidista en donde es muy difícil distinguir quién es quién. Los gobiernos están debilitados y las oposiciones también. En el medio de estos dos, aparente bloques contrarios, está la masa ingente de venezolanos que estamos asqueados de tanta hipocresía, sectarismo, torpeza, corrupción y fanatismo.
II.- EL NUEVO PROCESO ELECTORAL Y SUS INCERTIDUMBRES
Se presenta una vez más un proceso electoral. Las debilidades de los gobiernos son evidente. No tienen un líder que los unifique o lo conduzca, como zombis deambulan de un lado a otro, dando tumbos. Las contradicciones sobre la visión del país también lucen contradictorias. Las debilidades de las oposiciones, por otro lado, son muy similares, no tiene un liderazgo que los unifique, existe diversos caudillitos que desde de sus islitas se creen el Augusto César. Los gobiernos se sostienen fundamentalmente por los siguientes elementos: en primer lugar, una cartera de clientelismo que va desde los militares empresarios, empresarios de nuevo cuño, hasta las estructuras clientelares del partido-gobierno; en segundo lugar, por la represión, persecución y la intimidación; en tercer lugar, y a mi parecer los mayor fortaleza de los gobiernos, su campaña de desinformación. Este último elemento tiene varias aristas. Por un lado, la habilidad que han tenido para engañar sus partidarios más fieles de que este gobierno encarna los ideales de Chávez, esto les ha permitido tener un piso político leal para mantenerse en el control de los gobiernos. Otra cara de esa campaña de desinformación es convencer, aunque esto no lo asumen abiertamente, a quienes lo adversan que no vale la pena participar porque ellos siempre ganarán.
III.- LAS DOS VÍA, NO HAY UNA TERCERA
Dos vías hay para lograr sacar del poder a estos gobiernos nefastos: la vía armada y la vía lectoral, no hay tercera vías. La primera está descartada por una razón elemental no tenemos las armas, las armas la tienen ellos y han demostrado que no tiene escrúpulos para utilizarlas. Pero además, sería fratricida seguir soñando con enfrentar a venezolanos contra venezolanos; la izquierda venezolana tiene un largo historial de estos fracasos y hay que decirlo, algunos sectores, todavía no aprenden. Así las cosas, no queda otra que la vía electoral.
Este camino es muy sinuoso. Se necesita de una gran dosis de desprendimiento de las apetencias personales y partidistas si en verdad se pretende ir saliendo paso a paso de estos desgobiernos. No es cosa fácil. Las oposiciones se siguen desconociendo unas a otras. Una cosa es el discurso y otra la dinámica cotidiana. Debiera estar claro que el enemigo común son los desgobiernos; no obstante, se ataca con más saña a los posibles aliados.
IV.- EL ENFOQUE EUROCÉNTRICO DE LA POLÍTICA
Hay una estreches en la visión de la política. Se sigue manteniendo el esquema eurocéntrico de derechas e izquierdas; una herencia del siglo XVIII, que todavía nos negamos en trascender. Lo cierto del caso es que, para no desviarnos tanto de lo que pretendemos, cada vez se hace más difusos dichos campos. Lo cierto es que tanto los llamados partidos de izquierda como los de derecha siguen con los manuales que unidimensionan la sociedad a través de la estructura y la superestructura. De allí que siguen entrampados en una falsa dicotomía entre capitalismo y socialismo. La verdad verdadera es que hay un solo modelo de sociedad y es la sociedad capitalista. Esa es una verdad que por ser tan evidente, se niega. Una cosa es que el modelo capitalista es el único que existe y otra muy distinta en pretender que hay un solo modelo de capitalismo. El capitalismo que defiende los desgobiernos en Venezuela es un capitalismo ya superado, es el capitalismo del siglo XVI, el capitalismo que defiende cierta oposición es el capitalismo del siglo XX, que aunque más adelantado que el que plantea y ejecuta los desgobiernos en Venezuela también resulta obsoleto.
V.- CUÁL ENTONCES SERÍA LA RESPUESTA
La pregunta de las mil lochas es ¿Cuál es entonces el nuevo modelo que se propondría para Venezuela, que logre superar a estas dos propuestas? La respuesta, o en todo caso las respuestas no son expeditas. Como dijera el inmortal Mario moreno "Cantinflas" allí está el detalle. No sé cuál sería. Pero esto no debe amilanarnos. El hecho que ya descartamos dos caminos ya es un avance significativo, para ir hacia un nuevo derrotero. Una pregunta capciosa sería ¿entonces la salida es el socialismo? Sin temor a equivocarme respondería, ni mucho menos temor a mis antiguos compañeros de luchas, NI DE VAINA. La respuesta no puede ser un mecanicismo de etapas cual manual de la Academia de Ciencias de la antigua URSS hoy devenida en un Cartel de mafiosos. Lo que podemos adelantar es que este sistema capitalista está llevando el planeta a una muerte segura; pero además, hay que añadir, no tiene remedio, ya se han ensañado varias salidas y una ha sido peor que la otra. De lo que se trata es de ir construyendo entre todos la propuesta de un modelo distinto. Para eso se hace necesario la construcción de un liderazgo de retaguardia y no de vanguardia como hasta ahora se sigue proponiendo.
VI.- UN NUEVO LIDERAZGO DE RETAGUARDIA ANTES QUE EL VIEJO DE VANGUARDIA
¿Qué vaina es esa de un liderazgo de retaguardia? Hasta ahora, como herencia de ese eurocentrismo los partidos políticos venezolanos, todos sin excepción, se erigen como partidos de vanguardias. Algunos se autoproclaman como partidos de masas; pero en la práctica una minoría elitista decide y el resto lo acata. Este mecanismo perverso, entre otras cosas, ha llevado a que la inmensa mayoría que dice representar estos partidos, no crean en ellos. Así las cosas la vanguardia se trueca en una casta de elegidos que diciendo representar los interese del pueblo representan los suyos. Hay que sustituir este círculo vicioso que consagra una casta de elegidos que son tan vanguardista que pierden de vista, dejándolos atrás, a los interese de las mayorías que dicen representar, por un círculo virtuoso que opere en función de intereses colectivos.
Qué hacer en consecuencia. Desarrollar e impulsar los pequeños objetivos. El delirio de Chávez, como antes fue el de Carlos Andrés Pérez, de los grandes proyectos lo llevó a la tumba, física y políticamente. Ese Frankenstein que dejó como herencia es la peor herencia que nos pudo haber dejado. No se trata entonces de ninguna VENEZUELA POTENCIA, ni que ocho cuarto. De lo que se trata es de recobrar el funcionamiento normal de las instituciones, donde la independencia de poderes sea un mecanismo de peso y contrapeso contra los excesos. Recobrar el valor de los méritos, zapatero a sus zapatos. Civilizar la sociedad. Esto supone desmilitarizarla y despolicializarla. Rescatar el ejercicio pleno del derecho a opinar sin criminalización de ningún tipo ni de los desgobienros, pero tampoco de las grandes trasnacionales de la desinformación. Es importante rescatar la autodeterminación del país. ni gringos, ni chinos, ni rusos, venezuela independiente.
Este año puede ser una buena oportunidad para transitar hacia esa otra Venezuela que la inmensa mayoría de venezolanos soñamos. Por eso ese liderazgo de retaguardia debe construirse al lado de los que más viene sufriendo las consecuencias de este catastrófico desastre. Es el momento de rescatar el valor de empuje de la "clase" media venezolana, allí se encuentra un gran potencial que ha sido desdeñado para imponer trogloditas que avalan cualquier cosa por un puñado de frijol chino.
Reconocerse como opositor a este desastre, es reconocerse también como una pequeña parte de la retaguardia, no un Sol que opaca o encandila al resto. Falta entonces una gran dosis de humildad, para reconocer los errores, para entender que sólo tenemos parte de la verdad y que otros tiene las suyas, incluso a los que adversamos.