El retorno de la gran noche neoliberal

El nuevo escenario electoral planteado para la Republica bolivariana de Venezuela en el año 2024, o bien a mediados del 2023, desempolva los viejos y validos temores entre quienes apostamos por la continuidad de un gobierno progresista en el contexto de una revolución irreversible que cierre el paso al retorno de la gran noche neoliberal.

Esto no significa que estemos conformes con el desempeño del actual gobierno, de hecho, hemos sido radicalmente críticos ante la inexistencia de políticas coherentes en materia de servicios públicos, sueldos y salarios, pensiones y jubilaciones entre otros muchos aspectos atinentes al buen vivir de los ciudadanos.

No estamos invocando el perfeccionamiento del llamado Estado de bienestar, algo que compete a cualquier gobierno socialdemócrata, alertamos sobre el aumento del descontento popular y su capitalización por parte de la derecha opositora, y la posibilidad real de la derecha fascista de aglutinar en torno a un candidato único suficientes escaños para debilitar aun mas a la revolución bolivariana.

Lamentablemente, dicha debilidad tiene visos estructurales y coyunturales, el mismo jefe de Estado Nicolás Maduro ha señalado tres enemigos a derrotar presentes en la gestión de gobierno: 1. La corrupción, 2. El burocratismo y 3. El minimalismo o mínimo esfuerzo. A lo cual hay que agregar la brutal aplicación de al menos 430 medidas coercitivas unilaterales que han bloqueado nuestro comercio exterior, contra todo principio jurídico de inmunidad soberana por parte de EE.UU.

En este sentido, resulta evidente el surgimiento de nuevos y múltiples actores políticos sacados de alguna misteriosa chistera, que ocupan cargos de poder y decisión abriéndose paso intentando imitar los mismos vicios de los que siempre han estado en las alturas del poder en los últimos 20 años, emulando vicios característicos de la llamada Cuarta República. Es decir, jóvenes físicamente, pero con la mentalidad senil al estilo de burócratas tradicionales.

En realidad, son liderazgos egoístas y personalistas que solo buscan la hegemonía del poder para si y para su círculo íntimo, nunca para ponerlo al servicio de las grandes mayorías.

Para muestra un botón. En La Isabelica de Valencia, el vocero mas directo y propio que lideriza el abusivo, excesivo e ilegal cobro de divisas por la instalación del gas directo a los hogares es uno de estos jóvenes paracaidistas que han penetrado hábilmente la estructura partidista del PSUV para colocarla a su servicio.

Si bajo el legado del presidente Chávez se cometen estos exabruptos, imagínense que nos esperaría bajo el legado neoliberal puntofijista. Por fortuna, la Contraloría del Estado parece haber tomado interés en investigar este foco de corrupción y viveza criolla avalado por dos irresponsables ingenieros de PDVSA Gas.



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Ismael Noé


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