Para el momento en que escribimos estas líneas, restan 74 días para las elecciones presidenciales en la República Bolivariana de Venezuela. En las valoraciones que estábamos haciendo sobre la actualización de la situación en Guyana y sobre la Guayana Esequiba nos faltó un elemento importante que es importante tratar en esta columna.
Me refiero a la modificación de su ley de aviación en virtud de los despliegues legítimos y soberanos que viene realizando la República Bolivariana de Venezuela sobre el territorio de la Guayana Esequiba que fue, que es y que seguirá siendo territorio incontrovertiblemente venezolano.
Con la aprobación de la modificación de esta ley, la República Cooperativa de Guyana podrá autorizar a que se neutralice cualquier aeronave que sobrevuele la Guayana Esequiba territorio que Venezuela reclama como suyo y que en medio de la disputa, Guyana otorgando concesiones ilegalmente a la Exxon Móbil.
Está acciones de Guyana es la respuesta ante el despliegue legítimo militar de Venezuela en la fachada Atlántica tras la provocación de Guyana de autorizar dos aviones de guerra del Comando Sur en Goergetown y sus adyacencias.
Las acciones de Guyana vienen a constituirse en un escalamiento del conflicto agonal con Venezuela como lo hemos venido advirtiendo en entregas precedentes y debemos prepararnos para ello.
Cada elección en nuestro país se ha convertido en una batalla y es necesario ganarla a cualquier precio. Pero lo que llama la atención es que cada vez que vamos a un proceso electoral, no solo corre peligro la Revolución sino que además corre peligro el Estado-Nación venezolano, corre peligro nuestra soberanía e independencia.
Esta democracia burguesa occidentalizada debe cambiar de tajo. Por otro lado, estamos en una guerra de sexta generación, atacado por medidas extorsivas y criminales para chantajear y neurotizar al pueblo en su decisión política. Pero además, estamos en lo que mi hermano Rehiner Medina ha catalogado como la remasterización del Plan Balboa, ya no como se planteó a inicios del siglo pasado sino con nuevos actores y escenarios como por ejemplo esta disputa por el Esequibo como pretexto de la arremetida imperial militar.
No hay que olvidar que Guyana cierra el cerco contra Venezuela por el sur y por el este, por el norte con el denominado ABC del Caribe (Aruba, Bonaire y Curazao, dependientes del Reino de los Países Bajos, país miembro de la OTAN) y por el oeste con las bases militares de EEUU en Colombia que el presidente Gustavo Petro no tiene el control político.
Igualmente ocurre con la distinción del presidente Lula y sus declaraciones a favor de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), además del movimiento de tropas brasileras al noreste de Brasil, en la frontera con Venezuela y con Guyana con intereses claros.
Cabe recordar el incidente en una base militar venezolana en fronteras con Brasil en tiempos de Bolsonaro, francotiradores nuestros bajaron varios drones que intentaron sobrevolar nuestra base y violentar nuestro espacio aéreo.
El desespero occidental está entrando en los límites más peligrosos ante la inminente caída de Kiev y su régimen. Los pocos países que son críticos a las órdenes de la UE, OTAN y EEUU vienen siendo asediados como el caso del Primer Ministro de Eslovaquia, Fico, quien resultó herido, Robert Fico, quien resultó herido por atentado con arma de fuego. Hungría y Serbia (antigua Yugoslavia) corren riesgo. Hace poco tiempo el presidente chino Xi Jinping estuvo en Hungría junto a su Primer Ministro, Víktor Orban y el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic viene declarando contra occidente.
Así están planteadas un poco las cosas en el mundo hoy.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!