¡Fracasó el reachimbazo!

Como ya lo habíamos señalado, el llamado reafirmazo fue un fracaso; no hicimos una predicción, simplemente lo sabíamos porque era evidente, es decir, era presumible porque esa era la consecuencia de las derrotas de abril del 2002, del paro empresarial y petrolero de diciembre de 2002 y enero de 2003, de los mega errores como las fraudulentas recolección de firmas y los exabruptos del los pretendidos referéndum consultivo-revocatorio de febrero y marzo, contando con la complicidad delincuencial de la directiva anterior del CNE.

Después de tan contundentes y descomunales derrotas, la contrarrevolución quedó debilitada orgánica y políticamente, quedó disminuida, fragmentada, dividida, con un predominio de la línea terrorista y conspiradora en su seno impulsada por los ex militares gorilas que se atrincheraron en la plaza Altamira quienes, como antecedente a la implementación del llamado reafirmazo, impulsaron toda una línea terrorista de gran magnitud en el país que causaron gravísimos destrozos, muertes (los soldados y civiles mandados a asesinar por el Coronel “El Cuervo”), angustia y zozobra colectiva, y cuyos autores intelectuales y materiales ya han sido descubiertos, apresados algunos, buscados otros.

A la luz del fraude que hemos presenciado, se ratifica nuestro criterio de que la contrarrevolución nunca creyó en la salida del revocatorio, que en su espiral golpista y terrorista y ante las tremendas derrotas sufridas, buscaron utilizar la salida del referéndum como un comodín en sus políticas subversivas, de querer derrocar el gobierno constitucional de Chávez.

Cuando se toma como punto de referencia la extraordinaria movilización efectuada por el pueblo bolivariano de Venezuela para firmar y así solicitarle el referéndum revocatorio a 37 diputados traidores y golpistas, donde cuatro millones doscientas mil personas firmaron, es decir, cerca del 40% del padrón electoral venezolano actual, de inmediato nos percatamos que la posibilidad de que la contrarrevolución pudiera recabar el 20% de las firmas para solicitar el referéndum revocatorio al Presidente Chávez, resultaba cuesta arriba, entre otras razones porque en virtud de que el universo abstencionista ronda igualmente el 40% y del 20% que queda por lo menos entre un 5% y un 7% es voto bolivariano duro, no se olvide que las firmas recolectadas para revocarle el mandato a los diputados no abarcó el 100% del país sino un 75% de éste.

Cuando se destapa el fraude de la Coordinadora Democrática y de la contrarrevolución toda el sábado 29-11 y ya, por la calle del medio, el domingo 30-11, estamos en presencia de un nuevo y descomunal salto en el vacío, de un suicidio colectivo de un sector social poderoso, de la oligarquía económica, de un sector significativo de la clase media criolla y extranjera o de origen fundamentalmente europeo, de extrema derecha, alienada, estupidizada, fascista, bobolonga, manipulable, disociada sicóticamente.

Cuando llega a la recolección de firmas del 28 de noviembre, va herida de muerte por el golpe político que significó la recolección de firmas del chavismo, del bolivarianismo. Muchos de los dirigentes contrarrevolucionarios son esos mismos diputados que el pueblo les pasó factura. Una vez más subestimaron al pueblo venezolano y éste les dio una lección. Venezuela pasó a ser la democracia más libre, absoluta, participativa y universal del orbe. El poder popular originario, como el 13-04-02, volvió a actuar y dio su veredicto: ¡fuera los diputados traidores!

Ahora ¿qué les queda a los traidores, a los conspiradores? ¡A llorar al valle! A lamentarse con los dueños del circo, la CIA, Bush, a huir en masa del país y los que se queden a aprender la lección. Este es el momento para el remate de traidores y golpistas, de terroristas y anti patriotas. Ya no es posible dejarles que se vuelvan a recomponer políticamente ni el momento es de perdones ni generosidad. ¡Cárcel para los que cometieron fraude e ilícitos electorales! ¡Cierre o confiscación y traspaso a los obreros de las empresas golpistas que obligaron a sus trabajadores a ir a votar so pena de despido!

Ni una sola concesión a quienes pretenden destruirnos y han asesinado a los hijos del pueblo y creado graves problemas de abastecimiento. Los empresarios golpistas ¡que se vayan!, ya está surgiendo un sector empresarial más humano, más patriota, nacionalista, consustanciado con la revolución bolivariana y el antimperialismo, aliado del pueblo pobre, de los trabajadores.

¡Todos a la calle, a defender las conquistas revolucionarias y a obligar a las ratas a encuevarse (30-11-03) caracola@cantv.net


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Humberto Gómez García / Trinchera de Ideas

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

 humbertocaracola@gmail.com      @hgcaracola

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