Viernes, 02 de septiembre de 2022.- ¿La carrera contra la pobreza?, más bien, la batalla.
Ella se levanta temprano, bien temprano, casi siempre de madrugada, antes de que salga el sol y cuando comienzan a oírse los primeros ruidos del día como perritos que ladran, puertas que se abren, vecinos que carraspean, otros hablando en voz baja, para no perturbar y algunos jóvenes regresando y riéndose.
Parece que vienen de parrandear, dos de ellos se graduaron y están celebrando con sus amigos, muchachos y muchachas de la zona, y ella se pregunta: ¿cómo pueden hacer sus viejos para impedirles que salgan?, están felices y se ríen, se están riendo, son jóvenes y sanos, llenos de vida, ríen y se van a dormir.
Como lo hicimos nosotros.
Él también se levanta temprano y oye las primeras noticias en la radio, mientras se baña y carraspea, como hacía su papá.
Huele a café y comienza otro día de batalla, ustedes saben contra quien, contra esa sombra que trata de rodearnos, apretarnos y finalmente ahogarnos y acabar con nosotros, no la quiero ni nombrar, se dice a si misma y continúa haciendo sus cosas, cosas de la casa, trajinando, batallando y pensando.
¿Cómo vamos a hacer?
Ayer salieron de compras y todo o casi todo aumentó de precio, hasta los pasajes aumentaron, sin autorización dicen las noticias y nadie protestó, a ellos también les aumentó todo.
Las cosas estaban mejorando y ¿será que vamos otra vez para atrás?
Que vaina.
Esa, la innombrable, parece que nos está ganando la batalla y el gobierno…comienzan a sonar los despertadores y hay que salir a batallar.
Ese café que llegó de Boconó huele sabroso, déjame probarlo y seguir con las arepas, los muchachos ya se despertaron y hay que darles algo antes de que salgan.
¿Cómo vamos a hacer?
Amanecerá y veremos.
Ya amaneció.