He sido testigo de la real preocupación por parte de la Comisión Nacional de Loterías (Conalot), de tratar de poner orden en tanto desarreglo.
Consientes de la gran carga que llevan en sus hombros, he observado cierta mística de parte de los muchachos encargados de transitar un camino escabroso y minado de más, donde pareciera que nadie es portador de algún grado de sacrificio.
Un círculo viciado de intereses personales y enlodados de todo tipo de artimañas mezquinas que sólo buscan el lucro personal en este ramo de los juegos de envite y azar.
(En lo que respecta a las loterías)
Un trabajo de enormes sacrificios que sólo busca que todos lo que conviven con los juegos de loterías paguen sus tributos como debe ser.
Aprendiendo sobre la marcha y tratando de corregir errores de parte de unos muchachos deseosos de servir y principalmente ser útiles al Seniat y al Ministerio de Finanzas.
Desearía que entre sus metas más próximas...
Esté antes que nada, la fiscalización de la pulcritud y el verdadero azar de las loterías, para terminar de una vez por todas tanta vagabundearía.
Nada lograríamos si viéramos en ellos sólo la preocupación del cobro de tributos.
Antes que eso, deben ser los portadores de la preocupación constante de velar por el dinero del pueblo.
Ante el acoso incesante de timadores profesionales, que no escatiman ningún tipo de oportunidad, al momento de buscar nuevas trampas en detrimento del bolsillo de nuestro pueblo.
Soy de los que piensan que la única manera de ver transparencia en las loterías, es que el Gobierno Nacional tome el toro por los cachos y ponga a funcionar la Lotería Nacional.
Las operadoras no son beneficiosas desde ningún punto de vista, al igual que los famosos banqueros de siempre, ni para las gobernaciones ni para el Estado.
Vergonzosos porcentajes (tipo limosna) han dado siempre a las gobernaciones y ni que decir de las donaciones de beneficencia que prácticamente no existen.
Con la implementación de una lotería nacional borraríamos de un solo plumazo las 90 loterías diarias que en forma vergonzosa observamos hoy.
Sorteos con niños cantores como se emplea en innumerables países del mundo, logrando con ello una transparencia que tanta falta hace hoy día.
Garantizaríamos AZAR y eliminaríamos al fin cualquier intento de manipulación en los sorteos por parte de vagabundos, que siempre que están agazapados para lograr alguna trampa. Los empleos en los puntos de venta no se verían afectados porque la suma de empleados sería la misma.
Se cobrarían los impuestos de ley y sin temor de ningún ilícito, al ser el Gobierno Nacional el garante de la pulcritud y declaración de ventas reales y no adulteradas por manos interesadas para tal fin.
Veríamos más temprano que tarde la real devolución del dinero del pueblo y para el pueblo, al lograr grandes obras de beneficencia que llegarían en su totalidad para nuestra gente sin ningún tipo de alcabala o adulteración.
Un software único y nacional administrado por el estado es la única solución viable, para resolver este verdadero despelote que existe hoy en las loterías y que es una verdadera vergüenza para nuestra revolución.
No existirá camino viable de éxito si no actuamos en forma contundente y precisa.
Vuelvo y repito lo escrito al comienzo: He observado ganas de hacer las cosas, en este núcleo de muchachos que ponen todo su empeño en lograr soluciones, en un problema muy escabroso y vital para lograr una de las metas de este proceso revolucionario.
Sólo podremos gritar... MORAL Y LUCES si logramos vencer el gigantesco foco de estafas y corrupción en la problemática de las loterías y los bingos y casinos.
Nadie tiene derecho de lucrarse con el dinero del pueblo...ese dinero que tiene que regresar a las manos de nuestra gente nuevamente.
La única manera viable de lograr tal fin, es que el Estado tome cartas en el asunto.