La bárbara e irreflexiva oposición venezolana

En este gobierno del Presidente Chávez, calificado de dictador y opresor
terrible, como nunca antes lo había tenido el país, ocurren estos hechos
que un señor embajador de España y Eurodiputado, de nombre Emilio
Menéndez del Valle, quien visitó Venezuela recientemente como
integrante de una misión especial de la Unión Europea, nos los relata de
esta manera (copia parcial tomada de este mismo diario Aporrea del
30/07/03):

El obispo de Caracas, de origen salmantino, dice que Venezuela es un
país más para psicólogos que para sociólogos. Yo he vuelto (de
Venezuela) trémulo, sobrecogido, por lo que he visto, leído, oído. La
periodística condena a muerte contra Chávez de la que hablo es literal.
Así la argumenta el 26-6-02 en Reporte (el semanario) el historiador
Guillermo Morón (1): "Es lícito matar a un gobernante cuando éste
incumple las leyes, comete injusticias y deja de gobernar. Eso es lo que
sería pertinente aplicar hoy en Venezuela".

También Omar Estacio (2) en El Universal (13-1- 03): "Un gobernante
corrupto, represivo, empobrecedor de su pueblo... debe ser remitido al
otro mundo. Cuanto antes, mejor, y sin preguntar demasiado". Este
señor no sólo aspira a ser un homicida de palabra, sino también a
especializarse en insultos al presidente. Así, en el mismo diario
(6-1-03) se desahoga de esta tan llamativa manera: "Es fácil prever la
deposición de un gobernante. En particular cuando es corrupto, inepto,
homicida... afeminado... bocón, ignaro... patán, chicanero... con
inocultables taras físicas y mentales. Cobardón... aguajero, mitómano,
charlatán, mofletudo, con antropometría de flatulento y corrupto".

¿Puede alguien insultar así a un jefe de Estado o a un simple mortal sin
consecuencias judiciales o administrativas para el insultador o el medio
que lo cobija? En Venezuela es posible.

¿Está libre de toda culpa Hugo Chávez? En absoluto. Pero, desde luego,
no se le puede acusar de encabezar un régimen totalitario a la cubana.
Todos reconocen que no hay presos políticos y que las libertades de
reunión y asociación están garantizadas. No existe censura, y la
libertad de prensa (libertinaje incluso) es, para desgracia del
Gobierno, absoluta. La oposición, hiperfragmentada, actúa a través de la
denominada Coordinadora Democrática, que agrupa nada menos que a 22
organizaciones políticas y a 38 ONG. Otro de sus dirigentes, Enrique
Salas Romer, afirma que "mientras avanza la democracia se agreden los
derechos humanos", refiriéndose a amenazas del Gobierno a empresarios y
a medios de comunicación privados. Esto último es probablemente cierto,
pero lo primero también. Que la democracia avance en un país como
Venezuela, en que una minoría ha controlado siempre la economía y el
mercado, significa que la mayoría de los desfavorecidos aumenta su poder
político y probablemente su resentimiento contra la oligarquía que
tradicionalmente la ha explotado.

Esta es una muestra muy pequeña de cómo actúa la oposición ilustrada de
la Venezuela siglo XXI. Es la oposición que difunde por el mundo,
gracias al inmenso dinero que maneja, que la patria de Bolívar vive una
horrible dictadura. Por supuesto que tamaña mentira nadie la cree, y
estas declaraciones que hace el diputado de la Unión Europea y que hemos
reproducido parcialmente, es una evidencia incontestable de esa gran
mentira.

Es por ello por lo que hemos considerado muy necesario darle a estas
declaraciones de ese ilustre visitante europeo, la más amplia
divulgación para desenmascarar tanta hipocresía y, sobre todo, la
inmensa y no menos asombrosa capacidad de decir mentiras de todo
tamaño, ocultando la verdad. Es algo realmente increíble que esto
pudiera ocurrir en algún lado del mundo civilizado, pero, ciertamente,
es así como sucede en esta tierra y que solamente es posible llegar a
convencer a alguien de que ello es así, si logramos que vengan a nuestro
país periodistas, políticos, intelectuales y hombres comunes y
corrientes de otras latitudes y permanezcan en él aun cuando sea un par
de días. Suficiente tiempo para advertir en primer lugar, la total y
absoluta libertad de expresión que tiene el país cuando vean la
televisión privada y lean la prensa escrita y, después, para que
observen y evalúe las patrañas e irreflexivas posturas de una oposición
que ya todo lo perdió y que aun cree poder regresar a seguir gobernando
como antes lo hizo para una “elite” y, además, continuar engañando
persistentemente a un pueblo por años, con una democracia que lo único
que le garantizaba a ese pueblo era la opción del voto a colores cada
cinco años, porque como no sabía leer, recibía como un “gran regalo”, el
poder seleccionar las boletas con los candidatos que más propaganda
tenían…(!), propaganda esa, por cierto, que se pagaba con dineros
públicos, pues la perversión llegaba a tal extremo, que cada partido
político recibía por vía presupuestaria, centenares de millones de
bolívares, lo cual no lo permite la Constitución Bolivariana de 1.999.


Ya no hay retorno posible para quienes destrozaron a este país sin
piedad. Impusieron una reforma agraria “sui géneris”, que acabó con el
campo y llevó a los campesinos a vivir hacia las afueras de las ciudades
en la miseria más absoluta (cuando cayó la dictadura de Pérez Jiménez en
1.958, sólo había un grupo muy pequeño de ranchos hacia el oeste de
Caracas, en un sector que se llama La Cortada de Catia). Los sistemas de
salud públicos los abandonaron y paralelamente formaron médicos con
mentalidad mercantilista, para quienes los pacientes eran clientes nada
más y no seres humanos y es en ello donde es posible explicar el rechazo
que en el gremio de la Federación Médica ha tenido el programa “Barrio
Adentro”, dirigido a los sectores más necesitados, los cuales sub-viven
en los ranchos que rodean la ciudad capital. Hicieron lo mismo con la
educación pública, para con ello fomentar y hacer de esa sagrada
actividad un negocio de alta rentabilidad. Quebraron las instituciones
crediticias estatales, las cuales sólo atendían los requerimientos de
los que más tenían y el pueblo no recibía ni migajas, simplemente porque
no tenía como garantizar nada. La impunidad campeaba a sus anchas en los
sectores pudientes, al punto de que ni siquiera se les sancionaba por
los crímenes más atroces que pudieran cometer (el caso relatado en el
libro “4 Crímenes, 4 Poderes”, escrito por un comisario policial que
pone al descubierto a los responsables de esos crímenes, pero que
ninguno es sancionado). Y, bueno… sería interminable relacionar cada una
de las atrocidades cometidas en esos 40 años de una democracia falsa que
únicamente sirvió para que unos pocos políticos corruptos y sus
compadres y amigotes saquearan los dineros del erario público y anden
hoy con la cara muy lavada recorriendo en el mundo como si no hubieran
roto un plato.

Hoy el pueblo ha tomado conciencia de su condición de ser humano con el
mismo derecho que esgrime cualquier otro a vivir en dignidad. A
transitar una patria en libertad plena, en donde impere la justicia por
sobre todas las cosas, como requisito irrestricto para que la paz sea la
compañera inseparable de todo proyecto que apunte a ser de Venezuela el
país grande y soberano que soñaron nuestros libertadores.

Iván Oliver Rugeles
oliverr@cantv.net
Caracas, Venezuela


(1) Historiador venezolano de extrema derecha, quien ha sido uno
de los pocos venezolanos de su especialidad que han traicionado a su
pueblo. Durante los 40 años del gobierno adeco-copeyano su voz jamás fue
escuchada para condenar atropellos y crímenes atroces (torturas,
asesinatos y desapariciones) que se cometieron durante el mandato de
esos partidos de la IV República.

(2) Omar Estacio, abogado y militante del partido Acción
Democrática, quien durante los gobiernos de esa comandita, ocupó
diversos cargos, entre los cuales se destaca el haber sido Presidente
del Centro Simón Bolívar, empresa del Estado que siempre fue señalada
antro de las peores corruptelas.


Esta nota ha sido leída aproximadamente 5183 veces.



Iván Oliver Rugeles


Visite el perfil de Iván Oliver Rugeles para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas