Amparándose bajo el ala del proceso de cambios en curso en Venezuela, aprovechando la popularidad de todo lo que tenga que ver con Hugo Chávez, montados en la ola revolucionaria, son muchos los gusanos en todo el país que aspiran, por lo menos, a ser lombrices. En todas partes aparecen como consecuencia de la putrefacción del viejo sistema, de la anciana república, y tratan por todos los medios de continuar presentes en los escenarios que les son propios: los sindicatos, los gremios universitarios, los partidos del gobierno, las organizaciones estudiantiles y cualquier otro sitio, mejor si la posición es remunerada como ocurre en los organismos gubernamentales o, aunque no se tenga sueldo, cerca de donde el dinero corra, para así correr con él y llenarse los bolsillos mientras dure el engaño.
Algunos, en su torpeza, se descubren muy rápidamente. No han terminado de llegar al sitio donde querían y ya están declarando cualquier barrabasada, no importa, lo que quieren es figurar, estar en la prensa y continuar engañando a quienes están a su alrededor, sobre todo si son los responsables de haberlo llevado a la nueva posición que se ocupa. Esto es más que evidente en organismos de carácter gremial, lo vemos mucho en las universidades, donde un supuesto dirigente si es expulsado, pide perdón, se arrastra para que lo reincorporen, llora y suplica, para luego, con su cara muy lavada, arremeter incluso contra quien le dio la medida de gracia. No existe el agradecimiento en esta suerte de seres.
¡Ah! Pero eso no es todo. Inmediatamente declaran que no tienen compromisos con el oficialismo. Llegaron por el apoyo que ese oficialismo les dio, pero ellos sólo tienen “compromiso con su gremio” y, sin haber terminado de declarar, se atropella para agredir de inmediato a quien en el gobierno considera peligroso para su labor de gusano. “Enfrentaremos a ese Director de tal dependencia, quien se ha ensañado contra los trabajadores, al aplicar manuales y tabuladores que redujeron el salario de nuestros agremiados”. Y comento yo: No sé en qué parte del país ha ocurrido que el salario de algún trabajador haya disminuido y no sé como el presidente Chávez lo ha permitido. Pero es que se trata de engañar a sus votantes y por ello no es capaz de presentar pruebas de ningún tipo. Se trata de parecer un gran líder, un gran defensor de los derechos de los trabajadores y eso no es fácil para el gusano.
Menos fácil será cuando sus seguidores se enteren que su institución estuvo entre las dos primeras donde se aplicó el manual de cargos y el tabulador antes de la llegada de Chávez al Gobierno, por lo que no puede ser el director agredido el responsable en este caso. El director agredido fue en cambio quien transfirió miles de millones a su institución, para que los trabajadores pudieran gozar de sueldos decentes, cuando él estaba suplicando que lo reincorporaran. Este gusano no llegará a lombriz; lo van a aplastar sus propios seguidores de hoy.
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