El viernes pasado se efectuaron las elecciones estudiantiles en la Universidad Central de Venezuela. Luego de semanas de reuniones, discusiones, encuentros y desencuentros, se logró la unidad de quienes están involucrados y trabajan por la nueva Venezuela, proceso liderizado por Hugo Chávez Frías, Presidente de la República. Nueva Venezuela también significa nueva universidad, de allí la importancia del triunfo que hoy resaltamos, sobre todo ante la existencia de una descomposición académica clara en la UCV, que se manifiesta actualmente en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, donde su decano se cree ungido de superpoderes y por encima de normas y reglamentos, incorpora estudiantes de nuevo ingreso en las carreras de derecho y estudios políticos, sin que los mismos hubiesen cumplido los requisitos exigidos para tal fin. Parece que el fenómeno “garcía aróchico” se extiende como epidemia desde Odontología de la UCV.
Triunfaron los bolivarianos sobre la coalición de todas las fuerzas opositoras encabezadas por los terroristas de Bandera Roja, coalición que se formó luego que la “Coordinadora antidemocrática” le ordenara a los dirigentes de los partidos opositores que se unieran en una sola fórmula electoral. No pudieron impedir la realización del proceso, como eran sus intenciones ante la segura derrota, pues nuestras denuncias tempranas en la prensa y la actitud firme del movimiento estudiantil lo impidió. Triunfaron los bolivarianos, a pesar de las presiones indebidas que en varias facultades ejercieron sus decanos, quienes se pusieron al frente de los estudiantes y los llevaron a votar, casi de la mano, por la plancha de los opositores al Gobierno Nacional. Triunfaron los bolivarianos, a pesar de que algunos activistas de los grupos incorporados en el proceso unitario mantuvieron una conducta agresiva y descalificadora de sus compañeros, como digno ejemplo de la conducta contrarrevolucionaria de “la pollina”.
Pero por sobre todo, triunfaron los revolucionarios a pesar de la ingerencia trasnochada de unos parlamentarios y que del proceso, quienes se aparecieron la noche antes y el día mismo de las elecciones a dictar su línea sobre por quién había que votar y por quién no. Nosotros, que somos de la UCV, que tenemos fuerza profesoral y estudiantil en ella, que tenemos más de tres décadas de lucha continua en todas sus facultades, su movimiento estudiantil y en todos sus gremios, y que hemos dirigido esa casa de estudios luego de un triunfo electoral contra AD, COPEI, MAS y Bandera Roja, cuando no existía el “portaviones presidencial”, nunca hemos ordenado que se proceda de tal o cual manera. Hemos promovido discusiones entre los actores y, en esta ocasión, se logró la unidad que nos llevó al triunfo. La actitud de estos compañeros nos llevó a perder el centro de estudiantes de los EUS-Bolívar pues, por desconocimiento, apoyaron y financiaron a la plancha de “Primero Justicia”.
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