Siempre que sé de algún venezolano conocido o relacionado que ha decidido probar suerte en el exterior, sin entrar en sus privadas razones del por qué su decisión de salir, trato de compartir una visión de cómo él o ella debiera visualizarse en los próximos años.
La diáspora venezolana en un 99% al menos es bachiller y en un 60 o 70% tiene estudios universitarios. Pareciera que es algo normal que así sea, pero realmente no lo es. He conocido a emigrantes centroamericanos, africanos o asiáticos, y para muchos de ellos no es fácil tener estudios de segundo nivel. Por supuesto que también hay destacados universitarios pero no es lo común.
He sido reiterativo, para no decir casi fastidioso, en insistir que la diáspora venezolana debe tener siempre presente, que no es un inmigrante cualquiera. Tiene otro nivel y no nos luce, salir a disputarle los nichos laborales, como los de housekeeping (limpiador o limpiadora de casas) o diswacher (lava platos) que es la primera fuente de trabajo de los centroamericanos o filipinos, o taxistas o transportistas en general que lo disputan los italianos, turcos o hindúes, o general labor en las fábricas (obreros generales) donde es el fuerte de los africanos, caribeños o personas de Europa del Este, o irse a la construction a competir con los mexicanos.
Por qué no ser reconocidos y reconocidas en el mundo como especialistas y emprendedores en energías renovables?. Por qué no liderar el target laboral como técnicos en sistemas fotovoltaicos o eólicos?.
No es el único camino, pero si es una vía distintiva y nos da de inmediato una personalidad propia como inmigrantes.
Además es una profesión emergente, universal, que a donde vallamos tendremos trabajo y mucho. No se requiere hacer revalida, porque aún no es una carrera universitaria ni está en los Colleges. Tampoco es una profesión para ingenieros o astronautas. Cualquier oficio pasado se complementa o se adapta a esta actividad.
He estado en la construcción de unos cuantos proyectos fotovoltaicos y he compartido con cientos de trabajadores y en su mayoría ninguno vienen de universidades, algunos si son bachilleres, pero no todos. Tampoco eso es determinante, basta con tener el interés de querer aprender y ser responsables con las tareas asignadas.
Se estima que para los próximos 10 años se van a requerir en al mundo al menos 40 millones de trabajadores en el área de las energías renovables y especialmente en un gran porcentaje, trabajadores y trabajadoras en el área fotovoltaica
El primo Miguel me ubico en algún momento y me comentó que trabajaba como diswacher en un restaurante en Miami, le pagaban 7 dólares la hora. Yo le indique donde debía ubicar unos tutoriales y la hable del alcance de este oficio, a la semana siguiente me dijo que había aplicado como instalador y lo contrataron comenzando con $21 la hora, más hotel y comida. Luego me comentó que yo estaba en lo cierto, no era nada difícil ni pesado.
Miguel también en términos laborales, dió un salto cualitativo. De ser un obrero general, paso a ser un trabajador con una especialidad u oficio. Por cierto, el próximo mes Miguel cumplirá 60 años. Él está muy contento de darle a su vida una nueva oportunidad.
Lubio Lenin Cardozo, instalador de sistemas fotovoltaicos