Las venas abiertas de la revolución

"El desarrollo es un viaje con más náufragos que navegantes". Eduardo Galeano.

No voy a referirme a la obra del autor, "Las venas abiertas de América Latina", pero sí tratar de hacer un símil con el argumento de la misma. Nosotros nos hemos embarcado en la nave de una revolución con propósitos socialistas, inspirado, entre otros, en el ideario bolivariano. Y repetimos, para los que puedan tener alguna confusión doctrinaria, no queremos copiar modelos extranjeros del pasado ni del presente, Venezuela tiene su propia realidad y nosotros seremos los arquitectos de la nueva sociedad que anhelamos, del hombre nuevo que desea vivir en armonía con sus semejantes y con el medio que le rodea, con justicia social, con solidaridad y soberanía en todos los aspectos. No es un sueño, es una meta y tendremos que seguir luchando muy duro contra los huracanes y tempestades que a diario nos sacuden y que tratan de sacarnos de lo que ya se inició. Se dice mucho por ahí que "no volverán" pero esa frase no debe tornarse un cliché, una simple consigna de marchas y asambleas, debemos hacer conciencia de lo que eso significa y batallar para que se cristalice en los cuatro puntos cardinales. Volver a la "democracia" del pasado sería la debacle, el fin de la historia, el retorno del dominio norteamericano sobre nuestras riquezas, la entrega al capital extranjero, el reinicio del ciclo de pobreza y el alargamiento de la punta de la pirámide social y económica en manos de unos pocos. Lo importante es la CONCIENCIA que tengamos para enfrentarnos al enemigo lacayo y sortear los obstáculos con inteligencia y acertividad. Sin CONCIENCIA no hay objetivos claros ni argumentos como herramientas. Sólo con una profunda reflexión sobre la situación política y económica que hemos vivido los últimos 50 años podríamos despertar la conciencia necesaria, sin fanatismos, ni dogmas o prejuicios de cualquier especie. Debemos escoger entre ser náufragos de la revolución o tripulantes activos y concientes del puerto que deseamos abordar.

Es urgente e impostergable que resolvamos el "sangramiento" de varias arterias que amenazan con socavar nuestra revolución. No voy a decir nada nuevo pero sí a llamar la atención sobre algunos tópicos que siguen prácticamente intocables y no se vislumbra solución a mediano o corto plazo. Si no resolvemos lo que tenemos que resolver, entonces sí volverán. He ahí el dilema.

1º). El burocratismo en TODOS los ministerios y demás instituciones gubernamentales. Es muy poco lo que se ha hecho y los oposicionistas enquistados en esas dependencias seguirán trabajando para obstaculizar cualquier avance que beneficie a la población. El problema es bastante grave. Hoy hablé con una señora jubilada del Ministerio de Educación (el rey de la burocracia) hace cuatro (4) años y no le han pagado sus prestaciones. Fue a Caracas (con lo costoso que resulta ese viaje) y le dijeron que "no había dinero" para pagarle. ¿Hasta cuándo seguirá ese atropello a nuestros compatriotas?

2º). El Poder Judicial y el Ministerio Público. Esta "vena" es de las más sangrantes. Muchos Fiscales no tienen la suficiente conciencia patria y hacen lo posible para que el expediente se retrase y la causa caiga en punto muerto. Un ejemplo clarito: El gobernador del Zulia tiene varios expedientes encausados con pruebas contundentes y no ocurre nada. "Misterios de la ciencia". Por otra parte muchos jueces, a todos los niveles, también se venden por 30 monedas o entorpecen el caso para que no se haga justicia. ¿Por qué dejan libres, bajo el criterio que sea, a un violador, narcotraficante o asesino inveterado? Esos delincuentes compran "la justicia" y siguen cometiendo un sin fin de delitos. Todo esto trae como consecuencia la grosera impunidad y el destape de la inseguridad citadina y rural. El gobierno debe, con suma urgencia, tomar las riendas del combate directo al delito en todas sus formas, no podemos seguir esperando por una fulana ley de policía nacional mientras los compatriotas pierden sus vidas y sus bienes, y lo que es peor, su tranquilidad. En casi todo el país vivimos en paranoia constante, no sabemos si regresaremos a casa con nuestra cartera o si nos vemos en la morgue. El Zulia es un ejemplo notorio: los secuestros son diarios, se roban unos 30 carros por día (sólo en Maracaibo) y los atracos a personas y comercios son miles por semana. El gobernador no hace nada pues piensa, en su hueco mental, que así combate al gobierno para tumbar al presidente. Por ahí se nos está yendo la patria, señor ministro Rodríguez Chacín. Haga algo antes que sea tarde.

3º). El déficit de viviendas. El líder presidente lo ha intentado. Ha colocado a varios de sus amigos en el ministerio en cuestión

pero sin ningún resultado satisfactorio. Tenemos unos dos millones en déficit habitacional y al ritmo que vamos lo resolveremos en el 2065, más o menos. No entiendo porque no se utiliza el sistema prefabricado para avanzar más rápido. Si ya sé, las mafias enquistadas en Miraflores. ¿Cuántas instituciones del sector dependen del ministerio? Demasiadas y esa burocracia retrasa todo proyecto para construir unas 100.000 viviendas por año, como mínimo. Tendremos que seguir escuchando la canción de Alí: "que triste, vive mi gente, en las casas de cartón…"

4º) La errática política comunicacional. Hablar sobre esto es ya cansón y frustrante. Ayer vi en VTV como decían orgullosos, que cubrían el 80% del territorio nacional. ¿Y el otro 20% cuantos compatriotas suman? ¿Hasta cuándo debemos esperar para llegar al 99%? ¿Veinte años más? Eso por una parte. Y si a la Radio Nacional nos referimos, también están en deuda con los venezolanos pues no cubren la totalidad del territorio lo que es más factible hacerlo que con la TV. El presidente ha pedido cien veces que se concrete un plan comunicacional para enfrentar a la canalla conspiradora y lacaya. Y nada, no damos pié con bola. Tampoco vemos contraloría social en la voz del soberano expresándose por esos canales del gobierno, a excepción de la Radio Nacional donde sí se oye el reclamo del pueblo. Mientras la derecha endógena siga enquistada en Miraflores no avanzaremos mucho en ese aspecto. Allí, en VTV, no hay libertad de expresión para el ciudadano común que desea reclamar los derechos que la Constitución y la vida le otorgan. Y que alguien me demuestre lo contrario. Con la autocrítica avanzaríamos más rápido y con mayor firmeza. Y no hablemos del fantasmagórico CONATEL que no sanciona los delitos que a diario comete la TV privada, debatir el asunto es infartante, peligroso para la salud mental.

5º) El escepticismo colectivo. Esta vena es de mucho cuidado. Viene siendo la sumatoria de todo lo antes expuesto y algo más. Es un sentimiento negativo y pernicioso(lo vemos en la abstención electoral) producto de sumar los siguientes factores entrópicos: La impunidad, la inseguridad a todo nivel, la mala y pésima labor de alcaldes, gobernadores y diputados regionales y nacionales; la corrupción no castigada, las calles llenas de huecos, los barrios con aguas negras y sin asfalto ni escuelas; las innumerables promesas incumplidas por esos funcionarios que llegan al poder sea regional o nacional y se olvidan de sus compromisos pasando a ser auténticos tahúres de la política. Las policías con agentes ladrones y asesinos, el matraqueo en las fronteras y aduanas, el contrabando de gasolina y alimentos hacia Colombia, en fin, son tantos los cuestionamientos que deberían ser solucionados en el menor tiempo posible que pasaríamos muchas horas escribiendo sobre eso. Seguiremos con fe. El camino es largo y la nave se nos puede romper con muchos náufragos. Creemos en un socialismo venezolano.

efraingran@gmail.com


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Efraín José Granadillo


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