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Cipriano Castro (1858-1924) fue presidente de Venezuela entre |1899 y 1908. Tenía intenciones de extender su mandato, pero una enfermedad se lo impidió. Su compadre Juan Vicente Gómez aprovechó la ocasión y se quedó en el poder. Lo demás es historia conocida.
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Desde 1903 empezaron a manifestarse los síntomas de la enfermedad de Castro: "una fiebrecita con ganglios inguinales". Le hacen un examen de orina y encuentra huevos de áscaris. Es signo de fecaluria (heces en la orina).El mismo paciente se queja: "Me peo por el pito", y eso es neumaturia o gases del intestino que salen cuando se orina. Se sospecha una fístula vesico-intestinal o colo-vesical.
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El doctor Juan Iturbe (1883-1962), uno de los corifeos de la urología venezolana y el primero en usar el cistoscopio en nuestro país, examina a Castro. La cistoscopia confirma la sospecha y sirve para precisar cómo hay que tratar el mal: es necesario operar.
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Hay varias versiones sobre la intervención quirúrgica de Castro realizada en Venezuela. De cualquier forma, el presidente debió viajar al extranjero para operarse nuevamente, porque los síntomas continuaron. Unos dicen que se efectuó, otros dicen que fue interrumpida porque el cirujano se sintió amenazado.
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Según Pedro José Muñoz la operación la realizó el doctor Pablo Acosta Ortiz en la casa de Macuto de Castro el 9 de febrero de 1907. Le aplicaron cloroformo. El doctor Acosta Ortiz (1864-1914), considerado uno de los más grandes cirujanos venezolanos de todos los tiempos, hizo el corte inicial en el abdomen. El anestesista Lino Clemente le dice: "Está faltando el pulso".
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Los guardaespaldas de Castro intervienen manipulando sus revólveres: "Si se muere lo matamos".
Interesante: ¿Qué hacían unos gendarmes en una mesa de operaciones además de molestar?
Herrera Luque escribe lo que dijeron exactamente: "Tenga cuidado, doctor, porque si algo le sucede a don Cipriano, en ese caso los muertos serán dos"
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Acosta Ortiz detuvo la intervención, suturó la herida y le dijo a los acompañantes de Castro: vayan a Alemania para que le hagan esa operación.
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Castro viajó a Alemania y fue operado por el doctor James Israel (1848-1926), considerado en ese entonces como el mejor urólogo del mundo: ¡podía diagnosticar un tumor renal del tamaño de un garbanzo con sólo palpar el órgano!
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El doctor Iturbe escribió que en Berlín a Castro "lo abrieron como se abre un baúl y le hicieron veinte suturas". La operación, que duró cuatro horas y media, fue todo un éxito. El doctor Israel cerró la fístula y extirpó un absceso renal. Esto sucedió el 4 de enero de 1909.
Cipriano Castro recobró su salud, pero perdió el poder.
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En el 2009 visité el Museo Cipriano Castro en Capacho. En realidad, es un centro cultural con una sala dedicada a la memoria del político. El cuidador nos dice que algunas cosas han sido robadas. Hay documentos, recortes de periódicos, fotos, unos sables y objetos personales de Castro. También está su busto.