Luego de dos semanas de celebradas las elecciones presidenciales en mi país, no ha dado posibilidad de realizar un análisis previo, en primer lugar debido al hackeo del portal web del CNE que no ha permitido constatar los resultados totales obtenidos los candidatos, así como las disgregaciones por partido, por estado, municipio, parroquia, centro electoral y mesa como en años anteriores, pero trataremos de hacer dichas valoraciones en función de los resultados que se conocen.
El pasado día jueves 1 de agosto, con un padrón electoral de 21.321.805 venezolanas y venezolanos habilitados para sufragar, con 20.654.431 electoras y electores en actas transmitidas para un 96,87% y con 12.386.669 para una participación de 59,97%, con 12.335.884 votos válidos, para un 99,59%, votos nulos 50.785 para un 0,41%. Los resultados fueron los siguientes:
1.- Nicolás Maduro Moros: 6.408.844 para un 51,95% de los votos válidos emitidos.
2.- Edmundo González Urrutia: 5.326.104 votos para un 43,18% de los votos válidos emitidos.
3.- Luis Eduardo Martínez: 152.360 para un 1,24% de los votos válidos emitidos.
4.- Antonio Ecarri: 116. 421 para un 0,94% de los votos válidos emitidos.
5.- Benjamín Rausseo: 92.903 para un 0,75%.
6.- José Brito: 84.231 para un 0,68% de los votos válidos emitidos.
7.- Javier Bertucci: 64.452 para un 0,52% de los votos válidos emitidos.
8.- Claudio Fermín: 40.902 votos para un 0,33%.
9.- Enrique Márquez: 29.611 para un 0,24% de los votos válidos emitidos.
10.- Daniel Ceballos: 20.056 para un 0,16% de los votos válidos emitidos.
Hace seis años, el 20 de mayo de 2018 se escenificaron elecciones presidenciales, con un padrón electoral de 20.526.978 electores y electoras. En aquella oportunidad la participación fue de 9.389.056 para una participación electoral de 45,74% en un contexto de bloqueos y Medidas Coercitivas Unilaterales para Venezuela. Los resultados fueron los siguientes:
1.- Nicolás Maduro Moros: 6.248.864 para un 67,84% de los votos válidos emitidos.
2.- Henri Falcón: 1.927.387 para un 20,93% de los votos válidos emitidos.
3.- Javier Bertucci: 1.015.895 para un 10,82% de los votos válidos emitidos.
4.- Reinaldo Quijada: 34.614 para un 0,37% de los votos válidos emitidos.
El primer elemento que se desprende de esta apreciación es que el voto de Nicolás Maduro y el Gran Polo Patriótico (esperando que el CNE logré superar los ataques cibernéticos para poder observar los resultados disgregados por partidos, estados, municipios, centros electorales y mesas como históricamente se ha hecho) en una primera apreciación se mantuvo durante el período comprendido de 2018 a 2024. Sigue el PSUV y sus aliados constituyéndose en poderosa maquinaria electoral.
Los resultados del 28 de julio echaron por tierra también la tesis de que la abstención favorecía al chavismo. Fijémonos que en el 2018 hubo una participación de casi el 46% del padrón electoral y en 2024 del 60%, es decir, un 14% más y el chavismo casi obtuvo la misma votación de hace seis años, lo que demuestra la importancia de contar con una maquinaria en estos procesos electorales.
Sin embargo, y sin llegar a la autoflagelación ni a desconocer el triunfo del chavismo, hubo un avance importante del voto antichavista en seis años. Claro indudablemente tomando en cuenta la participación del sector extremista en este proceso electoral de este año 2024. Fíjense que si sumamos todos los votos opositores en el año 2018 (Falcón, Bertucci y Quijada) arrojan la suma de 2.977.896 y un porcentaje del 31,72% de los votos válidos emitidos. En 2024 la suma de todos ellos da 5.927.040 votos para un 47,85% de los votos válidos emitidos. En 2018 la diferencia en números absolutos fue de 3.270.968 votos y en 2024 fue de 481.804 votos.
Repito, esto no desmerita el triunfo de Maduro en la elección presidencial de hace dos semanas ni pone en duda su resultado. Pero si amerita un análisis crítico puesto que debido a la falta de difusión de los resultados producto del ataque cibernético al CNE, no se han hecho las disgregaciones correspondientes para poder tener el panorama más claro, y de observar que organizaciones políticas y zonas geográficas el voto contra la Revolución Bolivariana logró avanzar (que no es lo mismo que el voto a Machado, González Urrutia, Ecarri o Martínez).
Tanto en el proceso de 2018 como en el proceso de 2024, ni que las oposiciones todas se hubieran unido en torno a una candidatura unitaria derrotaban la opción de Nicolás Maduro. No obstante, de esta medición pueden obtener importantes enseñanzas, ya que obtuvieron avances significativos y contar con un capital político de casi 48% del padrón electoral no es cualquier tontería. Si piensan inteligentemente, podrían obtener importantes espacios de cara a los comicios para gobernaciones, alcaldías, parlamentos regionales, parlamentos municipales y Asamblea Nacional del próximo año 2025.
Por parte de la Revolución Bolivariana, ya lo señalaba el analista Oscar Schémel, pese a que los planes del extremismo no han permitido hacer una evaluación en frío de los resultados. El chavismo debe administrar con humildad la victoria, aprovechar el mantenimiento del capital político durante seis años, aunque con posibilidad de crecer. Pero también con profundas revisiones a lo interno, ya que prácticas sectarias en lo político y algunas faltas de atención en cuanto a la gestión y a sectores, podría pasarle factura de cara a estos comicios que ya hemos indicado en el párrafo precedente.
Muy acertada la estrategia de convocar al diálogo político por parte del Presidente Maduro y de la consulta popular para aprobar los proyectos de las comunidades el próximo 25 de agosto. Pero debe profundizarse más en la cercanía con el pueblo, donde aun impera cierta desconexión de la dirigencia con la base. Y la restitución del nivel adquisitivo de la familia venezolana y una adecuación al ingreso de nuestros trabajadores y trabajadoras podrían ayudar en esa tarea no solo de mantener la base política y social de respaldo a Maduro y a la Revolución Bolivariana ante cualquier coyuntura, sino trabajar desde ya de cara a esos comicios del año que viene, donde con el inicio del nuevo período presidencial para el Presidente Maduro esto podría ser un escenario en donde algunos pudieran tratar de comprometer la gobernabilidad del país y la gestión del Presidente.
Queda pendiente la profundización de este análisis post electoral, el cual dependerá de la difusión de los resultados disgregados una vez estos puedan ser publicados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) o a quien pueda interesar, en función de las actas emitidas por las máquinas electorales el pasado 28 de julio.
Amanecerá y veremos…
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!