Aprendiendo de Lenin: Estado y Revolución
En lo que se refiere al primer intento de los Bolivarianos de derrocar el Estado Puntofijista en Venezuela, y después de capturar el Estado venezolano democráticamente a través de una serie de elecciones victoriosas, Lenin nos enseña lo siguiente. Según la teoría revolucionaria marxista (leninista), el Estado burgués clásico (incluso el Estado colonial y neocolonial) constituye el instrumento de dominación política en las manos de la clase burguesa y sus respectivos
representantes políticos en cualquier país del mundo, con el cual prevalece sobre la clase obrera, el campesinado y el lumpen-proletariado. Sus características principales son la burocracia y el ejército permanente, que constituyen su "brazo armado". La democracia representativa, no partcipativa, burguesa, con el sufragio universal, es, según Lenin, una gran farsa para distraer la clase trabajadora y
desviar la atención del hecho, de que nada se gana con "democráticamente elegir", cada cuatro o cinco años, el nuevo amo que reemplaza al anterior y que sigue explotando económicamente y oprimiendo políticamente a la gran mayoría de la clase trabajadora. Precisamente esto es lo que ha pasado aquí en Venezuela a través de las últimas décadas. También, se trata de destruir exactamente esta gran farsa del sufragio universal y de las elecciones o referéndos fraudulentos.
En vista de que, a largo plazo, dentro del sistema global, como Negación intrínseca del orden existente, ninguna revolución social es realmente posible dentro del marco de la democracia representativa y dentro del aparato estatal burgués, se plantea el problema de la relación entre la Revolución y el Estado. Como se ha probado históricamente, la burguesía jamás va a ceder el poder político (ni económico) de manera pacífica (lo que precisamente hemos podido comprobar en el caso de Venezuela); y de la experiencia de la famosa "Comuna de París" en 1871, donde después de haber controlado por varios meses el poder político de la capital francesa, se desató una salvaje represión en contra de los trabajadores
de la Comuna por parte de la "democracia burguesa", que acabó con la vida de miles de trabajadores, se saca la conclusión de que no basta, que las masas, la clase trabajadora, se apoderen de la maquinaria del estado, sino que la tienen que destruir y romper. Esto, de manera mucho más radical y consecuente, Bakunin y los anarquistas han exigido.
En este contexto, en la época de la globalización, del "neoliberalismo salvaje", de la dominación socio-político-económica del complejo corporativo-industrial-militar, de la desaparición del Estado particular y de la soberanía nacional, en vísperas del surgimiento del Estado Internacional Único, o sea, el "Cuarto Imperio" estadounidense, entre otras cosas, es menester identificar y revisar con precisión científica el significado del Estado Venezolano -- la dinamo actual de la Revolución Bolivariana. Parcialmente el "clásico" Estado burgués venezolano -- debido a la Constitución Bolivariana, los planes de revolucionar la economía, las leyes respectivas, y la reconquista de PDVSA -- está herido mortalmente, como consecuencia de la fuerte lucha de clases, entendida en el sentido marxista, desatada entre una lumpen-burguesía internacional parasítica, compuesta por los Cisneros, Mendozas, Capriles y "activistas" de tipo Plaza Francia, y las clases
pauperizadas, apoyadas por las Fuerzas Armadas Bolivarianas. Marta Harnecker ya ha hecho observaciones importantes sobre este particular militar de la Revolución Bolivariana.
Ahora bien, según Lenin, las tareas más urgentes de una democracia obrera participativa para destruir los dos ejes fundamentales del Estado -- la burocracia y el ejército contrarrevolucionario permanente--, son, primero, establecer la libre elegibilidad y sobre todo la revocabilidad de los funcionarios y la rotación constante de puestos; y segundo, la organización del pueblo en armas y la supresión del ejército opresivo permanente. Seguramente, aunque no exista referencia oficial a la teoría revolucionaria leninista, la revocabilidad de los mandatos públicos queda firmemente asentada en la Constitución Bolivariana. En cuanto a la rotación constante de cargos para precisamente evitar la fosilización y
burocratización, ésta todavía no se perfila. Respecto al delicado punto de la organización del pueblo en armas, cabe destacar, que este principio ha sido introducido en Cuba en función de su defensa ante los ataques constantes y feroces en contra de su integridad y soberanía - recuérdese la invasión estadounidense en la Bahía de los Cochinos, que el pueblo en armas junto a las Fuerzas Armadas, contrarrestó. En el caso Venezolano, el pueblo puede considerarse armado en cuanto que las Fuerzas Armadas de la República Bolivariana de Venezuela lo están firmemente apoyando, junto a su Constitución, dispuestos a defenderla; aún cuando en miras a la desestabilización promovida por la oposición en coordinación con fuerzas extranjeras, y hasta en miras de una posible intervención militar extranjera, se perfila, bajo la figura de los
reservistas, una creciente incorporación del pueblo a las filas del ejército.
De verdad, la Revolución Bolivariana es algo que el mundo no ha visto hasta ahora. Pero, para registrar esto, la conditio sine qua non es tener una mente sana, alerta y abierta. Cierto, con doctrinas, dogmas y ideologías obsoletos, inconscientemente, totalmente asfixiados en el adoctrinamiento y la manipulación de los medios de comunicación salvajes, nacionales e internacionales, saturados de la desinformación, no entenderemos nada de este espectro emancipador que corre el mundo globalizado fascista.
Lo Nuevo Real en los Trajes del Antaño
A causa del desarrollo igual, desigual y combinado, pero, también debido a la intransparencia de los procesos transhistóricos globales, también en Venezuela está ocurriendo lo que Marx ha explicado en su libro "El Dieciocho Brumario de Louis Bonaparte", donde se refiere al "autogolpe" del presidente de la República Francesa, Louis Bonaparte, quien en 1851 disolvió la asamblea nacional legislativa y concentró todo el poder político en sus propias manos. Marx explica, de manera introductoria, que todos los importantes hechos y personas de la historia universal
casi siempre ocurren o aparecen dos veces, una vez como tragedia, y la segunda vez, como farsa. Ejemplo típico de ésto son casos como la tragedia de las cruzadas y la farsa de las nuevas "guerras de liberación" de Bush; la tragedia de 40 años de "democracia" puntofijista y la farsa de la dictadura de "Pedro el Breve" (Carmona Estanga). Además, Marx hace una observación transhistórica importantísima, al destacar, que los actos verdaderamente nuevos que se llevan a cabo en el horizonte de la historia siempre se visten en la ropa de lo antiguo,
pero también como la paradoja de la existencia de una contrarrevolución sin que haya habido una verdadera revolución:
"Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y cuando éstos aparentan dedicarse precisamente a transformarse y a transformar las cosas, a crear algo nunca visto, en estas épocas de crisis revolucionaria es precisamente cuando conjuran temerosos en su auxilio los espíritus del pasado, toman prestados sus nombres, sus consignas de guerra, su ropaje, para, con este disfraz de vejez venerable y este lenguaje prestado, representar la nueva escena de la historia universal." (Karl Marx, El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Editorial Progreso, Moscú 1974. También véase:
http://www.narconews.com/comments/view/1/p11.20 )
Tenemos la fuerte sospecha, de que algo similar ocurre con la Revolución Bolivariana, que constituye, objetivamente, la primera frente de lucha, nueva y auténtica, contra la globalización del tercer milenio, y que al mismo tiempo presta sus símbolos, lenguaje y héroes de lucha de su pasado colonial de los siglos XVIII y XIX.
Logros de la Revolución Bolivariana -- del "Proceso"
La Revolución como Proceso
Mientras tanto la Revolución Bolivariana ha adquirido una connotación muy especial: "El Proceso". Todos los revolucionarios hablan del "proceso", están en proceso, luchan para defender "el proceso". Hay que notar que un proceso es algo contradictorio -- como una revolución sui géneris: la paradoja de la existencia de una contrarrevolución sin que haya habido una verdadera revolución -- es dialéctico, contiene una afirmación y una negación, en nuestro caso, ambas relacionadas entre sí mismas y con la Globalización Transhistórica de la Revolución Francesa misma. De que se trata, Harnecker explica:
"La revolución como un proceso Pero, si entendemos la revolución como un proceso que lleva adelante un proyecto que se propone en primera instancia pasar el poder político de un bloque social a otro y, a partir de ahí, ir realizando
transformaciones profundas en todos los aspectos de la sociedad. Y si entendemos que lo fundamental de ese proceso es ir creando el sujeto protagónico de la sociedad alternativa que se pretende construir, entonces sí podemos hablar de que el proceso bolivariano es un procesorevolucionario."
Aquí parcialmente está la explicación del concepto de la Revolución Bolivariana. Claro, en Venezuela el poder político fue conquistado legítima y democráticamente, fue cortado de su base económica, y pasó no sólo de un grupo social hacia otro, sino fue trasladado principalmente de la clase media y alta de Venezuela hacia las clases más bajas y pobres. De facto, consciente- o inconscientemente, éste es un resultado de la lucha de clases en Venezuela no sólo contra sus amos nacionales e internacionales que han estado saqueando a Venezuela a costa de las clases pobres, del 85% de la población, sino, en primer lugar, es un producto y una protesta contra el neoliberalismo salvaje, contra la
globalización, y, como sabemos, el 27/28 de febrero de 1989, miles pagaron con su vida. No es casualidad, que ésto coincidió con la caída del Muro de Berlín y con el fin del Apartheid en Sudáfrica, como también con la preparación militar estadounidense para conquistar el mundo entero y sus recursos. El "sujeto principal" de este proceso que está haciendo la revolución en la tradición de Bolívar y Miranda, pero también de Marat y Robespierre, es precisamente el Pueblo verdadero y auténtico, es decir, las clases humildes de Venezuela, junto a sus Fuerzas Armadas y su vanguardia, que es el gobierno de Chávez. Aquí también se ve claramente la herencia contradictoria Bolivariana de la Revolución Francesa (La Afirmación) y de la Revolución de Octubre (La Negación), de los dos lados de la misma Revolución dentro del sistema, del proceso histórico mundial universal.
La Herencia Constitucional de la Revolución Francesa
Hay otra herencia constitucional de la Revolución Francesa, que muestra la matriz transhistórica del proceso revolucionario. Se trata de los tres famosos resultados constitucionales que produjo la Revolución Francesa, a saber las constituciones de 1791, 1793 y 1795 respectivamente.
Aún cuando se habían proclamado los derechos humanos y civiles en agosto de 1789 y aún cuando se había eliminado, en los primeros meses de la revolución, el sistema feudal y los privilegios de los Estamentos, persistió la desigualdad respecto a la propiedad y educación, concediéndose el derecho a la actividad política exclusivamente a aquellos ciudadanos poseedores de propiedad y adecuadamente educados, más no a las clases humildes, vendedoras de su fuerza de trabajo y sin educación. Esta desigualdad estructural quedó anclada en la constitución de 1791, con el derecho al voto atado a la propiedad, elecciones
indirectas y la distinción entre ciudadanos activos y pasivos, adinerados y políticamente autorizados los primeros, y pobres y políticamente privados los últimos.
La constitución de 1793 o "Constitución Jacobina", aún cuando jamás llegó a entrar en vigencia, fue producto de la radicalización de la Revolución en respuesta a los ataques provenientes de los viejos poderes feudales europeos. Esta constitución adopta los principios de Rousseau de la democracia radicalmente directa y egalitaria, sin separación de los poderes los cuales yacen por igual en la asamblea popular, y estableciendo el derecho universal del voto; pasando así la revolución
de las manos de la burguesía pudiente a las manos de las masas desposeídas. Con la proclamación del derecho de resistencia y revolución cuando las circunstancias así lo requieran, y con la introducción de figura del plebiscito, se declara la revolución en permanencia. Esto fue mucho antes de Trotsky y su teoría de la revolución mundial permanente, y de nuestro intento de nacionalizar y globalizar la revolución.
En 1795 entró en vigencia la "Constitución Directorial" (el poder ejecutivo yace en manos de un directorio de 5 personas) con rasgos fuertemente restaurativos, al reintroducir la separación de poderes y un sistema de control (Montesquieu), al restablecer el voto atado a la propiedad y las elecciones indirectas, y eliminando los derechos de resistencia, revolución y renovación constante de la constitución
anclados en la constitución de 1793.
Estudiando la Constitución Bolivariana con cautela, se puede registrar similitudes sorprendentes e interesantes con la Constitución Francesa de 1793 o "Constitución Jacobina". Ésto -- y, por supuesto, la reconquista económica de PDVSA -- configura entre los logros más sobresalientes de la Revolución Bolivariana.
Summa summarum:
a) Palabras como "la revolución" o "la democracia" sólo son herramientas muy inadecuadas; ellas no piensan para nosotros, tampoco sustituye el pensar, es decir, la conceptualización misma. Cómo se llama algo, y cómo se piensa algo, son cosas muy distintas. Por eso, la Revolución Bolivariana tiene que ser aproximada con actos reales y pensamientos verdaderos, o sea, con Práxis Científica y Teoría Filosófica y no con Práctica Ideológica e Ideología Práctica.
b) No existen "revoluciones clásicas" ni para copiar ni para importar ni para exportar. Se hace y se piensa su propia revolución en el contexto transhistórico global. Las condiciones y relaciones transhistóricas, el contexto nacional e internacional de cada país, región o continente, a través del mercado mundial igual, desigual y combinado, determinan los cambios sociales contemporáneos contra- o prorrevolucionarios mundiales.
c. Aunque utilizando los "ismo" es netamente Ideología, es control mental, no obstante, dentro de la Negación de la Globalización, lo que esencialmente se entiende por los conceptos como cooperativismo, humanismo, humanitarismo, socialismo y comunismo, no importa como ellos fueron desacreditados, es revolucionario, emancipador. Por eso, el elemento cooperativista en la Revolución Bolivariana es altamente anticapitalista. Ésto es una de las pocas esperanzas de Latino América, Asia y otros países del mundo amenazados por el globofascismo.
d. Quien, con todas sus deficiencias humanas, por primera vez transhistórica, científica y filosóficamente, es decir, práxica y teóricamente, ha explicado qué precisamente es el capital, el capitalismo, el colonialismo, qué son fenómenos como la religión, el mercado mundial, la plusvalía, el valor de cambio, la lucha de clases alias la revolución, era precisamente un rebelde europeo radical, Carlos
Marx.
e. De no considerar los actos y las ideas anti-capitalistas de los verdaderos Carlos Marx, Federico Engels, Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht, V. I. Lenin, León Trotsky, Mao Tse Tung, etc., y su impacto libertador en el llamada "Tercer Mundo", es de perder totalmente la matriz revolucionaria de Josip Broz Tito, Ho Chi Minh, Ben Bella, Sam Nujoma, Robert Mugabe, Agostinho Neto, Amilcar Cabral, Walter Rodney, Samora Machel, Fidel Castro, Che Guevara, Salvador Allende, etc. Es
decidir sólo realizar la Afirmación burguesa dentro de la Revolución Francesa en contra de su inherente contradicción, es decir, su Negación proletaria; es escapar de una posible Transvolución Humana Global. Sólo transcender la contradicción capitalista es Emancipación. Sobrepasar la Revolución misma es Emancipación. Esto es no ser marxista, pero tampoco anti-marxista, es sobrepasar los dos.
f. Finalmente, como hemos visto, con todos sus heridos y debilidades de un doloroso parto transhistórico y global, la joven Revolución Bolivariana es un producto de la resistencia heroica de los billones de Pobres de la Tierra contra el Croesus metropolitano globofascista de los Cielos. No importa cómo se llama, este proceso no parará nada y nadie, porque la vida de la especie misma está en juego.
Entonces, ¡Adelante Venezuela, y el Mundo, a paso de la Revolución Bolivariana, a paso de Vencedores!