La tragedia de Minneapolis con la caída del puente que ha dejado hasta el momento el desolador balance de ocho muertos, cien heridos y al menos cinco personas desaparecidas, es un lamentable accidente que no debió haber ocurrido, pues estamos convencidos de que jamás podrá tener justificación alguna. Allí hubo excesiva desidia y, sobre todo, ausencia de una política de mantenimiento responsable, pues ya han reconocido las autoridades federales del gobierno yanqui que hace dos años el puente fue declarado "estructuralmente deficiente", calificación esa que, conforme a las normas del país, significa que desde ese momento debía ser vigilado y ordenada con premura su sustitución, lo que nada de eso se hizo.
Pero veamos en ese terrible accidente su parte positiva para nuestro país: la posibilidad de que “reflexionen” aquellos venezolanos que lanzaron toda clase de descalificativos contra el gobierno por lo del viaducto al Litoral, cuando fue ese rrrégimen (!) tiránico de Chávez el que tomó las debidas precauciones para que allí que no se produjeran pérdidas de vidas, como en efecto nadie salió ni siquiera con un rasguño, pues en cuanto los técnicos del Minfra advirtieron el peligro inminente de su colapso, el gobierno tomó le decisión de cerrarlo al tránsito, ocasionando con ello una campaña mediática atroz e inconcebible, la cual se extendió hasta el colmo de ridiculizar la vía alterna que de inmediato ordenó el ejecutivo nacional que se construyera para paliar el grave problema que ocasionaba el cierre del viaducto.
Este es el tipo de conducta recurrente de una oposición desquiciada que la expresa a través de unos medios de información que lejos de cumplir con responsabilidad la misión sagrada que tienen de informar, hacen todo lo contrario porque se han convertido de manera abierta y descarada en operadores políticos para la desestabilización y la conspiración.
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