El revocatorio: terrible tragedia para la oposición

Se afirma y a veces con cierta razón, que los venezolanos tenemos mala
memoria, pero en absoluto nos equivocamos si decimos en muy alta voz, que
los hechos terribles que ocurrieron el pasado año y comienzos del actual,
que crearon angustia en grado extremo a la población toda, aún permanecen y
permanecerán por muchos años vivos en la conciencia de un pueblo que ya
aprendió la lección y que ahora, con nuevos bríos y muy firme en defensa de
este proyecto hermoso de transformación social y económica en beneficio de
las grandes mayorías, impedirá hasta con su propia vida cualquier nuevo
intento aventurero y terrorista que pretenda destruirlo.

Esa aventura irracional no fue otra cosa que la respuesta de quienes
insurgieron con "carmonita" a la cabeza en abril/02, simplemente porque el
gobierno, actuando dentro de una excesiva tolerancia, optó por dejarlos
libres, no obstante que habían incurrido en flagrancia pública y notoria,
cuando fueron retenidos en Miraflores el día 13, luego de que actuaran como
gestores intelectuales y materiales de la toma del poder al margen de la
Constitución, dos días antes. Jamás entendimos la razón que privó para que
todos esos golpistas, como correspondía, no se les hubiera llevado a la
cárcel para que la justicia procediera a sancionarlos como lo estipula el
Código Procesal Penal en su artículo 373.

Estamos plenamente convencidos de que por no haberse actuado en esa ocasión
con la ley en la mano y la severidad que el hecho delictual de tanta
gravedad demandaba, no solamente fue posible que tuvieramos que ver, meses
despúes, a esos mismos delincuentes envalentonados provocar las arremetidas
violentas y terroristas en contra de la economía del país en diciembre,
enero y febrero pasados, con el apoyo incondicional y descarado de los
canales de la TV comerciales, sino que también produjo esa decisión
vergonzosa del Tribunal Supremo de Justicia que terminó por declarar
absueltos a los altos oficiales que dieron el zarpazo del 11 de abril/02,
cuando tuvo la desfachatez de sentenciar en agosto/02 que lo ocurrido ese
día con el defenestramiento y secuestro del Presidente Chávez, fue por
efecto de un "vacío de poder", figura esa que no está contemplada en nuestro
ordenamiento constitucional, además de que ello no fue cierto, pues debemos
recordar que una vez restablecida la institucionalidad democrática por la
fuerza incontenible del pueblo y la Fuerza Armada, el Vicepresidente de la
República para ese entonces, Diosdado Cabello, asumió el mandato
provisional, conforme a la norma constitucional, mientras Chávez era
rescatado de la isla de La Orchila, a donde lo mantuvieron detenido sin que
nadie supiera de su paradero, porque entre los planes de los sediciosos
estaba contemplado asesinarlo, como él mismo lo denunció al reasumir el
mando.

A más de año y medio de ocurrida tan descabellada aventura, hoy resulta
paradójico todo cuanto está aconteciendo. Quienes fueron los directos y
confesos responsables de esos fracasados intentos por salir de Chávez, se
han querido disfrazar, una vez persuadidos de los graves errores cometidos
por esa obsesiva conducta, de demócratas "ejemplares", defensores de la
libertad y amantes de la paz, convencidos (?) de que el pueblo es eunuco.
Esperan ahora, en esa línea, tratar de seguir engañando a la gente con un
revocatario del mandato del Presidente, cuando saben que no cuentan ni
siquiera con los votos necesarios como para solicitarlo, cuya cantidad,
conforme al artículo 72 de nuestra Constitución Bolivariana, debe ser como
mínimo el 20% de los inscritos en el padrón electoral, lo cual determina una
cifra no inferior a los 2 millones ochocientos mil sufragantes.

La convicción de que la oposición no tiene capacidad para activar ese
dispositivo constitucional para derrotar al gobierno está a la vista hasta
para el menos acucioso de los observadores. Cuando sus más altos y
conspicuos personeros claman por la instauración de una dictadura, como lo
ha dicho a viva voz un demócrata farsante como lo es Rodríguez Iturbe,
copeyano opusdeista desde su mocedad, parlamentario de la IV República y
canciller del gobiernito espúreo de "Carmona El Breve" y ahora más
recientemente lo revela Carlos Ortega en su conversación con su compinche
Manuel Cova, a propósito del nuevo proyecto subversivo que habían preparado
para el acto de la recolección de firmas, pero que, seguramente, lo
pospondrán para otro momento, luego de haber sido debelado por
parlamentarios del proyecto Bolivariano; o cuando la inefable exguerrillera
Angela Zago, quien debe haber colocado en las pocetas de su casa para
usarlas como papel "toilet" las páginas de sus libros donde relata sus
hazañas y experiencias ultraizquierdistas en la década de los años sesenta
en la búsqueda de un gobierno castrista y marxista, sin la menor vergüenza y
con la mayor indignidad, dice que prefiere a un general del Pentágono en
Miraflores que a Hugo Chávez Frías; o cuando los "héroes de Altamira",
secundados por una caterva de politiqueros de cuarta categoría y corruptos
voraces, denostan de sus copartidadarios de la Coordinadora Democrática
porque éstos no se atreven a continuar como actores dinámicos de la
estrategia golpista, como la única alternativa que, en sus elucubraciones,
les garantiza la salida de Chávez; o cuando vemos que el poder mediático
liderado por las cuatro jineteras de la Apocalípsis, RCTV, Venevisión,
Televen y Globovisión, así como los diarios El Nazi-o-nal y El Universal,
secundados por panfletos como el Tal Cual, continúan en la asquerosa línea
de seguir deformando los hechos sobre la base de mentir cada vez más y de
tratar de ocultar realidades que resaltan por su trascendencia, como son los
formidables y audaces programas sociales que ha puesto en marcha el
gobierno, tales como los planes educativos y de salud "Robinson", "Barrio
Adentro", "Sucre" y "Ribas", así como los relativos a la seguridad
alimentaria (Pesa y Mercal) y los de carácter financiero a la pequeña y
mediana industria (Banco del Pueblo y Banco de la Mujer), entre muchos
otros, cuyos resultados trascienden nuestras fronteras, son evidencias
claras de que la debilidad electoral de la oposición en su empeño por salir
de Chávez es una verdad del tamaño de universo.

El propio Jorge Olavarría, abogado constitucionalista y adversario
implacable del actual gobierno, le viene advirtiendo a la dirigencia de la
Coordinadora Democrática de sus cuentas alegres en relación al fulano
revocatorio, al punto de que en su columna de El Nacional del 21/10/03,
comprueba con cifras que las expectativas triunfalistas de esa dirigencia
están fuera de toda realidad. "¿Cuántos son?" los posibles votantes por el
sí, se pregunta Olvarría... y se responde, diciendo en su columna: "Los
estrategas de la Coordinadora que han señalado la cifra de 5 millones de
firmas tienen la palabra para decir la verdad, no para engañar con
malabarismos."


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Iván Oliver Rugeles


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