Por segundo día consecutivo y como no lo hacía desde hacía rato, debo nuevamente pronunciarme, porque los acontecimientos están en pleno desarrollo y Venezuela se encuentra en una disputa geopolítica de grandes proporciones.
El título de la presente edición de esta columna lo tomó prestado de un post del ex ministro de Turismo del Gobierno Bolivariano, Alejandro Fleeming, que pese a convertirse hoy en día en un crítico de la gestión del Presidente Maduro, no deja de tener razón en la aseveración de su post que he tomado como título de la presente edición de mi columna.
Y esto porque ciertamente dos instancias judiciales a nivel internacional dedicarán jornadas en los dos próximos martes de este mes de noviembre, a tratar asuntos relacionados con nuestro país.
La primera cita debe cumplirse el día de hoy, 7 de noviembre y mañana 8 de noviembre en la Corte Penal Internacional de Justicia, en sendas audiencias donde se escucharán los argumentos a favor y en contra de la apelación interpuesta por el Estado venezolano a fin de paralizar las investigaciones que la Fiscalía de la CPI bajo la dirección de Karim Kahn lleva a cabo por la presunta comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela.
Importante es de acotar que la Corte Penal Internacional de Justicia no es la misma instancia que la Corte Internacional de Justicia. La primera no forma parte del sistema de Naciones Unidas, aunque colabora de manera muy estrecha con éste. La segunda si forma parte del Sistema de Naciones Unidas.
Venezuela forma parte y hace vida ante la Corte Penal Internacional porque es se suscribió al Estatuto de Roma, que es el texto que rige la Corte Penal Internacional, casi al mes de aprobarse el Estatuto de Roma.
Venezuela también forma parte de la Corte Internacional de Justicia por formar parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU). No obstante, al ser llevada por primera vez ante esta instancia internacional por la República Cooperativa de Guyana a fin de dirimir la controversia territorial por el Esequibo, no reconoce la jurisdicción de esta instancia no solo por ser su posición histórica sino también por la violación por parte de Guyana de lo preceptuado en el Acuerdo de Ginebra de 1966 y aún vigente. De eso ya nos hemos referido en anteriores oportunidades.
Esto es en lo que se refiere a la primera cita judicial de la República Bolivariana de Venezuela por estos días.
La segunda comparecencia judicial de nuestra Nación debe ocurrir una semana más tarde, el martes 14 de noviembre, en la que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) abordará y decidirá a través de audiencias las medidas cautelares solicitadas por Guyana relacionadas con el referendo consultivo a celebrarse en Venezuela el próximo 3 de diciembre, referido al tema del Esequibo como ya lo hemos señalado.
Llama poderosamente la atención que mientras la República Cooperativa de Guyana solicita medidas cautelares a fin de lograr la suspensión de la aplicación de un mecanismo previsto en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ellos además de conceder concesiones petroleras en la fachada atlántica en mares aun por delimitar entre nuestros países, ellos estén haciendo consultas sobre la monetización de reservas en hidrocarburos, y pretendan que nosotros y nosotras guardemos silencio.
Al consultar sobre la monetización de reservas petroleras que se encuentran dentro de un territorio en disputa y aun por delimitar en un futuro, constituiría en términos coloquiales, en otro robo a Venezuela, en términos jurídicos, otro despojo tal y como el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte hizo con nosotros hace un poco más de 124 años.
Indudablemente, a los efectos de la información, y en ambos casos, ambas audiencias podrán ser vistas por su carácter público, a través de los sitios web de ambas instancias jurisdiccionales. La salvedad es que serán en inglés y francés y no en castellano, porque esos son los idiomas de dichas Cortes. Parte de la mentalidad colonial como lo diría el maestro Dussel, recientemente desaparecido.
Si estas no constituyen suficientes razones para participar en el referendo consultivo del próximo 3 de diciembre, no sé qué otras razones se deben esgrimir para ello.
De eso es lo que se trata realmente la batalla que estamos librando hoy en día, más allá de ideologías o simpatías políticas.
Así que, lo que estará en juego el próximo 3 de diciembre será entre los que amamos a Venezuela y nos consideramos patriotas, y los que apoyan al imperialismo y prefieren regalar nuestra soberanía y apostar a la destrucción de nuestro Estado-Nación.
Tú decides.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!