Desde que Hugo Chávez obtuviera la primera opción de ser el Presidente de Venezuela, mucha gente abordó el portaaviones que su candidatura representaba. Contrario a ello, incontables luchadores revolucionarios probados, que formaron filas en el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), tanto civiles como militares, además de los otros grupos subversivos de izquierda que insurgieran el 4 de Febrero y el 27 de Noviembre de 1992; quizás por falta de madurez política o por lo limitado y sectario de su análisis del momento histórico, quedaron relegados de la posibilidad de ejercer la dirección del actual proceso. Este error histórico, que aún persiste, permitió que algunos oportunistas y demagogos de la vieja escuela de los adecos asumieran la conducción del presente proceso revolucionario bolivariano, sin haber simpatizado, siquiera, con las múltiples luchas que ya venía librando el pueblo venezolano desde 1958 en contra de los intereses antisociales y antinacionales de la dirigencia tradicional puntofijista.
Hoy, cuando muchos de aquellos luchadores revolucionarios reconocen su error y tratan de contribuir con la caracterización del proceso revolucionario venezolano, se está presenciando una sorda batalla en la que, quienes tuvieron la buena suerte de olfatear la ventaja que representaba Chávez para sus intereses personales, ponen obstáculos diversos a aquellos a fin de no permitirles ningún espacio posible. Tal actitud corresponde al temor nada gratuito que tienen de ser desplazados, dada su limitada capacidad política e ideológica para corresponder a las exigencias que impone la Revolución Bolivariana. Pero, también es producto de la utilización un tanto inconsciente de tales personajes por parte de la nueva dirigencia, pensando, tal vez, en que son un mal necesario. Una simbiosis, por cierto, muy perjudicial para el avance y la consolidación del movimiento popular revolucionario.
De ahí que exista la necesidad de ir segregando a estos "bate-quebrados" paulatinamente, aunque la mejor manera de lograrlo es promoviendo la insurgencia de un auténtico liderazgo revolucionario. capaz de darle la direccionalidad y la fortaleza que requiere con urgencia el proceso revolucionario venezolano, independientemente de las miles de fórmulas que pueda idear el Comandante Chávez, lo que facilitaría, en consecuencia, ampliar y robustecer todavía más su indiscutible liderazgo. Esto representaría un nuevo y audaz salto cualitativo en lo que se refiere a la consolidación del proyecto revolucionario bolivariano, proporcionándole el carácter revolucionario que amerita y que demanda cada día la amplia mayoría del pueblo venezolano.
Además, hay que tomar en cuenta que los "bate-quebrados", por muchas ínfulas que tengan o exhiban para convercernos, no promueven la organización popular, menos su ideoligización. No les interesa, ni les conviene. Saben que si esto ocurriera, su lugar estaría de más y el pueblo mismo se encargaría de aislarlos y de castigarlos, de ser necesario. Frente a tamaña posibilidad, optan por formar cenáculos o cogollos cerrados, siempre maniobrando para distorsionar a su favor cualquier asomo de democracia directa que tenga lugar entre las masas.
Todo esto, hace de los "bate-quebrados" unos contrarrevolucionarios. Por lo mismo, deben ser combatidos en todos los frentes de lucha. será un combate fuerte e ingrato, quizás prolongado, pero imprescindible. Una tarea a ser asumida en lo inmediato, fomentando la discusión abierta y permanente de lo que es y debiera ser la Revolución Bolivariana y abriéndole espacios naturales al ejercicio de la democracia directa por las amplias mayorías que la respaldan activamente. Con ello, la Revolución Bolivariana podría avanzar sin tropiezos en la dirección correcta. Su futuro depende, en gran medida, del muro de contención que se erija alrededor de estos nefastos personajes de la revolución.-
HOMAR GARCÉS
REBELDE Y REVOLUCIONARIO
POR SIEMPRE!!!