El Presidente de Cuba Diaz-Canel, meses atrás, rescató en una conferencia la importancia de la "inquietud revolucionaria" para alimentar permanentemente nuestra capacidad de luchar.
El Presidente Nicolás Maduro, siguiendo de manera ejemplar los pasos del Comandante Chávez, tiene 9 años demostrándonos tener esa inquietud rebelde. Ella le ha permitido presentarle a Venezuela las más variadas respuestas para resistir y vencer uno de los mayores asedios que haya sufrido país alguno en la historia. El pueblo ha pagado un alto precio de dolor y sacrificios por esa resistencia y por eso el Presidente nos ha convocado para un nuevo renacer que sea capaz de mejorar significativamente la calidad de vida de todos. Ha propuesto consolidar el proceso de Transición al Socialismo rumbo al 2030, para hacer de la Revolución Bolivariana un proyecto irreversible a cualquier intento de restauración capitalista.
La transición socialista ha sido definida como un período más o menos largo de marchas y contramarchas, caracterizado por la tensión entre "lo viejo que no termina de morir y lo nuevo que no termina de nacer". Por eso, Chávez nos propuso las "3R al cuadrado" del 2010. Era un esfuerzo adicional para fortalecer el nacimiento de lo nuevo derrotando lo viejo. Las 3R significaban Revisión, Rectificación y Reimpulso y ponerlas al cuadrado implicaba desarrollar las R de Recuperar, Repolarizar y Repolitizar la vida nacional. Cuando se acumula el desgaste humano al enfrentar por varios años las agresiones del imperialismo, es inevitable que lo viejo gane espacio contra lo nuevo. Entonces se hace necesario que alguien sea capaz de dar la voz de alerta para reagrupar las fuerzas y tomar un nuevo impulso. En diciembre del mismo 2010, Chávez nos decía que "muy de cuando en cuando" era necesario "volver a las raíces" para recordar que "nosotros estamos aquí para hacer una Revolución verdadera".
El Presidente Maduro acaba de hacer algo similar. Propuso las 3R.Nets, sensibilizado por los dolores, reclamos y quejas del pueblo que responden tanto a la agresión imperialista como a las fallas nuestras por dejarnos atrapar por lo viejo. Resumió sus 3R en un tuit: "Resistencia frente a las agresiones imperiales, Renacer del espíritu original de la Patria y el Revolucionar permanente para hacerlo mejor". Un proceso de reflexión colectiva acompañado de la participación fiscalizadora del 1x10 de las bases populares, rumbo a una amplia jornada de planificación nacional donde se escuchen las demandas del pueblo y se establezcan las prioridades para construir "una agenda concreta de acción que busque victorias tempranas".
Nos sumamos a esta convocatoria con una propuesta de reflexión y acción. Pretendemos aportar algo nuevo para nuestra Revolución. Queremos inspirarnos en Simón Rodríguez: "O inventamos o erramos". Buscamos respuestas para la insatisfacción que vive el pueblo.
Para entender el alcance estratégico que atribuimos a nuestro planteo, tomamos breves reflexiones surgidas del propio proceso bolivariano. Anticipándonos a los obstáculos que las 3R.Nets enfrentarán, debemos reconocer que el propio Chávez en vida, con toda su capacidad y energía, enfrentó las resistencias y dificultades que emergen a la hora de cambiar mentalidades y prácticas. Casi dos años después de las 3R al cuadrado, se vio obligado con su "Golpe de Timón" (2012) a sacudirnos a todos y su equipo. Lo recordamos por su fuerte reclamo sobre "Comuna o nada", cuyas dificultades para implantarse siguen vigentes, por falta de iniciativas nuestras y por la complejidad que implica establecer nuevas relaciones solidarias dentro de la vieja cultura capitalista que arrastramos. En cierto momento de su intervención, Chávez se valió de un chiste sobre unos indios que, impedidos de comerse un cochino, tuvieron la ocurrencia de bautizarlo como chigüire para burlar la prohibición. El Comandante usó el arma del humor para criticar ese autoengaño que practicamos al ponerle nombres nuevos a las cosas que siguen siendo viejas. El más utilizado: "socialista".
Las 3R.Nets deben enfrentar ese error de auto ilusionismo que está presente en nuestras fallas y que el pueblo siempre ha percibido. La gente compara discursos y realidades y saca sus conclusiones, aunque no diga nada. Por eso, sigamos la vigente recomendación de Chávez: "No le tengamos miedo a la crítica, ni a la autocrítica. Eso nos alimenta y nos hace falta".
Otro tema apenas comentado en el Golpe de Timón, que siempre preocupó estratégicamente a Chávez es su propuesta del "injerto socialista" para la transición. Más conocido como "Punto y círculo", autocríticamente nos hemos conformado con repetirlo sin valorar su importancia ni la complejidad de su implementación. El injerto contempla la propiedad social y el espíritu socialista de sus impulsores y en varias ocasiones el Comandante criticó la construcción de una fábrica o carretera al percibir que estaban hechas como si valieran por si mismas (el punto), sin articularse con su entorno (el círculo). Por eso habló de montar "una red que vaya como una gigantesca telaraña cubriendo el territorio de lo nuevo. Si no fuera así, esto estaría condenado al fracaso; esto sería absorbido por el sistema viejo, se lo traga".
Chávez era inminentemente práctico y se cuestionaba sobre qué cualidades debía tener un punto para que se expandiese por los círculos a su alrededor, o sea, como hacer que el injerto socialista impacte al resto de la sociedad: "como todo, para que un injerto tenga éxito como estrategia de propagación (…) tiene que comenzar siendo exitoso, sino que se va a propagar, si no lo que se puede propagar es el mal ejemplo, ¿verdad?". Más claro imposible. Si algo funciona mal, no tendrá apoyo de la gente y pocos se dispondrán a darle continuidad.
Punto y círculo desde la salud
Creemos necesaria una nueva modalidad del Punto y círculo. Proponemos convertir al sistema de salud de Venezuela en la vanguardia del injerto socialista. Un injerto de nuevo tipo, más inclusivo pues al contrario de una fábrica o carretera, este traería beneficios sensibles para los directamente involucrados y para los más cercanos en los círculos geográficos que lo rodean. Una salud revolucionada seria del interés de todos. Funcionando de manera muy eficiente, maximalista (buscando la perfección), se convertiría en una nueva retomada del Punto y círculo propuesto por Chávez. Traería un nuevo entusiasmo, contagiante y movilizador, un plus de alegría y de fortalecimiento de nuestra autoestima como pueblo. Un orgullo parecido al vivido con nuestros medallistas olímpicos, pero generalizado porque los atletas seríamos todos. La salud convertida en la vanguardia de la sociedad nueva, pero no la de los sueños futuros sino la que queremos empezar a vivir desde ya. Una estrategia inspirada en las 3R.Nets que arranque con la meta innegociable de convertirse en la referencia de calidad y trato humano de la Venezuela Potencia que nos merecemos. El punto de comparación con el resto de la sociedad. Que todos digan y repitan, lo excelente que funciona nuestra salud. Que sea para nuestro pueblo y para los pueblos del mundo que tienen sus esperanzas puestas en la tierra de Bolívar, el vivo y contagiante ejemplo de la sociedad humanista y solidaria en la que quieren vivir.
Soñamos con los pies en la tierra. Escogimos la salud por su indiscutible importancia para el Vivir Bien de todas las personas. El otro motivo es que simboliza con su mal ejemplo el cochino bautizado de chigüire usado por Chávez. Lo de pública, gratuita y de calidad es muy a medias. Fuera algunos ejemplos sobresalientes, incluido el exitoso método venezolano para enfrentar al Covid-19, nuestra salud es una mezcla de indolencia, burocratismo y corrupción que hacen de su día a día una experiencia desagradable muy alejada de la sociedad humanamente gratificante que reivindicamos. "Con la verdad ni ofendo ni temo" decía el General Artigas. Hablamos por experiencias vividas en Nueva Esparta con familiares convalecientes. Por relatos venidos de otras partes del país. De las revelaciones hechas por Jorge Arreaza cuando dio la batalla por Barinas y por denuncias públicas como la de Cabeza e´ Mango en Zurda Konducta.
Relatando una situación ocurrida en el Hospital de San Agustín del Sur, Mango se preguntaba ¿Qué estaba pasando? pues veníamos asistiendo los continuos pases del Presidente inaugurando y rehabilitando centros de salud, entregando equipos y medicamentos y, sin embargo, lo que la gente vive a diario contrasta con todo ese esfuerzo. Palabras más, palabras menos, la salud pública está privatizada material y espiritualmente. Los centros de salud funcionan como centros comerciales. El Estado aporta lo público y gratuito en instalaciones, equipamientos, sueldos, insumos y algunos medicamentos, creando toda una infraestructura donde opera una red de mercadeo que oferta por pasillos y corredores lo que no se encuentra a causa del bloqueo. Se consigue de todo "como en botica". Un ambiente de mercadeo sin humanidad, donde aprovechadores internos y externos manipulan las angustias de familiares que buscan atender a sus seres queridos. Si es una fractura, la prótesis que ya te advirtieron cuesta un realero, alguien te la consigue por un precio "mejor". Faltan rayos x, tomografías, exámenes de laboratorio o los implementos para hacer una cirugía, pero a pocas cuadras se consiguen en divisas. El secreto público mejor guardado, pero nosotros seguimos llamándolo de chigüire. Esa contrarrevolución silenciosa genera frustración y mucha rabia en el pueblo rodilla en tierra que resiste mientras percibe como algunos comprensiblemente se dejan abatir, ingresando a las filas de la apatía o de los ni-ni. Sin llegar por suerte a esos niveles de desorden e inmoralidad, la falta de insumos ha afectado también a los hospitales militares. Esperamos que nuestros hermanos de la FANB valoren la honestidad y compromiso de este planteo y que contribuyan a su debate y concreción.
Utopía, voluntad y decisión
La antigua Unión Soviética, con todas las fallas de autoritarismo y burocratismo que impidieron su desarrollo en términos más humanistas, alcanzó niveles de excelencia en algunos sectores. Se colocó a la vanguardia mundial en lo militar, aeroespacial y en varias ramas de la ciencia. Si fue así, a pesar de las distorsiones conocidas de ese proceso socialista, fue porque se tomaron deliberadamente decisiones para que esos sectores funcionasen de la mejor forma. Una voluntad política, acompañada de decisiones prácticas adecuadas logró probar la capacidad de la voluntad humana. Si aquella dirigencia burocratizada y alejada del pueblo logró hacer eso, ¿Qué no seríamos capaces de hacer los bolivarianos?
Poniendo en marcha una Revolución en la Salud con algunas de las cualidades que hemos mencionado y otras que ciertamente aportarían los Poderes Creadores del Pueblo, aceleraríamos de manera original la desafiante Transición al Socialismo. Venezuela aportaría otro ejemplo aleccionador para los pueblos del mundo justo ahora que la humanidad vuelve a replantearse el desafío centenario de Rosa Luxemburgo: "Socialismo o Barbarie".
Hablamos de convertir toda la salud en injertos socialistas que irradien con su ejemplo entusiasmando a toda Venezuela. Cada CDi, ambulatorio y hospital funcionando mejor que cualquier clínica privada. La Revolución brindando a todo su pueblo una salud de lujo muy diferente al exceso, el despilfarro y la suntuosidad capitalista. Lujo como excelencia bolivariana y socialista. Centros de salud mejores que los del primer mundo, diseñados con calidad por arquitectos, de muy bajo impacto ambiental, accesibles a la comunidad, funcionales, dotados con las mejores tecnologías, cómodos, agradables y con belleza estética. Concebirlos con grandeza bolivariana. Combatir el minimalismo tan criticado por el Presidente. Que ir al médico sea una experiencia reconfortante cuando tengamos que atendernos por alguna dolencia y no ese mal necesario que es ahora. Duplicar o triplicar la presencia de especialistas cubanos para cubrir toda la atención que requiere el pueblo hasta que se gradúen más profesionales de nuestras universidades. Alcanzado ese objetivo (corto y mediano plazo), la gente empezará a comparar la salud con otros servicios y sectores de la sociedad y espontáneamente dirá desde su experiencia: "Ojalá que todas las cosas funcionasen así. Seria increíble". Imaginemos el entusiasmo de la juventud para estudiar en las áreas de salud o asociadas. Las matrículas se multiplicarían. Imaginemos una industria farmacéutica articulada a esta revolución de nuestro Estado de bienestar, produciendo medicamentos realmente necesarios a bajo costo, incorporando la sabiduría de nuestros pueblos ancestrales. Una medicina preventiva y para la cura verdadera, no para legitimar el consumismo promovido por la industria capitalista. Las potencialidades de un proyecto con esas características se pierden de vista. Apelar a la consciencia patriótica y conformarnos con nuestros logros, frente al desastre de los países de la región es insuficiente. Esa consciencia nos ha permitido Resistir, pero debemos potenciarla al máximo con logros de la sociedad del futuro hechos en el presente. Demostrar en esta vida que tenemos que el pueblo venezolano es capaz de construir experiencias maravillosas. Mostrar al mundo a que nos referimos con Bolívar cuando hablamos de alcanzar "la mayor suma de felicidad posible". Sería el mejor estímulo para hacer Renacer el espíritu original de la Patria. Y como la clave está en el Revolucionar permanente y no es viable hacerlo todo al mismo tiempo, debemos arrancar de un punto. Necesitamos una locomotora, un rompehielos que vaya apuntando el camino. Por eso proponemos que el motor a la vanguardia sea la salud. Guiada por la "Eficiencia o nada" de Chávez, pero apuntando más allá para que construyamos lo mejor, ¡Perfección o nada!
Chávez nos decía que debíamos "Buscar el aliento popular y traerlo a la batalla, sin él no vamos a ninguna parte. Sin el apoyo de nuestros pueblos no hay batalla que podamos dar".
Soñando despiertos. Estamos convencidos con total humildad, que esta propuesta puede ser la mejor y más potente alternativa para alentar al pueblo, entusiasmarlo y traerlo a la batalla para que seamos muchos millones remando para llegar victoriosos al 2030.
Ahora tenemos Patria.