Tribulaciones místicas de una elección

Llegó el 28 de julio de 2024, séptimo día de la última semana y un crepúsculo matutino, sin nimbos de sangre, había abierto las salas de votación, en por lo menos 330 municipios, desplegados sobre llanuras, selvas y montañas alrededor de la República Bolivariana de Venezuela. Era que en esos parajes se realizarían las elecciones presidenciales. Todo marchaba al compás de las entradas y salidas de los votantes, que apenas le consumía dos cortos minutos para ejercer su derecho a elegir sus autoridades, con un excelente sistema electrónico probado en varias batallas electorales. Se medían hasta diez candidatos (nueve opositores y uno gubernamental). El Nicolás Maduro, buscando la reelección y Edmundo González (alias María Corina Machado, la voz cantante) queriendo defenestrarlo. Los demás eran solamente figurines de la política contendiente.

El Consejo Nacional Electoral, máximo contralor del evento, alzábase frente a las puertas del Silencio, en la ciudad de Caracas. Por el norte, por el sur, por el este y el oeste levantaban sus guaridas los partidos contrincantes que idolatraban a sus líderes en competencia.

Ya estábamos al final del Crepúsculo vespertino y la tecnología se encontraba en pleno vigor transmitiendo resultados, que en ciertos momentos era ralentizado por interrupciones externas y maliciosas, según informacion oficial del CNE.

Una agonía sedienta consumía a los partidarios de los candidatos en pugna, cuando avanzada la noche la fuente irreversible oficial anunció: Nicolás Maduro 5.150.092 votos el 51,2%; Edmundo González 4.445.978 votos el 44,2%.

Sobre las tiendas de las huestes gubernamentales y opositoras, ondeaban multicolores estandartes, en cuyo trapo, al impulso de la devoción y del heroísmo, iban germinando como futuros emblemas de victoria.

En una tienda rasa que se alzaba entre las otras había un como hombre flaco y viejo que tenía asido por el brazo María Corina Machado y ella anunciaba, tenemos el 100% de las actas del CNE, mientras que, él como ermitaño Edmundo, se conformaba con anunciar que tenemos un 40%, pero a pesar de la disidencia, coincidían en anunciar que les habían hecho un gigantesco fraude y desconocían los resultados emitidos por el ente oficial CNE.

Y esa noche, el conteo expedido y anunciado por el CNE y que, comunicó en rueda de prensa por la televisión anunciando que en las actas acababa de ganar el chavismo, fue la chispa del incendio que venían esperando los operadores opositores para construir las máquinas de guerra diseñadas por Sumate, a través de un cuestionado portal de Internet. Acababa de hundirse el sol, cuando tomaron el camino de la violencia y desarrollaron destrucción de hospitales, escuelas, estatuas, puestos policiales y asesinatos de militantes del partido de Gobierno, con grupos inescrupulosos denominados "comanditos" apoyados por MCM y Edmundo en los medios de comunicación.

MCM se aproximó a su balcón y levantando sus párpados, se le notaba que la estrellita tornasolada se había apagado en el fondo de las órbitas, y repetía una y otra vez "es un fraude, tenemos 100% de las actas del CNE", pero nunca, hasta ahora, se han logrado mostrar al público para garantizar que ganó las elecciones Edmundo González.

Pero ella alegaría diciendo , "yo soy así, el centro del universo, lo mismo que en la ilusión del horizonte circular y de la bóveda celeste, dimanando tal vez de aquí la persistencia filosófica y religiosa del antropocentrismo"

Sin embargo, este cuadriculado de los círculos concéntricos, como una poligonal semejante a la que resultaría de la vinculación lineal de los astros en el firmamento, se superpone ante la visión corriente y muchos países como los EE.UU y sus satélites de América y la Comunidad Europea, también su satélite, dan como cierto un ganador en la efigie de Edmundo González y así lo proclaman. Son la vergüenza del mundo, pero poco les importa.

El pretendido consuelo que suministran las creencias fundadas en la adivinación y la convicción sensible, consiste en que engañan con una vana esperanza a sus seguidores, de sacudir el yugo que llevan en el subconsciente sin trabajar y lo dejan en manos de la ignorancia carente de voluntad.

Contra los abusos de la aventura intuitiva, es que todo ese progreso debe representar el trabajo contínuo de los hombres y mujeres de la política en Venezuela, acatando el bien supremo de la verdad y no dejándose manipular, ni desde adentro ni desde el exterior.

Conviene asimismo advertir para la mejor comprensión de lo que sigue, que el hecho no comprobado no constituye por sí solo una verdad, sucediendo lo propio con la certidumbre. El hecho es una realidad y la certidumbre una demostración. Los opositores deben demostrar que ganaron y no solicitar lo contrario.

La verdad es un estado más o menos permanente de completa satisfacción racional, creado en nuestra mente por la concordancia de realidad con certidumbre.
"El progreso de la ciencia es una ascensión hacia la libertad por el camino de la verdad y del honor".

No se debe a circunstancias futiles, como lo estamos padeciendo los venezolanos.



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