La caída del puente sobre el río Misissipí, en la ciudad de Minneapolis, es un hecho que causa preocupación sobre lo que puede suceder en nuestro país con puentes de estructura de acero con más de 50 años de servicio. Es el caso del puente sobre el río Chama, en El Vigía. Un puente sometido al intenso tráfico pesado de gandolas que traen materiales, materias primas, mercancías y llevan del Sur del Lago la producción agrícola y ganadera que sirve los mercados del paìs.
El Puente Chama en El Vigía forma parte de esas estructuras que son orgullo de la ingeniería venezolana, como lo era el Viaducto de la autopista Caracas La Guaira, lamentablemente derribado por el desplazamiento del cerro donde estaba uno de sus anclajes. El puente Chama fue construido durante el gobierno de mayor desarrollo nacional en el siglo XX. El gobierno del general Marcos Pérez Jiménez. Tiene 600 metros de longitud, una altura de cincuenta metros sobre el cauce del río y está sostenido por una estructura de cinco arcos de acero.
La información de prensa dice que el puente de Minneapolis se derrumbó por “fatiga” de la estructura de acero, que durante cincuenta años soportó el intenso tráfico de automóviles y vehículos pesados. Se dice que las inspecciones periódicas que se le hacen a estas estructuras de acero, no llegan a detectar posibles fallas causadas por oxidación de remaches o de pernos que unen los diferentes segmentos del puente.
La gran amenaza que se cierne sobre el puente Chama de El Vigía, es el tonelaje, cada día mayor, de gandolas que lo transitan. Cuando ocurre alguna “tranca” de tráfico, en la entrada a El Vigía o en la dirección hacia Mucujepe, se produce sobre la superficie del puente (600 metros), la aglomeración de camiones y vehículos y en algunas ocasiones coinciden ocho o diez gandolas de 30 toneladas cada una. ¿Hasta cuándo la estructura de acero -y su posible “fatiga”- puede resistir el peso de tan elevado tonelaje?
Si lo ocurrido en Minneapolis llegara a ocurrir en El Vigía, sería una catástrofe nacional por la importancia económica que tiene el Sur del Lago de Maracaibo, despensa de Venezuela, en la producción de leche, carne, plátanos, frutales, maderas y otros productos. Unir las dos márgenes del Chama fue una obra extraordinaria y de gran importancia en el presente, tanto para el occidente (frontera con Colombia), como para el centro del país.
Es un puente que debe recibir atención especial en su mantenimiento. Y vigilancia especial para impedir la acumulación de vehículos sobre la superficie de rodaje por causa de alguna “tranca” en el tránsito normal. La acuciosidad en las inspecciones que los técnicos realizan periódicamente, es la garantía de vida del puente Chama de El Vigía, orgullo de la ingeniería nacional. ¿Qué posibilidad hay de auxiliarlo con un puente paralelo?
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