Pinceladas sobre el Día de la Resistencia Indígena

"Un día como hoy pero de 1492. Los Nativos de nuestro continente descubrieron: Que eran indios; que vivían en América; que estaban desnudos; que debían obediencia a un rey y una reina de otro mundo; que había un dios y un cielo", escribió Eduardo Galeano, periodista uruguayo.

El Día de la Resistencia Indígena es una conmemoración celebrada el 12 de octubre que, según la historia, se remonta a aquellas luchas en 1492 de los pueblos indígenas en defensa de su cultura contra la colonización española, luego de que el navegante genovés Cristóbal Colón, llegará al continente Americano.

El Día del Respeto a la Diversidad Cultural se erige como una oportunidad significativa en el ámbito educativo para la reflexión crítica sobre el pasado americano, las luchas y resistencias que moldearon nuestra historia y su profunda influencia en el presente. Este día no solo conmemora la llegada de Colón a América, pues también invita a examinar la riqueza de las culturas nativas, sus luchas y su papel en la construcción de un mundo más inclusivo y equitativo.

La Unesco señala que la Diversidad Cultural no es simplemente una característica distintiva, sino un motor esencial para el desarrollo sostenible de individuos, comunidades y países.

Al expandir nuestras alternativas y nutrir diversas capacidades, valores humanos y cosmovisiones, la Diversidad Cultural nos prepara para un futuro más prometedor.

Esta premisa destaca la importancia de incorporar una perspectiva intercultural y plurinacional en nuestros sistemas educativos

Otros países que guardan la tradición de esta fecha son: Argentina (Día del Respeto a la Diversidad Cultural), Bahamas (Día del Descubrimiento), Belice (Día Panamericano), Bolivia (Día de la Descolonización, después de haberse llamado Día de la Liberación, de la Identidad y de la Interculturalidad), Chile (Encuentro de Dos Mundos), Colombia (Día de la Raza y la Hispanidad), Costa Rica (Día de las Culturas, Día del Descubrimiento y la Raza, pero a partir de 1994 se transformó oficialmente en el Día de Encuentro de las Culturas), Ecuador (Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad), Estados Unidos (Día de Colón), Guatemala (Día de la Hispanidad), República Dominicana (Día de la Identidad y Diversidad Cultural y también, Día del Encuentro entre dos Culturas) y Venezuela (Día de la Resistencia Indígena).

En países como Nicaragua y Venezuela o la provincia de Navarra (España), se instituyó de manera oficial el 12 de octubre como "Día de la Resistencia Indígena". Son pocos los países que siguen celebrando esta fecha como una alusión a la raza o la cultura hispanoamericana que surgió en el siglo XVI fruto de la conquista. Los cambios de denominación están muy relacionados con la reflexión social e histórica de las poblaciones de nuestro hemisferio.

En Venezuela desde el 11 de octubre de 2002, es designado Día de la Resistencia Indígena, decretado por el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, quién estaba convencido de que esta celebración del "Día de la Raza" denominaba discriminación y racismo, dado que esta fecha es forma de reivindicar y honrar la resistencia de los pueblos indígenas contra los conquistadores.

Este sábado 12 de octubre, cuando se conmemora el Día de la Resistencia Indígena, los pueblos originarios rinden honores con diferentes actos culturales al comandante de la Revolución Bolivariana, Chávez, propulsor de las políticas en pro de reivindicar las luchas de estas comunidades.

Después de más de 500 años de lucha, en 2002, como parte de las políticas para reivindicar las luchas del pueblo, el Comandante Chávez emitió el decreto presidencial Nº 2028, publicado en la Gaceta Oficial extraordinaria Nº 5615, del 10 de octubre de ese año, en el que a partir de entonces pasaría a conmemorarse el Día de la Resistencia Indígena.

Con Chávez pasamos de ser los excluidos a ser protagonista de la historia tras las luchas de los valientes guerreros que combatieron al lado del gran Guaicaipuro, quien dio su vida en defensa de la libertad y liberación de los pueblos indígenas, al igual que nuestro Comandante.

Los pueblos indígenas de Venezuela ratifican su compromiso rotundo con la labor emprendida por el Presidente Nicolás Maduro, quien impulsa y mantiene vigente el legado de Chávez junto al pueblo venezolano.

Hoy somos los defensores y forjadores de nuestro propio destino, y en este día de victoria le juramos que seguiremos construyendo la patria nueva, la patria grande, la patria socialista y la patria indovenezolana que siempre soñó Chávez, seguir luchando con ética y compromiso revolucionario, con espíritu socialista por los derechos fundamentales de nuestros pueblos y comunidades indígenas.

Maduro, desde que asumió la presidencia cambió el paradigma de políticas públicas hacia los pueblos indígenas en Venezuela y a reconocer y valorar el esfuerzo de los líderes indígenas como el cacique Guaicaipuro, del guerreo guatemalteco Tekum Umán y el inca Tupac Amaru, por constituir un símbolo de resistencia y valor frente al colonialismo imperialista.

Los más oprimidos de esta tierra se han levantado y están comenzado a escribir una nueva página de la historia de América Latina y del Caribe, luego de siglos de explotación, dominación y atraso, por eso y muchas razones siempre seremos fiel al comandante Chávez.

La conmemoración de este día nos brinda la oportunidad para recordar la heroica resistencia de los pueblos indígenas, en defensa de sus territorios y su identidad sociocultural, así como de visibilizar la importante contribución y protagonismo histórico, social, político, cultural y lingüístico de nuestros pueblos.

Este día busca fomentar el reconocimiento a los pueblos indígenas, así como la lucha por sus espacios, motivando a su vez al pueblo venezolano a rescatar sus tierras para impulsar su integración social.

Modernidad y colonización eurocentrista

Desde 1492 cuando se genera la "primera ayuda humanitaria" que arrasó con poblaciones y culturas enteras (se estima que fueron masacrados más de 80 millones de seres humanos, entre niños, niñas, adolecentes, jóvenes, mujeres, hombres y abuelos), Europa proyecto un tipo de desarrollo que le permitió llegar a ser lo que hoy es, pero a costa de nuestros pueblos.

El asunto no es que exterminó y empobreció sólo a una parte de la humanidad, sino que el tipo de desarrollo que produjo la modernidad occidental hoy está destruyendo las dos únicas fuentes a partir de las cuales es posible producir y reproducir cualquier forma de vida: la naturaleza y el trabajo humanizado.

Los fundamentos del conocimiento desde el que habitualmente partimos no es el nuestro, sino que son conceptos muchas veces con una fuerte carga de eurocentrismo y no nos damos cuenta. Por eso es necesario volver a repensar, pero no desde el horizonte histórico y cultura que genera el problema, que es la modernidad, sino desde la perspectiva histórica que la modernidad sistemáticamente negó, encubrió, excluyo y empobreció.

Es en NuestraAmérica donde se puede ver de modo más evidente las consecuencias nefastas que para la humanidad ha producido la modernidad y por las que afirmamos que la modernidad como proyecto de vida es inviable y no factible para la especie humana.

En nuestro caso, el futuro no es de la modernidad, ni está delante, sino atrás, se trata de darle la cara a lo que siempre le dimos la espalda. La colonialidad también consiste en creer que esta realidad que el colonizador sembró, es la única que posee el colonizado, que más allá de esa realidad no hay más.

La modernidad ha encubierto nuestra historia, y a partir de esa historia negada podemos empezar a descubrir el carácter ideológico del discurso científico o filosófico de la modernidad.

Debemos develar la estrecha relación que existe entre la modernidad como proyecto de dominación concebida como paradigma universal de conocimiento, a partir del cual la modernidad europeo-occidental se relaciona con la humanidad en términos de dominación, es decir, su conocimiento, su saber y su ciencia como si fuera lo único.

Sí el criterio de la acción racional ha de ser la producción y reproducción de la vida, el concepto o concepción de racionalidad no lo podemos tomar de la modernidad, esto es, no lo no se puede tomar de su ciencia y filosofía, porque ellas son las que han hecho "aparecer" la lógica de la acción capitalista y moderna como "racional".

Las consecuencias de esta concepción, cuando son llevadas a la práctica, no ha sido sólo nuestro subdesarrollo, sino la explotación de nuestra fuerza de trabajo y de nuestra Pachamama.

De lo que se trata es de tomar el criterio de lo que vaya a ser concebido como racional, de la capacidad o potencia de las acciones humanas por producir y reproducir tanto la vida nuestra como la vida de la Madre Tierra.

Hay que tomar conciencia porque el problema no es sólo objetivo sino fundamentalmente subjetivo, es decir, ahora el problema somos nosotros, nuestra conciencia enajenada, colonizada, es decir, modernizada.

Debemos tomar conciencia de lo que hemos llegado a ser, de lo que éramos y de lo que queremos ser, pero no desde la conciencia o cosmovisión moderna, sino desde la conciencia que aún late en el fondo negado de nuestro ser y que aparece un poco en estos lemas como el Suma Qanalam Ñandereco (vida armoniosa), Teko Kavi (vida buena) y Qhapaj ñan (camino o vida noble) y que debemos desarrollar nosotros mismo sin caer en el subdesarrollo.

Sabemos que la idea de desarrollo como la economía, racionalidad y ciencia que ha producido la modernidad son irracionales, porque va hacia el socavamiento de las condiciones de posibilidad de sí misma y de la vida.

Por eso es irracional, porque tiende hacia la muerte no hacia la vida. Es irracional porque no desarrolla la vida humana en general, sino que produce la destrucción de ésta.

Es apreciable las consecuencias que han producido 500 años de modernidad. Por eso decimos que el problema no es sólo el capitalismo, sino la racionalidad y la cultura de muerte que ha generado, lo que es la modernidad.

"Inventamos o erramos", no podemos permitir conceptos muchas veces con una fuerte carga de eurocentrismo. Por eso es necesario volver a pensar, pero no desde el horizonte histórico y cultura que genera el problema, que es la modernidad, sino desde la perspectiva histórica que la modernidad sistemáticamente negó, encubrió, excluyo y empobreció.

Es en NuestraAmérica donde se puede ver de modo más evidente las consecuencias nefastas que para la humanidad ha producido la modernidad y por las que afirmamos que la modernidad como proyecto de vida es inviable y no factible para la especie humana.

En nuestro caso, el futuro no es de la modernidad, ni está delante, sino atrás, se trata de darle la cara a lo que siempre le dimos la espalda. La colonialidad también consiste en creer que esta realidad que el colonizador sembró, es la única que posee el colonizado, que más allá de esa realidad no hay más.

La modernidad ha encubierto nuestra historia, y a partir de esa historia negada podemos empezar a descubrir el carácter ideológico del discurso científico o filosófico de la modernidad.

Debemos develar la estrecha relación que existe entre la modernidad como proyecto de dominación concebida como paradigma universal de conocimiento, a partir del cual la modernidad europeo-occidental se relaciona con la humanidad en términos de dominación, es decir, su conocimiento, su saber y su ciencia como si fuera lo único.

Sí el criterio de la acción racional ha de ser la producción y reproducción de la vida, el concepto o concepción de racionalidad no lo podemos tomar de la modernidad, esto es, no lo podemos tomar de su ciencia y filosofía, porque ellas son las que han hecho "aparecer" la lógica de la acción capitalista y moderna como "racional".

Debemos tomar conciencia de lo que hemos llegado a ser, de lo que éramos y de lo que queremos ser, pero no desde la conciencia o cosmovisión moderna, sino desde la conciencia que aún late en el fondo negado de nuestro ser y que aparece un poco en estos lemas como el Suma Qanalam Ñandereco (vida armoniosa), Teko Kavi (vida buena) y Qhapaj ñan (camino o vida noble) y que debemos desarrollar nosotros mismo sin caer en el subdesarrollo.

Sabemos que la idea de desarrollo como la economía, racionalidad y ciencia que ha producido la modernidad son irracionales, porque va hacia el socavamiento de las condiciones de posibilidad de sí misma y de la vida.

Repetimos: "inventamos o erramos", nos recuerda el maestro del Libertador, Simón Rodriguez.

La lucha contra el colonizador

 

El pueblo venezolano desde la llegada del invasor al suelo patrio comenzó a marcar su historia, una historia de triunfos y derrotas, que han marcado el camino de libertad e independencia que iniciaron nuestros pueblos ancestrales, en fecha 6 de enero de 1562, cuando se logra la primera gran victoria bajo el mando de los Caciques Guaicaipuro y Terepaima, quienes junto con los guerreros de las tribus: Teques, Caracas y Mariches, derrotaron a las tropas invasoras españolas conducidas por el capitán Luis de Narváez.

Esta victoria, significó la liberación de los territorios del centro de Venezuela, durante varios años, ya que los invasores, temían a la ferocidad con la cual luchaban nuestros ancestros guerreros, que jamás conocieron el miedo.

Guaicaipuro formó una coalición de gran alcance contra la conquista española del territorio de la actual Venezuela, con diversas agrupaciones que él condujo durante el siglo XVI en la región central del país, especialmente en el Valle de Caracas. Él dirigió, entre otros, a los Caciques Tiuna, Naiguatá, Guaicamacuto, Chacao, Terepaima, Catia, Aramaipuro, Paramaconi y a su propio hijo el cacique Baruta. Guaicaipuro marcó el ejemplo de la unidad.

"¡Huayra!" es uno de los gritos de guerra de los indígenas del siglo XVI, que significa "¡Venceremos!". Los pueblos originarios sostuvieron una tenaz lucha contra el invasor español. El conocimiento de materiales bélicos de la época desempeñó un papel importante en el exterminio de los grupos aborígenes. El exterminio que se llevó a cabo diezmó la población indígena de Venezuela; a pesar de la resistencia infligida no depusieron sus instrumentos guerreros.

Los pueblos originarios mostraron una firmeza implacable contra quienes buscaban someterlos en su propia tierra. Los caballos, los perros amaestrados, los fusiles, la fuerte vestidura y una gran experiencia en el arte de la guerra no lograron extinguir al grito de libertad que retumbaba en los valles y las montañas venezolanas. Ese valor está incólume en la población venezolana, en sus mujeres y hombres, he aquí su fuerza moral y resistencia. ¡Volveremos a vencer!

 



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Alberto Vargas

Abogado y periodista, egresado de la UCV, con posgrado en Derecho Tributario y Derecho Penal. Profesor universitario en la cátedra de Derechos Humanos

 albertovargas30@gmail.com

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