Homenaje póstumo a Manuel Celestino -Chavista impenitente-

Regresamos de Anzoátegui, en ocasión al sepelio de nuestro compadre Manuel Celestino García. Furibundo adeco, y posteriormente irreductible converso al Chavismo. Tal evento, -aparte del luto personal-, nos acusa un profundo dolor por lo que constituye una sensible baja en las filas de nuestras esperanzas. Seis meses atrás -Febrero 2.007- en una reunión en el patio de su casa, rodeado de matas de coco, uvas de playa, hicacos, y apetitosos mangos. El; Celestino, -duro como un palo de yaque de nuestros queridos montes Anzoatiguenses cortado en menguante-, Cargado de años, mirada profunda e inquisitiva; Pablo Armenio y yo; conversábamos sobre los aconteceres de nuestra querida Venezuela.

Enfocamos la discusión, sobre si se estaban realizando simples cambios, o se maquillaba la construcción de una revolución. Esto último, con todo lo sorprendente, mágico, e irreversible que en lo radical; este desempeño implica para lo social, lo económico, lo ético, lo moral, lo participativo, lo solidario, etc. Manuel Celestino; contundente, irónico e incisivo, planteaba que no era necesario pretender ser un agudo historiador, economista, sociólogo, etc. para concluir que el Chavismo rescataba las aspiraciones, de un pueblo irredento desde el fallecimiento de Simón; y añadía exultante y vehemente, que era un error histórico e incluso semantico, considerar la “revolución Venezolana de Octubre” -donde según el, irresponsablemente echo algunos tiros- como tal revolución. Ya que en su opinión, todas las escaramuzas etiquetadas de esa manera; acaecidas y tendentes a la captura del poder; desde Páez o antes ( -Venezuela esclavista, semi-feudal, atrasada y Rural- ) hasta el presente ( -Venezuela en vías de constituirse en una Potencia Petrolera- ) no había sido otra cosa, -salvo la insurrección militar “de” Chávez- haciendo especial énfasis en la preposición “de” y su connotación posesiva y/o de pertenencia; que el pugilato por el botín. La exclusión. La perpetuación en el disfrute material de los ingentes recursos de la riqueza social, hurtados en desmedro de las mayorías explotadas y sojuzgadas. Primeramente; bajo el marco “legal-esclavista” del mantuanaje criollo, en su acumulación originaria de capital comercial, y umbilical dependencia con la corona Española. Hasta nuestros tiempos; en la concepción del “ Estado Moderno “ con antifaz de Democracia Representativa. Depredadora y burguesa. Placentariamente dependiente con el centro del poder explotador mundial del capitalismo, constituido por los Estados Unidos.

Soberbio, argullente y desmandado. Manuel Celestino; con el empuje y vigor de todo joven que frisa los ochenta Agostos. Lucido; pletórico de experiencias. Titánico y sublime. Hierático y mayestático desde su inseparable chinchorro. Irreductible. No se dejaba acorralar ante los feroces embates que le oponíamos Pablo Armenio y yo. Es cierto –admitía- que quizás por seguir las líneas directrices de nuestro Comandante Hugo Chávez, votamos sin chistar por el gobernador que tenemos. Perdiendo en consecuencia la oportunidad de elevar a la gerencia de nuestro estado, a un funcionario que apartándose de su natural inclinación a escribir ensayos, novelas y poemas; por demás natural. Se afincara en el día a día gerencial. Batallando, trabajando, y resolviendo eficientemente los problemas que aquejan al colectivo. Pateando la geografía del estado; que no lo constituye unicamamente El Tigre, Barcelona y Puerto la Cruz. Logramos sin duda alguna; Cambiar de gobernador –concluía-. Cuando lo procedente era en oposición a las reaccionarias e involutivas apetencias de la burguesía Anzoatiguense, -Revolucionar. Sacudir la Gobernación-. Acepto igualmente, que no supimos escuchar las voces que discretas pero reiterativas; en susurros y luego por la calle del medio; concretas y propositivas; nuestros paisanos de Uchire, Aguas Calientes, El Hatillo, La Cerca, Nueva Unare, Clarines, Barcelona, etc. Que indicaban como excelente candidata a Lina Ron. Comprometida mujer con la revolución, que no con los cambios burocráticos. Pero es innegable, no obstante el lunar anterior; que como fuerza hemos afianzado en el liderazgo a Hugo Rafael; en un estado otrora y hasta hace poco atrasado y Cuarto Republicano.

Pablo Armenio; ex militar y calculador. De fuegos profundos y demoledores como buen artillero, -aprovecha la pausa- y arremete con descargas a discreción. Manuel Celestino, desde el fondo de su moriche se revuelve inquieto y en apresto a la espera de lo que sabe; será un inclemente ataque argumental. Le enrostra Pablo, que Betancourt no supo interpretar los momentos estelares que el país le ofreció como líder de multitudes. Que no supo leer al obedecer a bastardos intereses personales, de grupos y extra-continentales; en las entrelineas de los cuadernos de la historia, que con la muerte de Gómez ya consolidada Venezuela como productor petrolero, se enrrumbaba el país hacia nuevos estadios de modernidad y bienestar colectivo. Tú, Manuel Celestino; -crucificándolo obstinadamente- debiste irrumpir en tu tiempo y tu espacio con las necesarias críticas que en esos instantes la patria reclamaba. Has debido escuchar con atención, el mensaje de la sangre de lo más valioso de nuestra gente; que comenzaba luctuosamente a verterse. En tu descargo, es evidente que los liderazgos emergentes post-Betancourt; y/o la mayoría de ellos; ya corrompidos y ebrios de apetencias crematísticas. De espaldas a la grandeza patria. Se afanaron en hacer cambios que garantizaran dentro de “marcos institucionales” la permanencia y la explotación a las masas trabajadoras por parte de terratenientes trucados en hombres de negocios. El aglomeramiento exponencial de campesinos desamparados y marginados en los cerros de nuestras ciudades, a fin de convertirlos en alienados trabajadores obreros, ignorando que al no existir plataformas industriales que les absorbiesen; las crisis catapultarían los desequilibrios sociales y agudizarían los enfrentamientos de clase. Aun latentes y no presentes en toda su desnudez y crudeza. Refundaron un estado prostituto y cabron. Cambiando su rol de garante y gerente supra social, a estado empresario nacional. Dispendioso y amoral, en el cual los subsidios y exoneraciones fueron del negociado particular; y las amenazas, riegos y acumulaciones financieras de perdidas; drenadas eran por el estado Democrático-Burgués y Pre-Neoliberal. Lo que hoy presenciamos, no obstante las buenas intenciones del ejecutivo y algunos hombres de honor. No son más que meros cambios ante la inconmensurable, urgente e inaplazable tarea de hacer una revolución. Y en consecuencia; redimirnos de tanta traición; de tanto dolor; de tanto desamor. Es un terrible crimen el que se ha cometido con nuestro querido país en la centuria del 1900 al 2.000. sin que podamos resarcirnos de tanta ignominia. Reordenar radicalmente al estado; e incinerar todo intento resurreccional de la burguesía y oligarquía apatrida; es un deber militante de todo Venezolano decente. Para eso, no se requiere en estos estelares tiempos, manu- militari. Al contrario; se requiere elevación de conciencia. Se requiere de un partido de masas. Se requiere de basamento ideológico científico. Radicalización del proceso de cambios políticos en curso; acelerando la nacionalización de la banca, los seguros, las líneas productoras y distribuidoras de alimentos en las cadenas proteicas animal y vegetal, etc. Esto, por su puesto en algunos Inter.-nos y a Chavistas por conveniencia, aterroriza. –No es mostrando crucifijos y amedrentando con discursos a nuestros enemigos de clase, internos o externos; que haremos la revolución. Fíjate Manuel Celestino; que ya nadie se acuerda de Alfredo Peña. En cualquier momento se fugaran o indultaran a los comisarios asesinos de Puente Llaguno. Pocos se acuerdan de la felonía de Camacho Kairuz. El joven fiscal Anderson, se revuelve de la tibiera en su tumba; y nuestro fiscal general ya no recuerda el caso ni nos indica en que estado procesal se encuentran las investigaciones sobre los culpables intelectuales de tal atrocidad. Mendoza se pasea sin que exista ningún tipo de sanción a sus tropelías. Carmona se escapo en nuestras narices; y Colombia quien abofeteándonos inmoralmente le asila, se niega a extraditarlo careciendo el estado venezolano de el valor suficiente para minimizar, reducir y/o eliminar entre otros rubros; las importaciones de calzoncillos, pantaletas, camisas y cuanto basuras mas nos llega de el “hermano país” a fin de darles por donde mas le duele a la cachaca y reaccionaria oligarquía granadina que nos perturba y ataca aplacer. El marinero de agua dulce despacha alegremente desde algún estado Suramericano. Curas venales de significación en la jerarquía católica venezolana, arremeten groseramente contra la presidencia de la republica, ministros y personeros del gobierno, y pueblo en general; sin que el Ejecutivo en prueba de carácter y soberana autoridad, reduzca sensiblemente o elimine, los subsidios y/o donativos a ese parasitario sector dependiente del anacrónico, sodomico, pederasta y anquilosado Estado Vaticano. El grueso de la población, ignora el paradero del adiposo, mofletudo y reo; general Rosendo. Ser, inmoral, oportunista, cobarde, tracalero y correlon. -Es natural que sucedan estas cosas; que nos amargan el alma Manuel Celestino-. Nuestro país transita cambios; no una revolución. No admito, Manuel Celestino; no acepto, que se me califique como anarquista. Que en el fondo, defienda la ausencia del Estado para acabar con tanta vaina. Nos conocemos hace muchos años y nuestros pensamientos fluyen cristalinos en nuestras discusiones de entrañables compañeros. No cabe lo pontificial. Lo discursivo. Abramos los infinitos y concretos espacios que lo racional y lo posible nos ofrece. ¡Desmontemos el estado burgués!

El silencio fue total. Las matas del patio; algunas cargadas de mangos, uvas de playa, cocos e hicacos, siempre bulliciosas al compás del viento, de repente se encerraron inmóviles en un azaroso asombro como presentando condolencias, preconizando desencuentros. Nos abrazamos y despedimos; sin saber que uno de los tres; que uno de nosotros, se marcharía prontamente hacia planos sin retorno. Que nuestra conversa de fraternos gladiadores; de feroces críticos; impenitentes discutidores y paridores de utopías, de sueños y redención. Llegaba a su fin en su trinidad existencial.

Un abrazo infinito y eterno querido compadre Manuel Celestino. Mis lágrimas te acompañan en la eternidad.


Julioc_br@hotmail.com


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Julio Cesar Belisario Rodríguez.

Revolucionario. Contador Socio Director de la firma Secoafin, SC. Belisario, León & Asociados. Contaduría. Auditoría. Impuestos. Asesoramiento Gerencial, etc.

 juliocesarb72@gmail.com      @SigloXXII78

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