A 981 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en el inicio de la semana 141 de esta contingencia, y siendo el lunes 21 de noviembre de 2022, en primer lugar, vaya mis felicitaciones a los y a las estudiantes eternos y eternas, ya que en esta fecha se conmemora el Día del y de la Estudiante Universitario y Universitaria.
Se ha demostrado el rol importante de la juventud, y en especial de aquellos y aquellas que dentro de las universidades, han estado comprometidos y comprometidas como sujetos de la transformación y emancipación de nuestro país y sociedad toda. Así fue el 12 de febrero de 1814, cuando liderados por el General José Féliz Ribas derrotarona las huestes de Boves en la Batalla de La Victoria. Y en 1957, al desafiar a la dictadura del General Marcos Evangelista Pérez Jiménez. Honor y gloria a aquellos y aquellas que ofrendaron su vida por la libertad y la democracia que hoy vivimos.
Dicho esto, y sin más preámbulos, entremos en materia del tema que hoy nos ocupa.
En el marco de la guerra multidimensional y multiforme que afecta a nuestro país, evidentemente el frente principal de ataque ha sido el económico. Ya la profesora Pascualina Curcio, en múltiples artículos y publicaciones ha explicado ad nauseam, de cómo la manipulación del tipo de cambio se ha convertido en arma de guerra para desestabilizar nuestro país. Esto por la precarización de las condiciones de vida producto de las políticas de asedio y bloqueo económico, comercial y financiero y la merma de nuestro poder adquisitivo.
En ese sentido, el Banco Central de Venezuela, ente rector de nuestra política monetaria de acuerdo a nuestra Carta Magna, comenzó la semana con una inyección de 30 millones de dólares, todo ello para "preservar la estabilidad cambiaria en el país". En total, la banca ha recibido en los últimos 5 días unos 70 millones de dólares aproximadamente, con una cotización en mesas cambiarias que incrementó un 7,05% la cotización del dólar y en el mercado paralelo en 9,75%.
El BCV vendió 40 millones de dólares a un valor de 9,80 bolívares por euro, equivalente a 9,56 bolívares por dólar, un aumento de 2,29% con respecto al lunes 14, es decir, de la semana pasada.
De acuerdo a las informaciones que pude observar en el portal "Noticias y Punto", las entidades bancarias no contarían con la oferta de divisas necesarias para atender una demanda creciente, no sólo por una mayor emisión monetaria, sino por un retraso en la facturación de PDVSA que es el origen de los fondos líquidos del BCV. Y esto también de acuerdo a fuentes del portal económico Banca y Negocios.
También la consultora Síntesis Financiera indicó que hay un atraso de 600 millones de bolívares en el cronograma de pagos de la Administración Pública.
Evidentemente, un análisis a priori de estas informaciones permite concluir que es muy poco probable que se produzca una contención eficaz de los precios del dólar en lo que resta del mes y, muy probablemente, en lo que queda del año. La divisa se ha visto afectada debido al crecimiento de la liquidez monetaria, motivado en gran parte al pago de los aguinaldos a los trabajadores de la administración pública.
Justamente está afectación económica se da en el trimestre que se registra la mayor movilidad económica y social en el país, producto de las fiestas navideñas. Y evidentemente era de esperarse que la inflación suba un poco y el tipo de cambio también, pero no de la manera desmesurada como está ocurriendo.
Mi hermano Rehyner Medina, que no es economista pero si un acucioso investigador y analista, había vaticinado hace un poco más de dos meses, de que el dólar antes de llegar diciembre estaría por el orden de los 10 bolívares. Analistas aseguran que al finalizar el año 2022 podría estar por el orden de los 13, pero cuidado, que tal vez esta proyección podría quedarse corta.
Incluso señalan que el dólar estaría subvalorado, al señalar que el valor de la divisa norteamericana debería ubicarse entre los 22 y 25 bolívares.
Pero esto también ocasionaría un duro impacto en el poder adquisitivo de la población, lo cual no conviene no solamente a los consumidores, sino a los que ofertan sus productos.
Con estas líneas lo que busco es llamar la atención, puesto como lo expresa mi amigo Rehyner, continua el desangramiento económico de nuestro país, al ofrecer dólares para llenar los bolsillos de la burguesía de nuestro país, mientras que el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras sigue mermando producto de esta devaluación silenciosa. Y no olvidemos que pronto estaremos en medio de una coyuntura electoral, en la cual este elemento, que incide profundamente en el estado emocional de nuestro pueblo, será un elemento determinante en los resultados que se puedan obtener en la referida contienda.
Por eso, cabría una pregunta muy coloquial en Venezuela, pero necesaria: ¿Quién le pone el "cascabel al gato"?
Ahí se las dejo.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y Venceremos!