Desconectarse, desobedecer y liberarse

En la Venezuela profunda, la que no se cuenta en los libros, se hallan testimonios de que si se puede vivir con dignidad y autogobernarnos, libres para siempre del sometimiento y las barbaridades de un gobierno como el madurista, o de la amenaza de estar bajo otro, como la esquizofrenia maricorinista. Sin embargo, para poder alcanzar estas condiciones ideales de vida, los venezolanos tienen que desconectarse de la alienación capitalistica y la dictadura de su algoritmo, y por supuesto, no para irse a vivir como huraños a alguna selva inhóspita, no, todo lo contrario, para retomar el espíritu de una República libre, de constitucionalmente iguales. El asunto está en organizarse como una sociedad plena de consciencia para dejar de ser obedientes a los dictados de las lógicas del capital, para liberarse de los fantasmas cerebrales que este sistema cría, como piojos, en la cabeza del pueblo para encubrir la realidad de explotación, inmoralidad y desigualdades.

En el siglo XXI con el continuo desarrollo y aplicación tecnológica de nuevas ciencias y particularmente de las neurociencias, la revolucion popular venezolana no puede saltarse la tarea de comenzar por liberar el lóbulo frontal de la sociedad de los mecanismos de alienación del sistema de opresion capitalista, y por consiguiente, una vez liberada adopte una actitud critica, ampliar su campo de miras, ejercer la indisciplina cognitiva, epistémica y política, impidiendo así la reproducción de las condiciones de esclavitud inconsciente o voluntaria.

Es decir, una amplia masa social como los empobrecidos del chavismo y de la oposición, hoy divididas por peleas burguesas que para nada son los suyas, en donde son reducidas al rol de borregos, deben terminar por saber, que el capitalismo en su afán de dominarlo todo y de todo transformarlo en mercancía y finalmente en ganancia y poder, no les importa un carajo la vida de los pueblos, si tienen que masacrar a todo un pueblo - ahí está el ejemplo del pueblo de Palestina y el Congo - lo hacen con un total desprecio por la vida, porque el capitalismo no tiene nada que ver con la vida, el capitalismo es simplemente un régimen de muerte.

Por lo tanto, a los empobrecidos del chavismo y de la oposición de Venezuela están obligados si quieren ser personas y un pueblo libre, dejar de andar detrás de políticos mediocres y ladrones, y ocupar de una vez por todas su lado negativo en la antítesis, o sea, ser los sepultureros del régimen capitalista. Los empobrecidos de Venezuela están obligados a identificarse como una sola clase social, constituirse en sujeto de transformación y rebelarse y construir un sistema social radicalmente nuevo, donde imperen los principios de la libertad de oportunidades combinada con la igualdad social.

En Venezuela esta experiencia necesita llevarse a cabo, y la buena noticia es que es perfectamente viable, avanzar hacia allá es hacerlo en dirección a una cultura en la cual todas y todos sean productores libremente asociados dispuestos a satisfacer las necesidades vitales, las del cuerpo y las de la fantasía de todo el pueblo venezolano. Mientras no se pueda ser capaz de que esto ocurra, permaneceremos atados como esclavos a este sistema que lo único que genera es miseria, desigualdad y opresión de todo tipo. Es urgente que nos desconectemos, desobedezcamos y nos liberemos

De allí, que para liberarse politicamente se requiere entonces, en primer lugar, desalojar del sentido común, del imaginario colectivo todas "las criaturas bajo cuyo yugo" se deriva toda la basura ideologica que se transforma en miedos e inseguridades que el capitalismo va instalando en el alma popular del venezolano para impedir el desarrollo de una insurreccion de la conciencia de pueblo para si, y en segundo lugar, que el pueblo se constituya en una poderosa fuerza material capaz de desplegar toda la energía transformadora para que barra con todo el actual modelo capitalista opresivo venezolano, y que en poco tiempo no sea más sino una simple pieza de museo de la historia nacional.

En este sentido, estamos absolutamente convencidos, que el instrumento hoy en Venezuela más adecuado para desconectarse, desobedecer y liberarse sigue siendo, como siempre lo ha sido a lo largo de nuestra historia, la creación de una JUNTA PATRIÓTICA DE SALVACIÓN.

En consecuencia, no debe perderse más tiempo en la búsqueda de una salida política, porque el pueblo venezolano desde siempre ha sabido que el "moviento juntista" ha sido el más eficaz, con la diferencia que ahora, los empobrecidos del chavismo y de la oposición, habiéndose transformado moralmente en una fuerza social revolucionaria, se pondrán al frente de la revolucion como la clase social que dirigirá los destinos del país para construir una sociedad de productores libremente asociados.



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Arnaldo Aguilar Dorta


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