¡Tranquilos! con Colombia jamas habrá guerra

Especular con la posibilidad de una guerra entre Venezuela y Colombia es tan igual a especular si pondremos una nave tripulada en la Luna. Es más posible que venezolanos y colombianos juntos pongamos una nave tripulada en la Luna, a que nuestras Fuerzas Armadas crucen la frontera para comenzar una guerra entre primos, los hijos de las dos hermanas: Venezuela y Colombia. Son múltiples las razones que impiden tal despropósito. Vamos a tratar de señalar algunas de esas razones que se nos ocurren:

Razones históricas: (1) Nuestros vínculos ya existían en las comunidades aborígenes. (2). El levantamiento Comunero (Galán), se extendió desde El Socorro hasta Mérida. Luego vino la lucha de independencia que nos unió en un solo pueblo. Hablamos de pueblo no de oligarquías apátridas. (3) Durante los años de vida republicana, los venezolanos han encontrado refugio en Colombia y los colombianos en Venezuela por razones políticas, problemas personales, catástrofes naturales (por ejemplo, el terremoto de Cúcuta, 18 de mayo de 1875), por relaciones comerciales (el gran ferrocarril del Sur del Lago que desde Bochalema pasaba por Cúcuta, Puerto Santander, Encontrados, La Fría, Estación Táchira, Orope, Santa Cruz, Santa Bárbara del Zulia, El Vigía) que hacía de Maracaibo el puerto del oriente colombiano. (4) Hace cien años Cipriano Castro preparó allá la invasión a Venezuela; y Rafael Uribe Uribe preparó aquí la invasión a Colombia que se transformó en la guerra de los “mil días”, que terminó en Palo Negro, el más grande enfrentamiento militar habido en Sudamérica por el número de soldados que participaron en la batalla. (5) En los últimos 50 años, los guerrilleros liberales recibían protección en Venezuela (Cheito Velásquez fue protegido por Pérez Jiménez). Y de Venezuela iban aprovisionamientos de armas, municiones, medicinas y alimentos para las guerrillas del Llano con Guadalupe Salcedo y Franco Izasa .(5) Las relaciones con las FARC han sido más distantes, por cuanto surgieron en la cordillera occidental (el Pacífico); en tanto que han sido más estrechas con el ELN que surgió en la cordillera oriental, más cerca de la frontera venezolana.

Relaciones económicas: (6) En los últimos años la política del presidente Chávez ha sido de mano tendida y sincera hacia Colombia, lo cual ha elevado el intercambio comercial a seis mil millones de dólares, favorables a Colombia (3 a 1); más el oleoducto de la Guajira; más convenios beneficiosos a los dos países; más proyectos y planes para ser realizados en forma conjunta.

La industria colombiana recibe, comparte con nosotros las divisas de nuestro petróleo. Los empresarios colombianos están muy concientes de esta realidad y no van a arriesgar ese mercado cautivo que existe al borde de la línea fronteriza, por los caprichos guerreristas de un presidente narcoparamilitar, que ha hipotecado la soberanía colombiana a la geopolítica de la Casa Blanca, para boicotear la integración o unión de Latinoamérica y el Caribe; y para que Uribe eluda la extradición que en justicia le corresponde por herencia de su padre narcotraficante, Alberto Uribe Sierra (en 1982 pedido en extradición por EE.UU.) (7) Colombia aun cuando tiene 400 mil hombres en armas, no puede emprender acciones militares ni con Panamá que no tiene ejército, por una razón elemental, no tiene retaguardia. La retaguardia del ejercito colombiano son las FARC y el ELN, además del odio que las mayorías colombianas sienten (campesinos desplazados, obreros, estudiantes, 33 millones de pobres), contra la oligarquía y su gobierno narcoparamilitar (40 congresistas, gobernadores, generales y el primo “querido” de Uribe, presos). (8) La verdadera retaguardia del ejército colombiano está formada por el ejército invasor de los EE.UU. que a pesar de toda su tecnología militar, fue derrotado en Corea, en Vietnam, está siendo derrotado en Irak, Afganistán y durante años ha sido derrotado por las FARC y el ELN. Además EE.UU, está tan empantanado, en tantos frentes en el todo el mundo (800 bases militares) que su economía no da para más: recesión en puerta, devaluación del dólar, créditos hipotecarios impagables, nueve billones de deuda, graves conflictos sociales internos. Ante estas realidades dejará tranquilos a Irán y a Venezuela (en busca de petróleo), por cuanto ello dispararía los precios del crudo a niveles inimaginables y eso no se lo permite la Unión Europea ni China ni India ni Japón ni los otros tigres asiáticos. (9) A todo esto es necesario agregar el sentimiento que en toda Latinoamérica existe contra la oligarquía colombiana, que envió tropas a Corea (Batallón Colombia); que se alineó con Inglaterra y EE.UU. en la guerra de las Malvinas; que ha sido el único país de Sudamérica en respaldar la invasión a Irak. Y su gobierno, precedido por un presidente narcoparamilitar, con el pretexto de una falsa guerra contra el narcotráfico, reprime, asesina a sus adversarios políticos para mantener el dominio de la oligarquía; ejecuta permanente genocidio contra el pueblo colombiano; y además, vulnera la soberanía de los países limítrofes: Venezuela, Panamá, Ecuador, Perú, Brasil que deben incurrir en gastos militares para vigilar y cuidar la guerra civil que alimenta a la oligarquía colombiana. ¿Cuándo nos van a pagar los gastos que nos ocasiona esa guerra interna?

El gobierno de Uribe y su oligarquía perviven sólo por las muletas que le presta EE.UU. Es un gobierno acorralado por los movimientos populares que se agitan en Latinoamérica; por las FARC y el ELN, fuerza armada del pueblo; por los movimientos populares de obreros, campesinos desplazados, mujeres, estudiantes que en toda Colombia padecen la dictadura de la oligarquía y su gobierno paramilitar ¿Cómo es posible que el ejército colombiano, permanezca indiferente y sea cómplice de tantos atropellos contra el pueblo? ¿Acaso los militares no son hijos de ese pueblo?


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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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