1. ¿EN PRO DE QUIÉN VE PROVEA? Soy viejo amigo de esta ONG. La considero seria, responsable y necesaria. Pero su defensa del señor Vivanco me agarró fuera de base. Este sujeto, en nombre de Human Rights Watch, no está defendiendo ningunos derechos humanos en la carta que el envía al presidente Chávez. Pretende dictarle pautas legislativas a la soberana Asamblea Nacional (retiren el proyecto de Ley de Responsabilidad Social de Radio y Televisión) y a los órganos de administración de justicia del país (retiren las investigaciones a los medios). Este señor Vivanco se pasó de maraca al entrometerse en asuntos de la absoluta soberanía venezolana, y mis amigos de Provea se pasaron de maraquitas al hacerle, extrañamente rápido, el coro.
2. OTRA DEL MISMO ENANO. El analfabeto por desuso Orlando Urdaneta, ante la posición del cineasta Román Chalbaud respecto a la ley de RESORTE, ha respondido llamándolo homosexual. El inculto payaso declaró en Quinto Día: “Yo no quiero que la aprueben porque después aprueban una ley contra los enanos y me jorobo yo, y más tarde contra los homosexuales y se joroban otros”. El arrogante ignaro cree que le salió una genialidad en su respuesta efectivamente digna de un enano, pero no físico, que no es su culpa, sino mental, que sí la es y la cultiva con asombrosa eficiencia noche a noche.
3. JURAN QUE EL PARO SIGUE. Los únicos que creen que el paro o sabotaje petrolero continúa son los dueños de los medios. A falta de de los prófugos Ortega y Fernández, todos los días en primera página y horario estelar lanzar sus partes de guerra disfrazados de titulares “informativos”. En eso han convertido hasta las más nimias noticias, sin aceptar que en lectores y audiencia van palo abajo. ¿No habrá alguien, amigo de esta gente, que le informe que ese paro terminó, concluyó, finó, fracasó, en fin, peló bolas? Díganle que la Gente del Petrodio anda vendiendo donas, chogüi y coscossettes, que a la plaza de torturas de Altamira no va nadie y que la Coordinadora languidece convertida en una gallera de gallos patarucos sin espuelas y sin cremallera. Ayuden a esa gente.
4. LA INCREIBLE BOMBONA MOLOTOV. La memoria del viejo bolchevique Viacheslav Skriabin, mejor conocido como el camarada Molotov, ha sido ultrajada con eso de una bomba molotov en un botellón de agua de 20 litros. El camarada Viacheslav inventó su artefacto para ser lanzado a la carrera y alejarse con la misma. Hacer una molotov de 20 litros evidencia tenerle un odio desmesurado a la posible víctima, tanto que, embrutecido por el mismo, quien intente quemarla desaparecerá con ella al ser abrasado por las llamas de su disparate o de su imbecilidad. Sería un atentado con autosuicidio. O mejor, una mezcla de ambos con estupidez. Vamos, doña Marta, que ya usted es mayorcita.
Otro sí: el jefe de seguridad de Televen declaró que para evitar que las evidencias se contaminaran, él las recogió –o sea, las contaminó- para entregarlas a la PTJ. Qué mantequilla.
5. GLOBOSICOSIS. Ahora a todo aquel que declara por allí, los redactores, anclas y animadores de Globovisión le perciben o notan “un no sé qué de cierto acento cubano”. La disociación sicótica que le quisieron provocar a su audiencia, terminó por afectarlos a ellos mismos. Ven cubanos hasta en su logotipo. La disociación es continua: mientras la locutora de ese canal narra que el desfile militar del 5 de julio “no estuvo muy acoplado”, las propias imágenes que pasan dicen todo lo contrario. Están tan disociados que no hay que desmentirlos. Se desmienten ellos mismos.
6. AVE MARÍA PURÍSIMA. A la casa de COPEI que quemaron en el “Petarazo”, se suma la de AD que destartalaron en Caricuao y en otro “azo”. Sean quienes sean los autores, protesto esos procedimientos, no por razones políticas, sino por mi temprana formación religiosa. Nunca estaré de acuerdo con la profanación de tumbas.