Una cosa que siempre me enseñaron a saber utilizar fue precisamente “las fuerzas disponibles”, hasta el punto que desarrolle varias tesis sobre este tema en mis años como docente en la AMV.
Una de las tácticas para vencer a un enemigo es sin duda conocer su forma y esta siempre posee un equilibrio; Usted tiene que buscar el punto de ese equilibrio y al golpearlo con toda sus “fuerzas disponibles” el enemigo se desajustara, perderá su centro de masa y el mismo caerá en resonancia abatiéndose desde sus bases.
El proceso político que vivimos posee su equilibrio muy bien explicado en la teoría del caos, siendo su punto máximo el pueblo; pero lo extraño es que es el propio gobierno, sin darse cuenta, que se esta auto golpeado con una serie de modificaciones en la Carta Magna y en las leyes tan absurdas como inoportunas políticamente, favoreciendo a la oposición abierta, colectiva e histórica contra los detractores del poder y la total obediencia hegemónica.
Hoy ese pueblo que fue adeco, copeyano y que se tiño de rojo no puede desconocer a Chávez; pero fue el mismo pueblo que desconoció a Emparan; entrego a Miranda; le cerró las puestas a Bolívar; expulso a Páez; asesino a Zamora, corono a Guzmán y después le tumbo sus estatuas; aplaudió y vapuleo a Carlos Andrés Pérez.
Todos ellos marcan los ciclos del pueblo descontento y hoy sabemos que no sólo reina la pobreza, también sabemos la carga en una opresión psicológica que los agobia; tanto como la burocracia desmedida hacen desaparecer los artículos esenciales en el país.
Nuestro pueblo se enfrenta a una jerarquía explotadora, mantenidas en el poder por los colonizadores que ocupan las buenas intenciones de Chávez; hoy la estructura del poder esta unificada pero los cambios que vendrá con la nueva geometría del poder provocara conflictos, resentimientos y trayendo desacuerdos entre los distintos niveles del poder.
El odio existente en el pueblo contra el ‘establishment’ hace que no exista un frente unido para defender el chavismo en las elecciones de diciembre; sí sabemos que los bolcheviques partieron del hambre y de la derrota militar; o en la Alemania nazis que utilizaron la derrota y la desesperación de una primera guerra mundial… hoy nuestro pueblo tiene poco que perder con algún cambio brusco de derecha o de la nueva corriente que no cree en el Pato Donald, ni en la imagen ‘made in USA’ del Che.