Aunque creo en el voto como bastión fundamental del proceso democrático y revolucionario venezolano, me niego a compartir esas críticas que prácticamente satanizan a los electores que decidieron no sufragar en el referendo del 2 de diciembre, acerca del proyecto de reforma constitucional.
Por el contrario, así como se les endosan epítetos denigrantes , también se podrían considerar un ejemplo de lealtad y fidelidad. Para estos electores, hubiese sido muy fácil llegar al centro de votación y sufragar en contra del proyecto, pero no lo hicieron. Más bien prefirieron quedarse en casa.
Surgiendo así interrogantes dignas de exponer: ¿Por qué dudar que lo hicieron para no traicionar sus ideales y el proceso revolucionario que abandera el presidente Hugo Chávez? ¿Por qué no pensar que se trata de un mensaje que un sector de bolivarianos quiere hacerle llegar directamente al Presidente, sin pasar por esos filtros que se organizan entorno de él y que parecieran verlo todo bien, cuando la población experimenta lo contrario?
Aquí, antes de continuar, permítanme, mis amigos lectores, hacer una pequeña observación, sobre todo a los funcionarios gubernamentales y otros voceros que de cierta forma tienen como objetivo encausar el proceso revolucionario.
El socialismo no es una cuestión de condición ni de apariencias, sino de ideales y, sobre todo, justicia social; por eso no puede ser igual para una persona asumir esta doctrina con una camioneta Hummer en el estacionamiento de su residencia, que otra en un rancho de un barrio sin cloacas, plagado de necesidades, sin esperanza de obtener un carro alguna vez en la vida.
Sin embargo, preocupa como algunos altos dirigentes del gobierno no se dan cuenta de esta contradicción que, sin duda, hacen un grave daño a la revolución bolivariana.
Se plantan frente a las cámaras de televisión con una opulencia y riqueza inocultable, se rasgan la vestidura por el socialismo del siglo XXI y, con la cara bien lavada, piden el apoyo a esas personas que prácticamente no tienen nada.
Luego hay un referendo con tres millones de abstenciones y algunos los ven como apátridas. Están equivocados. Observemos más bien que quiso decir esa gente que no votó por el “SI”, pero tampoco quiere a la oposición.
Igualmente analicemos un aspecto que, en mi caso particular no entiendo, pero hay que ponerle mucha atención porque sale de las comunidades, del pueblo. Fue un clamor de muchos durante la campaña del referendo y nadie lo tomó en cuenta.
“Estoy con Chávez, pero no con la reforma”, decían. A mí eso realmente me parece un disparate. No sé como en política se puede estar del lado de un dirigente y no con su proyecto. Voté por el “SI” porque creo en la propuesta del máximo líder revolucionario.
Pero, amigos lectores, en estos momentos, ya ese no es el caso, sino ver que hay un planteamiento en el ambiente que el proceso no interpreta y debe tomarse en cuenta. Son tres millones de votos, repito, que se le restaron a la propuesta chavista.
Pienso que esta revolución debe mirarse hacia adentro. No estaría mal que en lugar de decir lo que se ha hecho, veamos lo que no se ha hecho. Mejor: lo que se ha podido hacer en beneficio del pueblo y no se ha hecho y ¿por qué, si los más necesitados son la razón de ser de este proceso? ¿Qué o quienes han fallado? De allí se podrían sacar muy buenas conclusiones.
Sin pretender desmeritar los logros de esta revolución que son obvios, debe averiguarse ¿cómo van las obras de envergadura en el país? En el Zulia hay casos interesantes para evaluar ¿Cómo están las misiones, pilar fundamental de esta revolución?
Ahhh y otro caso importante que siempre se pasa por alto: La dirigencia chavista de los barrios miserables, esos que tienen como objetivo la dura tarea de convencer y sacar a las personas de esos ranchos, para que vayan a votar por el proceso. ¿Sabrá el alto gobierno en que condiciones se encuentran?
Así que, a mi juicio, son muchas las interrogantes e inquietudes a las que se les debe dar respuesta, antes de salir a calificar de antipatriotas a las personas que se abstuvieron o disienten de algún aspecto de la revolución.
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