"Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, la ley respetando la virtud y honor"
Himno Nacional de Venezuela
Vicente Salías y Juan Landaeta
El Tribunal Supremo no presentó argumentos documentales que justifiquen los resultados que profirió el Consejo Electoral, y que dieron lugar a un curioso acto de proclamación presidencial.
No invocó ningún fundamento jurídico que diera lugar a una extraña decisión.
No desagregó ningún elemento pericial por mesas, centros o estados que sustentaran los números absolutos y relativos que divulgó sin ninguna base el poder electoral.
La ausencia de motivación hace inexistente la sentencia y, en consecuencia, inaceptable e imposible de acatar, por lo que es inejecutable.
Además; por supuesto, que el TSJ, no tiene competencia en estas circunstancias, de producir una sentencia certificadora de resultados electorales, toda vez que incurre, como ocurrió, en usurpación de funciones: Toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos. ( CN. Art.138)
Todo va poniendo de manifiesto que estamos en presencia de una estafa continuada en la que participan autores intelectuales, materiales, y auxiliadores, que conforman una acción conspiradora contra las formas republicanas que Venezuela se ha dado y que están plasmadas en el Pacto Social Constitucional.
Venezuela y el mundo se asombran al mirar en vivo y directo el modo como se perpetra un acto delincuencial.
Resaltemos que nuestra Carta Magna dispone que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, y la ejerce mediante el sufragio. Está demostrado que Venezuela el 28 de julio de 2024 exteriorizó su voluntad y la hará valer.
Así las cosas, la sociedad venezolana y mundial impedirán que el asalto en desarrollo materialice la acción que tiene por objeto continuar con la depredación de la República. Venezuela, a pesar de los pesares, se mueve y alcanzará sus objetivos.