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Según el primer capítulo del Cuarto Evangelio, Jesús fue un peregrino en el mundo. Jesucristo fue un migrante, ya que dejó su tierra natal para buscar seguridad, bienestar y difundir su credo.
Recordaba por estos días, las clases de Historia Universal del bachillerato, en el Liceo Miguel José Sanz, en Maturín, Estado Monagas, del profesor José Lira Sosa, donde hacía énfasis en el poblamiento; en las migraciones que de alguna manera configuraron el mundo en que vivimos.
Nos hablaba este profesor de las migraciones que se produjeron por el Estrecho de Bering, hoy reseñadas también por Wikilis:
"Según la teoría más aceptada actualmente, los amerindios descienden de grupos de cazadores recolectores de origen siberiano que migraron a América a través del puente de Beringia, formado durante un breve periodo de la última glaciación (Würm o Wisconsin), debido al descenso del nivel de los océanos. (Sirvió como puente para que los seres humanos poblaran América en el Pleistoceno.)
Uno podía preguntarse ¿qué se proponían o buscaban esos migrantes?
Podríamos responder, sin profundizar, que además de la curiosidad típica del ser humano por conocer otras tierras, se buscaban nuevos recursos para mejorar sus condiciones de vida, un mayor bienestar, en fin aventurarse, siempre tratando de abastecerse y alimentarse.
Hay países que se han constituido prácticamente sobre la base de migraciones de diferentes latitudes, ergo, los Estados Unidos, así lo revelan investigaciones al respecto:
"Estados Unidos es un país conformado de migrantes y por migrantes. Los que llegaron por el estrecho de Bering, los que arribaron de Europa, los que provinieron de Asia, los que tenían como origen el sur. Los que llegaron, siguen y seguirán llegando desde todo el mundo".
Hoy lo Estadounidenses, que no son ninguna raza pura sino, una mezcla de etnias y razas, aunque ellos han tenido su Kukuxklán, que se consideran puros y matan a los negros, por ejemplo, rechazan a los migrantes, crean todo tipo de leyes, ponen todo tipo de obstáculos a los nuevos migrantes, construyen muros y hasta le lanzan perros para atemorizarlos. Se conformaron con migraciones pero ahora, las rechazan. Diría mi Tía Luisa, ¡Así paga el Diablo¡
¿Por qué traigo a colación estos recuerdos y los comparto con Uds.?
Podrían ponerse más ejemplos, pero hay poco espacio. Los traigo, porque ahora las migraciones y los desplazamientos de seres humanos, constituyen un escándalo y son movilizados policías, guardias fronterizos y militares con bayonetas caladas para impedirlas.
En el caso de Venezuela, siempre ha sido un país acogedor de los migrantes. He conocido centenares, con algunos he estrechado grandes lazos de amistad, incluso en mi terruño, Caicara de Maturín, Estado Monagas, hace más de 60 años, siendo todavía impúber, conocí e hice amistad con personas de nacionalidad Alemana, Italiana que se dedican a la agricultura uno, otros a trabajos manuales y formaron familias, con las cuales compartía. Porque razón estaban allí, tan alejados. Hastiados de la Guerras fomentadas en Europa, y buscando nuevas condiciones de vida en paz, para sus descendientes.
Hoy vemos que los europeos rechazan los migrantes, los descalifican y dicen que vienen en pateras, al menos que Ud. sea un futbolista, beisbolista o un atleta de futuro y ellos los acepten con un "pañuelo en la nariz", porque rendirán fruto para sus países y les darán prestigio. Esa es la purita verdad, diría, mi Tía, Luisa.
Estudiosos de la política internacional y de estos movimientos migratorios, señalan por ejemplo que:
A lo largo del Siglo XIX, aproximadamente 40 millones de migrantes salieron de Europa y unos nueve millones de China. Los europeos se diseminaron por toda América y Austrolasia, según David Thomson (subrayado mío).
Hoy, nos tocó a nosotros este gusanillo, quiero decir a toda nuestra región, y muy en particular Venezuela, donde ciertamente la gente migraba muy poco. Salíamos a recorrer mundo, pero volvíamos a nuestro terruño acogedor.
Pero, ahora, y esta es la diferencia que trato de subrayar, las migraciones y los nuevos poblamientos, los medios lo han convertido en un escándalo público. Cuando los europeos migraban a otras tierras, todo parecía normal, nadie chillaba. Cuando los migrantes llegaban a los Estados Unidos, en una época, eran acogidos, ahora le lanzan perros rabiosos.
En Venezuela, en particular, podemos apreciar que hay una migración importante, pues nos tocó, pero hay factores que esconden los medios, que tratan sólo de destacar el elemento político que les interesa (descontento con el gobierno).
Pero obvian, mejor dicho, esconden y mienten, porque aquí existe una migración inducida por nacionales (sectores de la oposición extrema) y gobiernos extranjeros, que pretenden utilizarla para estigmatizar el país y justificar sus intentos intervencionistas.
¿O es que acaso, el bloqueo y las más de 900 sanciones que aplica Estados Unidos a nuestro país de común acuerdo con Inglaterra y Europa no han desmejorado las condiciones económicas y sociales en nuestro país? ¿No han generado hambruna? ¿No han desmejorado las condiciones de vida del venezolano? ¡No han impedido incluso que entren a Venezuela medicinas e insumos para los servicios de salud? ¿No ha impedido el ingreso de alimentos y también materiales para repotenciar nuestra industria, en particular la petrolera?
Hay mucha hipocresía mediática en el tratamiento del tema migratorio. El tema es tratado muchas veces en forma superficial y con sesgo. Tratan de calificar con su doble rasero, las migraciones: las de Europa eran buenas, aquí los recibimos hasta sin papeles; las de nuestras regiones malas. Una visión maniquea del tópico, que termina generando odio y lo vemos cuando entre países hermanos se agreden entre si y cuando en Europa y los Estados Unidos los estigmatizan y discriminan.