Las próximas elecciones del 28 han puesto al descubierto o han develado los distintos marcos socio-políticos en los que están inscritos los dos bloque de poder político en el país, como son la derecha capitalista y la izquierda socialista la cual expresa con el desparpajo correspondiente que su objetivo es el tránsito hacia una sociedad socialista, a diferencia de la derecha que no expresa abiertamente ni llama a sus seguidores al capitalismo.
Esta diferencia comunicacional parte del punto de vista de cada uno sobre sus propuestas de gobierno, ya que el capitalismo no es una necesidad general para la población venezolana sino principalmente para la clase empresarial privilegiada, planteamiento el cual lógicamente, no puede expresarse libremente, mientras que el socialismo es una necesidad para todos, para todas las clases existentes en el país, para su existencia como clase y su supervivencia humana dentro de ellas.
Pero si miramos con más detenimiento nos podemos dar cuenta que esta diferencia marca a su vez hasta donde pueden llegar cada uno de los actores políticos que impulsan cada uno de esos esquemas. Mientras que la derecha capitalista al llamar a votar por ellos, lo que está considerando intentar encontrar dentro de sí misma la respuesta o la solución a los problemas que ella misma genera, entretanto los socialistas plantean la transformación de las estructuras de la sociedad a fin de asignar a nuevos actores responsabilidades de construcción social que no pueden ser atendidas desde el capitalismo y que estén en capacidad de presentar soluciones socialistas a los problemas generados por ese capitalismo.
Uno plantea por lo tanto una transición dentro del capitalismo, de cambios funcionales para servirle mejor a la clase empresarial mientras que los otros consideran un cambio de modelo de sociedad hacia uno nuevo que no presente todos los inconvenientes que genera el capitalismo para la mayoría de la población, como son pobreza, exclusión, deficiencias en la atención individual y social y permanentes cuasi formas de guerra civil en estas sociedades.
Aunque hay ciertas similitudes en los dos términos, transición y transformación como dijimos antes en el contexto de Venezuela, la transición se refiere al proceso de cambio político y social que busca deslegitimar al gobierno actual de Nicolás Maduro y sustituirlo por un gobierno empresarial detentado por una representante directa de la burguesía nacional, cosa que nunca ha pasado en el país, apoyándose en el poder represivo e institucional de los Estados Unidos.
Por su parte la Transformación es entendida no solo por el gobierno nacional sino por las grandes mayorías populares como parte del proceso de construcción del socialismo, con el cual se aspira a posicionar a Venezuela como una nación próspera y de bienestar, contribuyendo al liderazgo mundial por el socialismo en el nuevo contexto geopolítico.
Algunas características clave de esta transformación socialista debe incluir:
1. Garantizar los derechos sociales, políticos y económicos de todos los venezolanos, incluyendo el derecho a la salud, educación, participación, riqueza personal y social, entre otros.
2. Consolidación de las instituciones públicas en términos de eficacia, eficiencia, participación popular, independencia e imparcialidad de las instituciones, garantizando de esta manera su capacidad de brindar servicios que atiendan las necesidades de toda la población.
3. Diálogo y política de paz, apoyándose en un dialogo permanente entre todos las fuerzas políticas, comunicacionales, sociales, comunitarios a fin de garantizar procesos pacíficos en el país que faciliten su desarrollo permanente y participativo.
4. Participación popular, facilitando que las distintas organizaciones representativas del pueblo, como comunas, consejos comunales, comunidades, tenga su voz en los procesos y puedan expresar sus opiniones y demandas.
5. Transparencia y rendición de cuentas, tal como lo establece nuestra Constitución Nacional, establecer mecanismos efectivos para prevenir la corrupción, garantizar la transparencia en la gestión pública y asegurar que los funcionarios rindan cuentas por sus actuaciones.
6. Recuperación del Esequibo.
Para ejecutar un proceso exitoso de transformación es necesario contar con estructuras y recursos específicos diseñados para manejar eficazmente estos procesos ya que debe existir una estructura administrativa fuerte, necesaria para la corrección y consulta del proceso, que permita gestionar el proceso de manera efectiva.
Es prácticamente vital contar con organismos y personal de buen nivel que puedan introducir la planificación estratégica, tanto a lo interno de cada institución como en la gestión general del Estado, la cual permitiría facilitar el diseño y obtención de objetivos estratégicos dentro del contexto socialista, diferentes a los operativos tradicionales, trabajar en estrecha colaboración con la alta dirección política para llevar sus lineamientos a expresiones técnicas y viceversa, identificar riesgos y oportunidades, y desarrollar un plan lo más detallado que se deba para orientar la transformación.
