Ninguna revolución de corte socialista será un lecho de rosas ni un camino despejado, fresco y corto de andar. La incipiente ola de cambios que el presidente Chávez inició desde 1992 ha dado algunos frutos que no son poca cosa y sería fastidioso enumerarlos pues harto conocidos son. El enemigo lo tenemos omnipresente en los medios impresos y audiovisuales, en TODOS los ministerios y demás instituciones oficiales amén del mundo exterior con la mass media como punta de lanza. No es fácil lidiar con tantos adversarios al mismo tiempo, son muchos los frentes que se deben atender. El camino al socialismo bolivariano es la senda del filo de la navaja, si te descuidas mueres en el intento o el intento muere. Se necesita una percepción muy activa de los acontecimientos que se suceden a diario para adoptar medidas y posturas adecuadas y efectivas. Nuestro presidente hace el intento y quedará grabado en la historia universal sus ideas humanistas y su rechazo al imperialismo en todas sus formas. Su principal óbice para desarrollar un buen proyecto socialista a lo venezolano es el círculo de amigos que lo rodea. Muchos son aduladores de oficio, otros lo lisonjean por temor y algunos por ignorancia y/o falta de conciencia revolucionaria. Si el líder no está consciente de los variados frentes de guerra entonces se descuida y se debilita el proyecto socialista venezolano. Ahí está la clave.
En la medida que el líder fundamental se rodee de gente sincera y de conciencia revolucionaria, entonces su discurso se enriquecerá porque las ideas se elevan y el verbo consciente crece en octavas superiores. El problema estaría si el comandante no quiere escuchar y hasta ese punto no puedo opinar pues no pertenezco al anillo de poder de Miraflores. En público el comandante ha reconocido errores y ha escuchado propuestas de gente cercana y lejana al poder. Pero tiene sobreexposición mediática y eso produce desgaste en el discurso y allí sí podemos decir que no escucha consejos. Mientras más espacie sus apariciones en público más fuerza tendrá en sus alocuciones. Horas y horas hablando de temas similares es cansón y desgastante. Estar en un escenario y luego ir para otro distante o cercano le produce cansancio físico y le merma la calidad de lo que va a exponer. Aquí tampoco escucha consejo. Hay situaciones que podrían ser manejadas por algún ministro o funcionario de menor rango y así descansaría un poco.
También debemos considerar la crítica endógena sana de propósitos de rectificación. Él mismo propuso las famosas tres "R" y me parece una observación bastante acertada. Y muchos nos preguntamos: ¿No debe comenzar por casa la aplicación de esas tres "R"? En el canal VTV es muy pero muy difícil que se ventile una crítica sana al presidente y si alguien lo hace deberá asumir las consecuencias. ¿Se acuerdan del caso de Walter Martínez y los dos jóvenes periodistas que fueron solidarios con ese señor? El paraco Álvaro Uribe nos hizo el desagrado de visitarnos y la gran mayoría del pueblo chavista rechaza la presencia del terrorista de estado nº 1 de Suramérica. Solamente el compatriota Vladimir Acosta ha sido claro en su desacuerdo con la política exterior de Chávez con Colombia y lo hace por la Radio Nacional. ¿Por qué otros analistas o periodistas afectos al proceso no se pronuncian al respecto? ¿Saben por qué? Por MIEDO, por falta de personalidad y criterio revolucionario, nada más. Aquí por Aporrea hemos sido muy contundentes con decisiones infortunadas o desacertadas del presidente pero no todo el pueblo tiene acceso al internet, por tanto el universo de personas que nos leen es bastante limitado pero algo queda como semilla esperanzadora.
Esa regañadera en público contra nuestros aliados políticos también causa desgaste del discurso y alejamiento de simpatías. Los trapos sucios se lavan en casa, dice el proverbio popular y esa frase contiene mucha sabiduría. ¿Por qué no podemos protestar públicamente por la presencia de un delincuente continental como el narcoparaco Uribe, por qué? ¿Quién sale repotenciado de ese encuentro? Claro que el bandido de marras, eso es obvio. Y por más que usted, amigo Chávez, se esfuerce en justificar lo injustificable con ese presidentico, perderá más adeptos a su proyecto, entienda eso por el amor del Dios en que usted cree.
Permanecer en el poder por diez años con una popularidad alta no es tarea fácil. Los avances en el campo social han sido muy buenos y eso lo reconoce el soberano con el apoyo al líder que los promueve pero no se debe abusar de esa circunstancia. Considero que la grosera corrupción(que por lo menos es denunciada, cosa que no ocurría con la IV) y el monstruo del burocratismo amenazan seriamente la figura presidencial pues descalifica su discurso que no encaja con la realidad descarnada. Ejemplo: Todos sabemos de la enorme corruptela que se maneja en los hospitales públicos, impidiendo el normal funcionamiento de los mismos. Los médicos venezolanos ganan sueldos miserables y el ministro Mantilla se hace el loco en ambos casos. Muchas denuncias al respecto no llegan al citado funcionario ya que son bloqueadas en instancias anteriores y el mal sigue corroyendo a la revolución. Cuando el presidente toca ese tema no transmite confianza. El problema de la vivienda es otro "cáncer" activo. No damos pie con bola. Todas esas falencias laceran el discurso presidencial, lo debilitan y una muestra contundente de eso fue lo que ocurrió el pasado 2D, cuando se demostró que el discurso de Chávez NO caló en las masas para aprobar el proyecto de reforma. Se abusó del número de artículos, por culpa gruesa de la Asamblea Nacional y con la fulana geometría del poder que poca gente entendió. Nuestro amigo presidente creyó que sólo con su verbo el pueblo le apoyaría y vimos lo que ocurrió. Ese fenómeno se puede repetir en escenarios similares y allí si es preocupante y peligroso el asunto. Perder esta incipiente revolución sería la mayor desgracia para el país pues la derecha vendría con más fuerza reaccionaria y asesina, tal como se demostró en los aciagos días de abril 2002. Que Dios salve a la patria.
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