A 712 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la finalización de la semana 102 de esta contingencia, y siendo el domingo 27 de febrero de 2022, para el momento en que escribo estas líneas, lo hago recordando los 33 años del sacudón que estremeció a toda Venezuela.
Mientras en el mundo de bajaban las santamarías de las luchas, se hablaba del fin de la historia y de que no había más alternativa que el capitalismo, la Venezuela irredenta y caribe se alzaba en contra de la receta neoliberal del Fondo Monetario Internacional (FMI) y cuya rebeldía pretendió ser ahogada en un río de sangre y muerte. Pero esa rebeldía popular es parte del camino que nos ha conducido a lo que hoy vivimos y hoy tenemos.
Con esto inicio la edición 344 de esta columna, porque dicen que recordar es vivir y pueblo que no recuerda sus raíces ni su historia, está condenado a repetir sus errores.
De alguna manera pasa con la comunicación. Se ha establecido una frase, para mi cliché, de que todos y todas somos comunicadores y comunicadoras, y para mí no es así por la siguiente razón: Se confunde lo mediático con lo comunicacional. Ciertamente la Revolución Bolivariana con la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia de la República democratizó los espacios mediáticos y cualquiera sin mayor preparación puede tener un espacio en el que puede difundir y expresar a viva voz su opinión o expresiones. Pero cuando hablamos de lo comunicacional, ya esto va referido directamente al mensaje, a lo que pretendo transmitir y que espero sea comprendido por la población o a quienes va dirigido ese mensaje que pretendo transmitir. Por ello es que, desde mi óptica, todos y todas podemos gozar de espacios mediáticos, pero no todas y todos somos comunicadores o comunicadoras.
Nadie puede negar que Hugo Chávez es un gran comunicador, ya que sabía transmitir mensajes y que temas tan poco conocidos y complejos además de posicionarlos en la agenda político mediática del país, fuesen comprendidos desde los más eruditos y formados académica, política e ideológicamente como por un niño o niña de tres años. Y ese don no lo tiene cualquiera.
Y es parte de la falla estructural que la Revolución y en particular el Gobierno Bolivariano tienen en este momento particularmente complejo que nos ha tocado vivir.
Y esa ha sido una de mis críticas que siempre he formulado en su momento, en especial de lo que es el Sistema Bolivariano de Comunicación e Información, sobre todo de nuestros cañones más potentes como lo es Venezolana de Televisión y el circuito Radio Nacional de Venezuela.
Pero en esta columna y en particular en esta edición, quiero referirme a una coyuntura bien concreta como tiene que ver con el conflicto ruso-ucraniano, que ha despertado particular interés en el mundo.
Y sobre todo en lo que, a la República Bolivariana de Venezuela, pese al conflicto que afecta en estos momentos a la Europa del este, no escapamos dentro de la variable bélica que se configura dentro del mundo moderno de hoy.
Indudablemente en la edición anterior de esta columna, señalé a mi juicio algunos conocedores del tema internacional que me permití recomendar como lo son la camarada Rosalba Lo Bue Antico y Marvin Mijares. Pero ciertamente obvie al mejor que ha tenido Venezuela en muchos años. Con experiencia como corresponsal de guerra, y estudios en materia internacional que lo han convertido en obligatoria referencia y decano de análisis internacional en el país.
Me refiero al camarada Walter Martínez, uruguayo de nacimiento, pero venezolano de corazón y sentimiento. Su programa Dossier, tanto por sus análisis en materia internacional y militar como por la calidad de los invitados que Walter siempre tenía en su programa eran referencia obligada y uno no podía dejar de verlos para nutrirnos de tan necesarios y profundos aportes en esas materias.
Indudablemente que el tema pandemia y como todo en la vida, cambia y necesita de refrescamientos y renovaciones, y de ahí que durante la gestión del compañero Freddy Ñañez al frente del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información, Vicepresidente Sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo y Presidente de Venezolana de Televisión, tomo decisiones para preservar la salud de trabajadores y trabajadoras del canal, en la que se incluyó a Walter Martínez. Pero el momento histórico y político que vive no solo Venezuela sino el mundo de hoy amerita que en estos momentos Walter Martínez vuelva a la pantalla de VTV.
Indudablemente sabemos que Walter ha hecho esfuerzos por mantenerse y ha tenido algunas incursiones a través de plataformas streaming y redes sociales digitales. No obstante, todavía nuestro país pese al crecimiento de las telecomunicaciones y del uso de las denominadas tecnologías de la comunicación e información, es muy tradicionalistas en el acceso de la información a través de la prensa escrita e impresa, la radio y la televisión tradicional.
No con estas apreciaciones pretendo descalificar el programa "El Mundo en Contexto" conducido por el joven periodista Carlos Arellán, quien también me parece ha hecho un extraordinario trabajo en materia de análisis internacional. Claro con un estilo totalmente distinto al de Walter Martínez por ser de una generación distinta a la de él y por la juventud de Carlos. De hecho, y guardando las distancias, creo que Carlos Arellán sería el segundo mejor periodista de análisis internacional con el que contamos en Venezuela, después de Walter Martínez.
Indudablemente que la decisión que en su momento adoptó Freddy Ñañez fue acertada al preservar a un cuadro valioso como Walter Martínez de que pudiera contraer Covid 19, aunque en el momento esa decisión no fue comprendida por muchísima gente. Pero en este momento en el que el destino de la humanidad está en juego, y fíjense que ni siquiera señalo las consideraciones de que dentro de dos años si llegamos al 2024, en Venezuela se celebrarían elecciones presidenciales que decidirían el destino del país por los próximos 50 años, requiere que en diversos frentes contemos con nuestros mejores cuadros, sean estos hombres y mujeres, y a los que hay que llamarlos sin ningún tipo de sectarismos y arrogancia ninguna.
Y como lo diría Betholdt Brecht, uno de esos imprescindibles y de nuestros "caballos" en el análisis geopolítico internacional y militar es sin duda alguna Walter Martínez.
Por ello, me sumo al coro de voces que solicitan su retorno a la pantalla de VTV en horario estelar.
Porque indudablemente, la experiencia no se improvisa. Y los acontecimientos se encuentran en pleno desarrollo…
¡Bolívar y Chávez Viven! ¡Y sus luchas y la patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!