No conocemos a la saliente ministra Edith Gómez, sino solamente lo que de ella hemos leído en los medios desde que fue designada para el cargo, de manera que si nos atrevemos a abordar el tema en relación a su intempestiva salida del gabinete, sin que hayamos conocido las causas que la determinaron, es porque en el corto tiempo que allí estuvo pudimos observar que abrió su despacho no sólo a las muchas comunidades que carecen de viviendas o habitan en ranchos insalubres fomentados en zonas desprovistas de todo tipo de servicios básicos, así como de alto riesgo, sino a sectores que vienen formulando críticas severas a los programas de construcción de viviendas de interés social, lo cual nos indicaba que había inaugurado una gestión que iba por buen rumbo.
Leímos en días bien recientes, por ejemplo, la bienvenida a esa política de puertas abiertas que comentaron destacados expertos urbanistas y arquitectos, de larga experiencia en el área, en la columna semanal que mantienen en el diario Últimas Noticias, “Aceras y Brocales” del 5 de junio último, en donde destacan dicha decisión como “una notable muestra de apertura y tolerancia poco común en los funcionario públicos de alto nivel, inclusive porque (la columna) ha sido muy crítica con la gestión del Ministerio.”
Pero más allá de que esa importante conducta apunta a que, efectivamente, la novel ministra quería hacer realidad aquello de la participación con la gente, también nos interesó saber, cuando leímos algunas cuantas noticias acerca de sus giras por varios estados del país, como Aragua y Carabobo, que se acercó a las comunidades afectadas por carencia de viviendas y/o porque muchas estaban a punto de colapsar por múltiples razones, una de ellas por causa de las inundaciones incesantes de lago de Valencia, en donde pudimos enterarnos, con agrado, que la funcionaria estuvo muy sensibilizada ante los problemas que vio con sus propios ojos, compartió, además, con las comunidades dentro de un gran sentido de solidaridad y de responsabilidad, y encontró al parecer soluciones inmediatas para algunos casos, según revelaba la información y en otros, ofreció buscarles los mejores arreglos en el más corto plazo. Agregaba la noticia, que la gente quedó muy impresionada por la calidez y sencillez como la ministra les atendió sus reclamos.
Hoy vemos que la prensa nos informa que gente del pueblo de los sectores de la carretera vieja a Los Teques, de varias comunidades aragüeña, de la parroquia Sucre y se otras zonas de Caracas, salieron a la calle a reclamar su salida e inclusive le han pedido al propio presidente que los visite en sus barrios para que conozca de primera mano y de fuentes confiables, el apoyo cierto y efectivo que la ministra Gómez les ha estado brindando para solucionar sus problemas, como nunca antes ocurrió, por lo que le ruegan que la devuelva a su cargo.
Este suceso es uno de los tantos que se dan en el país y que inesperadamente causan gran sorpresa, por lo que, apuntalados en ese sólo conocimiento mediático que tenemos de la persona de esta joven profesional y dada nuestra condición de revolucionarios que sólo buscamos que prevalezca la justicia donde sea que haya sido vulnerada, es por lo que decidimos escribir esta nota.
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