Esta elección del 28 de julio se proyecta en un escenario conformado por varios factores que han creado un "sistema" generacional político social que tiene y tendrá profunda raigambre e impacto en nuestro país y en todo el ámbito regional, destacándose en el la "generación de oro" constituida por aquella masa de personas nacidas hasta aproximadamente los años 1.980 que sostuvieron un ideario venezolanista, progresista, modernizante, socialista y revolucionario que ha hecho el país que hoy tenemos. Este "sistema" no es segmentable, es un todo.
Gracias a ellos se derrocó a Pérez Jiménez, se instauro y se acabó con la democracia de AD y COPEI, se derrocó a Carlos Andrés, se llevó a Chávez al poder, se ha sostenido e impulsado el gobierno de Maduro y hoy esta generación ya diezmada por el tiempo y erosionada en su base afectiva por el abandono de hijos y nietos, está logrando la gran victoria de consolidar la revolución de Hugo Chávez continuada bajo el liderazgo de Nicolás Maduro y su gran equipo, Diosdado Cabello, Delcy Rodríguez, Jorge Rodríguez y Padrino López en su eje central.
Bajo el influjo de su líder Hugo Chávez promovió una serie de reformas sociales y económicas y con el lema de la "Revolución Bolivariana", que eran el sueño de una Venezuela distinta, fundamentada en su riqueza petrolera, hierro, aluminio que buscaba desaparecer la pobreza y redistribuir la riqueza del país dándole a cada uno lo que le corresponde como ciudadano, "sin perseguidos ni perseguidores". La educación para todos, la salud, el bienestar, el arte y las ciencias se repartiría como dones propios de la sociedad venezolana y vio en Chávez la personificación de esas esperanzas.
Pero fuerzas y potestades sitiaron desde afuera y tomaron desde adentro la direccionalidad para construir esa Venezuela soñada, junto con el proyecto socialista del Comandante, llevándolo hacia riscos y arrecifes para hacerlo naufragar y evitándole llegar inmediatamente a su destino de una nueva sociedad venezolana, enfrascando al movimiento, pueblo y gobierno en el proceso de limpiar y deslastrarse de los que haciéndose pasar por chavistas luchan contra él.
Dura ha sido la lucha, pero Maduro y su equipo ha logrado grandes victorias en muchos frentes, donde antiguos seguidores se convierten en acérrimos enemigos y el eficaz en anti ético. Pero a pesar de las críticas y controversias, el chavismo ha mantenido una base de apoyo popular y nacionalista significativa en Venezuela enfrentado numerosos desafíos, incluyendo agresiones internacionales, recesión económica provocada por estas agresiones y las guarimbas internas y además debe constantemente responder a las críticas, muchas sin sentido, por la gestión gubernamental y generar programas positivos de acción.
En este contexto, las fuerzas imperialistas consideraban que el 28 era su oportunidad para hacerse con el poder definitivamente y desplazar al odioso de Maduro y toda su chusma tierrúa. Pero en un giro inesperado de eventos, los chavistas han logrado concentrar fuerzas y avanzar en lo que se ha definido como la épica batalla final por el control de Venezuela.
Así que la derecha se encontró con una sorpresa, producto del trabajo sistemático de los revolucionarios. Ya que, a pesar de los desafíos, el chavismo ha logrado mantener o recuperar posiciones de poder o influencia dándole un vuelco a la situación política inmediata. Los chavistas han logrado concentrar fuerzas y avanzar para consolidarse como la primera fuerza en el país.
A medida que las tensiones políticas y sociales en el país se intensifican, la lealtad a la revolución bolivariana ha encontrado un resurgimiento entre sectores populares, que ven en este movimiento la esperanza de una nueva era. Pero no solo en los sectores populares sino en la clase media y en los partidos tradicionales que han cambiado de direccionalidad sumándose un apoyo de Gobernadores, alcaldes, dirigentes de partidos de derecha que ven en el chavismo más oportunidad de desarrollo político y de realizaciones que en la siempre yerma y antinacional derecha venezolana.
Los líderes chavistas en todas las circunstancias han articulado un mensaje de unidad, paz y resistencia, galvanizando a las bases con el relato de una lucha histórica contra el imperialismo y la oligarquía. Las comunidades, que durante años han soportado las dificultades económicas y la escasez de productos básicos, se han visto nuevamente motivadas por la promesa de justicia social y autodeterminación, progreso y paz, defensa nacional y valorización de la cultura nacional.
Así, los chavistas llegan a esta culminación con una estrategia sólida que ha encontrado eco en las comunidades y un sentido renovado de misión. La próxima etapa será crucial, donde cada decisión y cada acción definirán no solo el destino del chavismo, sino el futuro de toda una nación. La épica batalla por el alma de Venezuela continua y sus ecos resonarán por generaciones.
La idea de que los chavistas "llegan ganando a la épica batalla final" es una narrativa poderosa que resalta la resiliencia y la determinación de un pueblo y de este movimiento político revolucionario que ha dejado una marca indeleble en la historia de Venezuela y ha llevado al pueblo a niveles de participación nunca soñados. A medida que el país avanza, será crucial observar los logros de producción, industrialización de esta narrativa y el papel que jugará el chavismo en el futuro político y social de Venezuela, lo que creemos será inspiración para muchos países hoy sometidos, en el mundo.
Oscar Rodríguez Estrada 27 de julio de 2024
