Nosotros, los venezolanos, necesitamos deslastrarnos de tanta teoría neoliberal que durante años se nos vendió desde acreditados y connotados institutos universitarios, como el IESA, Caracas. Tal es el caso de la teoría referida a los precios competitivos, que hallan en la devaluación monetaria una supuesta ventaja de compraventa en los mercados internacionales.
Nuestros recursos no renovables son la primera fuente de ingresos, y lo seguirá siendo durante décadas, con unas mercancías que no tienen ni han tenido competencia. USA nos compra petróleo porque lo tiene más cerca y más barato; sólo por eso. Si no fuera así, cómo nos explicamos el paso meritocrático de tanto empírico por las oficinas y laboratorios ejecutivos de esas compañías, como, por ejemplo, hoy Pdsva y antes Shell, Creole, etc. Quienes han demostrado incapacidad técnica a cambio de tramposerías contables no pueden administrar competitivamente ni siquiera una modesta bodega. Lo que pasa es que nuestra subconsciente alienación nos ha hecho creer que esa gente sabe mucho (fastidiarnos y expoliarnos, no digo que no).
Ese mojón de industrialización exportadora es medio chuzo ideológico que se nos infiltró y entró muy adentro en quienes se mostraron como débiles analistas, académicos incluidos.
En consecuencia, mientras más dura sea nuestra moneda, muchísimo mejor. Es mi criterio sin necesidad de citas ni refrito alguno.
Sólo la ingenuidad nos puede llevar a compartir una política devaluacionista que enriquece más a quienes tienen que comprar nuestros bolívares para adquirir nuestros recursos básicos. Los importadores pagan con dólares; el problema se presenta cuando un industrial extranjero sito aquí tiene que adquirir bolívares para operar en nuestro territorio con fines de exportación. ¿Acaso se les olvida que Pdvsa y sus filiales tienen que convertir en el Banco Central sus divisas en bolívares para pagar sus nóminas e insumos criollos? La devaluación también beneficia en mucho a la gente de altos recursos que necesitaría dólares baratos para pasar sus fines de semana en Miami, o tener sus hijos en onerosas y suntuarias academias del Norte, cosas así.
Ya es bastante que si la dinámica interna de nuestra economía nos fuerza a una devaluación coyuntural, tengamos que sufrirla, pero que sea producto de una política dirigida desde Miraflores para un abaratamiento de nuestros exportables en el exterior, esto es otra cosa, y este es el caso que confrontamos con un anteproyecto de ingresos y gastos nacionales con estimados ya dictaminados que predevalúan nuestra moneda.
Con esa política y paridad devaluacionista, claro que Pdvsa adquiriría más bolívar por dólar, pero se trataría de bolívares hueros. Y en cuanto a las trasnacionales radicadas en nuestro país que exportan, también harían lo mismo, sólo que sus mercancías terminan abaratándole la vida a los consumidores extranjeros y/o llenándoles los bolsillos a sus empresarios.
NO a la POLÍTICA DEVALUACIONISTA.
El programa nacional de reactivación económica endógena busca, en primer lugar, el autoabastecimiento, y no la exportación. Tenemos que cuidarnos de esos libros escritos en el pentágono y en las universidades neoliberales del Norte y de la Europa aznariana.
Por lo demás, la incentivación de Pdvsa, su administración bolivariana hacen prever una aflujo de dólares que tenderán más a su baja que a su alza.
marmac@cantv.net
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