A 1.036 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en el inicio de la semana 148 de esta contingencia, y siendo el lunes 16 de enero de 2023, debo expresar en primer lugar que esta edición debió salir el día siguiente a la presentación del mensaje del Presidente Maduro, pero producto de la noticia triste del fallecimiento de mi tío Luis Castillo, y unos necesarios días de reposo y reflexión es por ello que lo publicó el día de hoy. Indudablemente que el cambio de paisaje de mi tío y el retorno de mi señora madre, que tenía casi 8 meses que no veía, más el compartir en familia me tuvieron un poco ausente, pero hoy, cuando retomo mi cotidianidad, han pasado muchas cosas y ha corrido mucha agua debajo del puente, por lo que las próximas ediciones de esta columna harán honor a su nombre ya que se darán de manera diaria durante los próximos días por lo menos.

Pero como introito si señalo que para el momento en que escribo estas líneas, nos topamos con que la ciudad capital, Caracas, en estos inicios del año 2023 vuelve a constituirse en escenario de pulseo y de demostración de fuerzas y movilizaciones de los bandos en pugna por la disputa del poder en Venezuela. Y ahí si le doy la razón al Presidente Maduro en la presentación de su mensaje anual, al expresar que lo ocurrido a finales de año con la manipulación del tipo de cambio del dólar nos recuerda que no podemos bajar la guardia, es porque realmente es así y acá le tomo totalmente la palabra al Primer Mandatario Nacional.

Pero, esos temas indudablemente serán objeto de análisis y desarrollo en las próximas ediciones de esta columna. Hoy quiero ocuparme un poco sobre las cosas que no dijo el Presidente Maduro en la presentación de su mensaje anual el pasado jueves 12 de enero del presente año.

Creo que el Presidente debió contextualizar en su justa dimensión lo de la recuperación económica del país. Y esto porque basta con salir a la calle para darnos cuenta que los sectores que más se han beneficiado del milagro económico venezolano son los que se ubican en el sector privado, incluso en aquellos que denigraron, despotricaron y hasta conspiraron en contra de la Revolución Bolivariana. En estos momentos, se observa una fortaleza de los privados, del emprendimiento sin duda alguna, pero en detrimento del sector público y del Estado como un todo. Es cómo que se quisiera de manera paulatina, el desmontaje del Estado y que sean los empresarios y los grandes capitales los que determinen las reglas de juego.

Claro, y esto lo señalamos en la edición anterior de esta columna, tomando las reflexiones del ingeniero Oscar Rattia, que también habría que dar el debate sobre los medios de producción, puesto que ciertamente en el sector privado del país se gana "más", pero esto a costa de maximizar también la tasa de explotación así como se maximiza la plusvalía de los grandes capitales. Es como que a los privados prácticamente no les hacen mella las políticas de asedio y bloqueo que se demuestran que son contra el Estado- Nación venezolano.

Y evidentemente que hay un incremento en los emprendimientos porque muchos empleados públicos y empleadas públicas dentro de la Administración Pública e instituciones del Estado se están retirando de allí para realizar estas iniciativas para poder sobrevivir . La pregunta que habría que hacerse y que debe generar un debate necesario al respecto es: ¿Hasta qué punto esto es bueno y hasta qué punto es malo no sólo para la economía sino para el funcionamiento del Gobierno y del Estado como un todo?

Pudiera señalar que una primera conclusión a esta apreciación es que para la empresa privada es más fácil sortear el bloqueo que las instituciones públicas, puesto que si de banalidades se trata, como por ejemplo la creación de casinos o elementos no básicos para el país, a estos sectores no les llega el bloqueo, o sus efectos son mínimos, dada la triangulación que hacen. Pero, en cambio, para traer un tomógrafo necesario para los centros de salud de nuestro país, en especial los públicos, ahí si cae con todo el peso y rigor las políticas de asedio y bloqueo.

Esto, desde el modesto punto de vista de un neófito de la rama económica, pero ciudadano de a pie con necesidades como las de la mayoría de la población, no debería ser visto como mejora de la economía. Tal vez para las cifras macroeconómicas sí, pero para la economía de la cotidianidad, del que día a día debe levantarse, comer, vestirse, trasportarse, pagar alquiler, servicios y de paso trabaja dentro de la Administración Pública y el Estado, está en condiciones verdaderamente precarias y al nivel de sobrevivencia. Incluso algunos optan por otras fuentes de ingreso alternativas para poder equiparar un tanto su poder adquisitivo ante la ruda situación económica que afronta el país.

El aumento de chicheros, de perro calenteros, vendedores de comida chatarra, buhonería, bodegones, venta de vehículos importados, casinos, entre otras pienso que no pueden ser vistos en su justa dimensión como señales de una recuperación económica necesaria. Que sean parte de herramientas para poder evadir las mal llamadas sanciones y hacernos de divisas necesarias para que el país no caiga en un paro técnico, convengo con ello, pero esto desde mi modesto punto de vista no sería parte de las soluciones estructurales que el país nos demanda, para la satisfacción de las necesidades más elementales de su población.

Sobre todo cuando observamos que el sector público se desangra. La mayoría de nuestras instituciones están vacías, el personal, además de poco, la mayoría labora de manera desmoralizada y hasta de mala gana. Se aprovechan de la necesidad de nuestro pueblo y muchos buscan lucrarse con ellos cuando realizan labores de gestoría o aplican la filosofía del "cuanto hay pa ´eso" o de la "mordida" como le dicen en México, entre otras. El bloqueo nos está golpeando muy duro y no solamente en materia de sueldos y salarios dentro del sector público sino también con el terrible deterioro en hospitales, centros educativos, universidades, carreteras servicios públicos como el Metro de Caracas, agua, electricidad, entre otros. Esos eran temas que nuestro pueblo también quería escuchar con mayor detalle en la presentación de esa Memoria y Cuenta.

En la presentación del mensaje anual no hubo la presentación de una idea clara para detener la manipulación del tipo de cambio del dólar paralelo. Acá realmente debe exigirse y el parlamento asumir su labor contralora y exigir a la vicepresidencia sectorial de economía resultados a este respecto.

Hay una amplia expectativa desde hace algunos días sobre un posible aumento salarial. El compañero Freddy Bernal, gobernador del estado Táchira y miembro de la dirección nacional del PSUV ha señalado de que el Presidente Maduro ha instruido al gabinete económico a estudiar un aumento salarial que sea sostenible y sustentable en el tiempo. El compañero Diosdado Cabello señalo en su famoso programa "Con El Mazo Dando" de que no hay reunión que el Presidente no toque el tema del poder adquisitivo de nuestro pueblo y el salario y conmine a buscar alternativas para preservar el mismo. Recientemente vi informaciones que compañeros de la Centran Bolivariana Socialista de la pesca, la ciudad y el campo han entregado a instancias del Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social del Trabajo, una propuesta de salario social.

La Vicepresidenta Ejecutiva y Ministra del Poder Popular para la Economía, Finanzas y Comercio Exterior, Delcy Eloina Rodríguez Gómez, ha señalado de que en las próximas horas el Presidente haría anuncios no sólo para el gremio educativo, sino para el sector general de la Administración Pública, referido al tema del poder adquisitivo y el salario. De hecho ayer se creo mucha expectativa sobre una posible alocución presidencial, la cual presumo no se dio debido a que la jornada del Round Robin de la Liga Venezolana de Beisbol Pofesional termino tarde. Por lo que se estima que dichos anuncios deben realizarse hoy o en las próximas horas.

Mientras se ha otorgado a través de la plataforma patria desde el día de ayer 15 de enero el bono de guerra económica, cuyo monto es de 580 bolívares para trabajadores activos y 405 para jubilados y pensionados. Inicialmente se canceló este estipendio para trabajadores y trabajadoras del sector educativo, pero hoy 16 de enero se dio la orden de cancelarlo al resto de los trabajadores de la administración pública nacional y trabajadores de administraciones públicas estadales, hasta donde tengo conocimiento.

De hecho desde el día de ayer desde diferentes plataformas tecnológicas y redes sociales digitales y se estima que parte de los anuncios del Presidente Maduro versen sobre decretar un aumento de salario mínimo que estaría por el orden de los 60 a 100 dólares, es decir, entre un petro a petro y algo más. Es uno de los anuncios más esperados de la población para de esa manera compensar un tanto la merma de un poder adquisitivo producto del ataque al bolívar de finales del año pasado.

Esa sería la propuesta de aumento salarial con mayor consenso, dado que ya en el sector privado se pagan salarios a esos montos y no representarían un incremento en los índices inflacionarios que es lo que más preocupa a los monetaristas que están dentro de sectores gubernamentales.

No se llegaría de momento al salario que tuvimos durante la gestión del Comandante Chávez de 300 dólares, dada la situación explicada por el Jefe de Estado de que aún el bloqueo hace mella en nuestro país y que las heridas en el cuerpo social de la República persisten por estas políticas criminales de EEUU sobre Venezuela.

Indudablemente, un anuncio de estas características me alegraría mucho. Pero ese anuncio debe ir acompañado de medidas complementarias de fiscalización de comercios para que el aumento no se vuelva sal y agua como en oportunidades anteriores.

Ya que si no es así, la situación podría salirse de las manos y de control. Y de eso se están aprovechando los enemigos del pueblo, la derecha, la fascista y no fascista para minar los niveles de respaldo de la Revolución Bolivariana.

La nueva y la vieja burguesía están de fiesta, porque han hecho mucho dinero y maximizan sus tasas de ganancia mientras que los empleados públicos y las empleadas públicas se están "comiendo un cable" como se dice acá en Venezuela. Y justamente es en ese sector donde están los votos que hacen la diferencia en elecciones en nuestro país.

Y esa es la gente a la que se le está llamando a salir a las calles a protestar. Y en la medida que las protestas y el justo reclamo de los trabajadores y trabajadoras de mi patria se incremente, la derecha tratará de colarse y peor aún, los discursos de los líderes de esas manifestaciones serán más de derecha, así lleven gorras y chaquetas rojas rojitas, y las banderas de lucha de los que soñamos con un mundo mejor y más justo se los apropiarán la derecha para buscar desgastarnos y derrotarnos, o bien por la vía electoral, o bien por la vía de los atajos fuera de la constitución, de la desestabilización y la violencia.

Esto era parte de unas reflexiones que tenía pendientes y necesarias. Debe incluirse dentro del discurso y las ejecutorias gubernamentales una agenda social y un diálogo social donde tengan cabida los trabajadores y sectores vulnerables de la población, para de esa manera ellos también sean objeto de beneficio por parte de nuestro Gobierno y poder sortear esta situación. La unión nacional hay que construirla entre todas y todos pero eso debe ir acompañado de acciones y medidas concretas y con cuotas de sacrificio que todas y todos deben aportar

Lo voy a dejar de momento hasta aquí. Aunque en próximas entregas trataré de develar la estrategia que se está empleando en estos momentos para la activación de focos policéntricos de desestabilización y conflictividad social.

¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!

¡Independencia y Patria socialista!

¡Viviremos y Venceremos!