Uno ve detenidamente a Roberto Enriquez, y aparte de lo delgado, cuesta reconocerlo, luego de tantos años sin verlo. Lo notamos como ido, así lelo, tal como si anduviera en otro mundo. Uno se pregunta hasta donde lo afectaron todos esos años en la embajada chilena. Se ve mirando al vacio, será que después del robo a la granja avícola de su propiedad anda buscando los huevos de gallinas destrozados en aquella oportunidad. O simplemente está enfermo.
Enriquez, presidente nacional de Copei ODCA, visitó al estado Anzoátegui, estuvo en Lechería y Barcelona, acompañado de su pareja de lucha, el siempre leal y solidario Robert, el hijo de Chichí. Vino por que estaría presente Juan Guaidó y anda buscando manera que le asignen responsable de manejar las finanzas de la unidad. Él se ha caracterizado por ser poco viajero, así que nunca se preocupó por salir de la embajada chilena. Allí estaba feliz, con esa compañía de Freddy Guevara, de tal manera no estaba solo tenía con quien entretenerse.
Nos hace recordar cuando mandaron para acá, al profesor Istúriz, sus propios compañeros enojados, por no ser de Anzoátegui, manifestaban que lo habían hecho para que se jubilara con algo de recursos, pues quería pasar a una tercera edad feliz y lleno de comodidades.. Pareciera que Roberto Enriquez piensa jubilarse, ya debe saber que él no dio la talla para ser presidente de Copei, una vez le escribí una carta pública, recomendándole se fuese de candidato a una alcaldía ganadora, no me hizo caso.
No ha madurado ni ha aprendido nada, se empeña en entregarle el partido verde a unos señores que supuestamente dicen ser representantes del alcalde Manuel Ferreira. No sé si es que se enamora, en el mejor sentido de la palabra, de quien lo visite a Caracas o lo llame todos los días, en esos es que cree. No le importa que hayan pasado por seis partidos en menos de dos años, ni que se hayan caracterizados por ser espías infiltrados, dependiendo quien les pague.
Roberto Enriquez maneja la dirección nacional del partido fundado por Caldera y hecho crecer por Luis Herrera, a punta de chismes, ese es su única herramienta de trabajo. En días pasados en un Consejo Federal, se lanzó como candidato presidencial, uno espera que la campaña no sea a punta de chisme y llamadas telefónicas.
Se está convirtiendo en un dictador, a cuenta que es el vicepresidente de la Organización Demócrata Cristiana de América, maneja el partido como una finca de su propiedad. Nombró una comisión nacional de siete personas esa es la dirección nacional allí se hace solamente lo que él diga, el que no agarre lineamiento lo saca o lo aísla.
Enriquez tiene oídos sordos, decirle que Manuel Ferreira es un alacrán con uniforme de camaleón, no lo cree o no le importa. Los maduristas le acaban de entregar la Policía Municipal. O es que también desconoce el rollo que armó Fuerza vecinal en el estado Miranda, en las pasadas elecciones de gobernador. Tampoco sabía que en principio el alcalde tenía la entrega del informe ante la Cámara Municipal, a la misma hora del evento que presidiría Guaidó en Lechería, y de no ser por la llamada del alcalde de Chacao, sabotea el acto. Entonces frente a esta situación Roberto le vas a entregar la mayoría de tu organización al coordinador de Fuerza Vecinal en el Oriente de Venezuela. Realmente no creemos lo que dice el representante de Manuel Ferreira, copia fiel de Juan Barreto. Que les afirmó a los verdaderos copeyanos, compren alpargatas porque lo que viene es joropo. Se siente guapo y apoyao. Nos negamos a creer que Roberto Enriquez hayas vendido al alcalde Manuel Ferreira, el Copei ODCA en el estado Anzoátegui.
