Arizona, Carolina del Norte, Wisconsin, Georgia, Michigan, Nevada y Pensilvania.
En toda Norteamérica se corre un rumor. Donald Trump eliminará las horas de trabajos extras desarrollados sobre todo los días sábado y esto para un trabajador significa mensualmente un poco más de ochocientos dólares.
Pero también hay otro rumor. Para el escenario internacional de guerras que se aproxima El Pentágono necesita de un presidente que no sea "socialista" como son acusados los demócratas.
De ganar Donald Trump EE. UU., iría inmediatamente hacia las guerras duras y estas trataran de detener una tercera guerra mundial donde los protagonistas sean los denominados ejes del mal; Rusia, China, Irán, entre otros. Si estarían participando sus connotados enemigos y otros que han demostrado no ser de su orbe les quitan protagonismo, cosa que no quieren perder.
Por esto la pelea electoral comienza en Arizona. Un estado cuya población ha tenido un alto índice de crecimiento. Desde 1990 su metrópoli se ha duplicado hasta llegar a casi siete millones y medio de habitantes, de estos un tercio corresponde a latinos o de origen hispano.
En la región de Maricopa de Phoenix se concentra el sesenta por ciento de los votantes. Ellos en el año 2020 fueron claves en el triunfo de Joe Biden. Aún no ha cambiado. Hábilmente el actual mandatario ha invertido más de cincuenta mil millones de dólares para convertirlos potencialmente en el área tecnológica, transformando así el perfil de su población.
Hábilmente el voto demócrata se ha mantenido tras el nivel de inversiones para la fabricación de microchips desarrollados por varias multinacionales, atrayendo trabajadores de un alto nivel educativo devengando mejores salarios.
Arizona es un estado con seiscientos kilómetros de fronteras con México y el mayor movimiento de votos estará en la inmigración las cuales han disminuido en un veintiún por ciento debido al endurecimiento de leyes de asilo como el PAROLES, aparte de la contención que hace México y a las detenciones en cruces ilegales.
Hábilmente los inmigrantes legales y los medio legales automáticamente rechazan a nuevos inmigrantes que tienen competencia abierta para sus mejoras salariales. Controlando la migración entre ellos, los que ya están adentro pueden ver expandidos sus beneficios y no arrebatados por la ola de nuevos migrantes.
Por eso las deportaciones masivas cuentan con el apoyo de muchos sectores de la población pues es mejor expulsar a quien compite por tu pan. Pero como una de las más destacadas en la historia norteamericana las promesas de Donald Trump encuentran apoyo en la población que toca las ciudades más afectadas, mientras Kamala Harris promete el rescate del proyecto bipartidista que su rival destruyó.
Otro de los puntos que estimula la votación en Arizona es el sensible tema el cual destaca los derechos reproductivos sobre todo cuando los republicanos locales trataron de recuperar fallidamente una ley de 1864 que prohibía el aborto. Hoy es ilegal practicarlo a partir de la semana número quince, y el 5 de noviembre en las elecciones será acompañado igual por una consulta popular para blindar al aborto en la Constitución estatal.
En las últimas elecciones Arizona era un bastión de los republicanos y Joe Biden lo ganó en el año 2000. Ya lo mismo se había repetido con un candidato demócrata en 1996.
Mientras que en Carolina del Norte es un estado competitivo. La primera razón, el veintiún por ciento de jóvenes en edad de votar son negros, estos nacionalmente representan un doce por ciento.
En esto los demócratas acapararon sus votos en el 2020. Biden obtuvo de toda la nación el 87%, mientras que Arizona acapara el 92%. Otro importante aspecto es su significativo número de población rural.
Sin embargo el voto republicano ha evolucionado en los residentes de las zonas rurales donde viven casi tres millones y medio de habitantes. Lo principal en Carolina del Norte son acompañados por tres aspectos; economía con notable ventaja, inmigración y aborto. Este último apoyado por un 43% en la ilegalización de su interrupción, esto los diferencia del resto de la nación.
En Carolina del Norte la campaña de Donald Trump ha sido una verdadera furia pues abiertamente apoya a su candidato a gobernador quien se ha declarado un Nazi Negro y apoya la reinstauración de la esclavitud.
Georgia el llamado Cinturón del Sol. Uno de cada tres votantes es afroestadounidense. Después de Texas es el estado con mayor población negra. Con su electorado Biden se impuso en este estado.
Las cosas no han cambiado pues las encuestas dan como favorita a Kamala, frente a los evangélicos republicanos concentrados en los blancos que viven en las zonas rurales.
Michigan es otra ciudad importante. La mayoría de su población es árabe-estadounidense. Dearborn es una ciudad industrial al lado de Detroit y es la capital árabe de EE. UU. Los árabes representan casi el 55% de su población.
Aun cuando en el 2020 dieron su respaldo a Biden, hoy las cosas podrían estar cambiando tras el excesivo apoyo militar de la Casa Blanca a Israel. En las primarias demócratas de febrero más de cien mil votantes marcaron en su boleta un "no comprometido" para dejar de proveer de armamento a Israel.
El tono alto de Kamala ha dejado una nota muy clara en cuanto al cese inmediato de operaciones sobre Gaza, no sin antes advertir que Israel está en su derecho de defenderse. Trump ha hecho lo mismo instando a Israel a acabar con sus operaciones en contra de Hamás pero no ha mencionado a los palestinos.
En Nevada la situación es otra. Su población aumentó quince por ciento entre 2010 y 2020. Es un estado de crecimiento y diversificación rápida. Pero el veintiocho por ciento son latinos. Ha sido el primero en darle un escaño en el Senado a una latina; Catherine Cortez Masto.
La pelea se ha dado en Las Vegas donde se concentran tres cuartas partes de los tres millones cien mil de sus habitantes.
Tiene una de las tasas de desempleo más altas del país, 5,5%. A nivel nacional está por debajo, 4,2%. Allí se encuentra el mayor número de trabajadores que viven de un sueldo de propinas, algo muy habitual en EE. UU., por eso los dos candidatos han prometido eliminar el cobro de impuestos a estas gratificaciones.
En todo EE. UU. los sindicatos sobre áreas específicas mantienen fuerte su presencia y en Las Vegas el culinario sobrepasa los sesenta mil miembros, algo muy importante.
Con la excepción de 1976 Nevada viene sumándose con sus votos al ganador, no ha desperdiciado a su electorado desde 1912 al 2016. Nevada ayudó a Biden a imponerse en el 2020. Harris va ganando según las encuestas de este estado por apenas un punto. Y a nivel nacional Trump va perdiendo con la ventaja de tres puntos de los demócratas.
Pensilvania es el más complejo de los siete estados bisagra. Su población es conservadora. Son el Cinturón del Óxido, industrial hoy venido a menos. Su población blanca representa 9,7% de los trece millones que tiene el estado. Allí hay una transición poblacional con crecimiento desde el 2010 por parte de los latinos los cuales suman un millón, mayoritariamente dominicanos y puertorriqueños.
Ahora comienza a conocerse el Cinturón Latino de Pensilvania conformado por cuatro condados de Filadelfia; Luzerne, Berks, Lehigh y Northampton.
Con Biden la inflación se ha disparado. En el condado de Erie una de cada ocho personas vive en situación de inseguridad alimentaria.
Son un estado péndulo así que quien lo gane se impondrá el 5 de noviembre. Pero quien lo pierda le cerrará los caminos hacia el triunfo. Desde 1948 ningún candidato ha llegado a la Casa Blanca sin imponerse en este estado.
La ventaja de Harris sobre Trump es apenas de un 0,7%. Trump se impuso a Hillary en 2016. Con 1,17% de votos allí ganó Biden. Hoy del millón de hispanos en Pensilvania seiscientos mil están aptos para votar.
Finalmente tenemos a Wisconsin. El 80% de su población es blanca, 7,6% latina y 6,6% afroestadounidense. Milwaukee tradicionalmente es demócrata. Su densidad poblacional es una de las más bajas desde 1920.
En esas regiones menos pobladas con granjas lecheras, almacenes y pequeñas fábricas son un refugio para Trump.
Desde 1970 Wisconsin el cual forma parte del Cinturón de Óxido sigue en decadencia industrial. En el 2016 los Blue-Collar Workers –Trabajadores de Cuello Azul- apoyaron abiertamente el mensaje proteccionista de Trump. Pero en el 2020 desencantados apoyaron a Biden.
En las elecciones del 2016 Trump ha sido el primer republicano junto a Reagan en ganar las elecciones. Por eso los demócratas han bautizado las regiones de Míchigan y Pensilvania como El Muro Azul.
Aun con la derrota demócrata del 2016 Biden los recuperó en el 2020. Y las relaciones con los líderes sindicales apuntan en un apoyo directo a Kamala Harris.
Finalmente, Harris necesita cuarenta y cuatro votos electorales de los estados bisagra y Trump tendría que recoger cincuenta y uno. A los demócratas les bastaría retener a Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, un trío bautizado por su partido como El Muro Azul.
Biden y Obama se impusieron en 2008 y 2012. Con ellos Trump llegó a la Casa Blanca en el 2016.
Si los republicanos logran captar a Pensilvania, Georgia, y conservan a Carolina del Norte estarán en la Casa Blanca. Trump puede ser la gran sorpresa en esta contienda, aunque Kamala tiene un campo de colegios electorales.
Hasta más pronto…
Miguel A. Jaimes N.
https://www.geopoliticapetrolera.com
Noviembre 5 del 2024