Las urnas listas para legitimar la dualidad de poderes que se vive en Bolivia, que virtualmente está partida en dos, con el líder indígena gobernando en el altiplano y sus rivales oligarcas manejando a su antojo el oriente y los valles del país
La Paz, agosto 8, 2008.- El presidente Evo Morales y sus principales opositores de derecha tienen el triunfo asegurado este domingo en el referéndum revocatorio que legitimará la dualidad de poderes que se vive en Bolivia, que virtualmente está partida en dos, con el líder indígena gobernando en el altiplano y sus rivales oligarcas manejando a su antojo el oriente y los valles del país.
Todos los pronósticos dan por hecho que Evo Morales y su vicepresidente Alvaro García Linera serán ratificados en sus cargos, al igual que los prefectos (gobernadores) de Santa Cruz, Rubén Costas, y el de Tarija, Mario Cossío, que son la cara visible de la oligarquía y los 100 clanes que son dueños de la tierra, de los grandes negocios y que saquean los recursos naturales.
Otros que serían ratificados son los prefectos derechistas Ernesto Suárez del Beni y Leopoldo Fernández de Pando, que son ganaderos latifundistas y que manejan a látigo y bala sus regiones. Todos ellos, junto a los sectores empresariales y organizaciones cívicas, lideran la oposición de derecha contra Morales y que han logrado gran apoyo popular al levantar la bandera de la autonomía. Otro que sería ratificado sería el prefecto de Potosí, Mario Virreira, que es leal al presidente Morales
En cambio, los prefectos que prácticamente están fuera del cargo, según todas las encuestas conocidas, son el ultraderechista Manfred Reyes Villa de Cochabamba, el oficialista Alberto Luis Aguilar de Oruro y el oportunista de derecha José Luis Paredes de La Paz.
De confirmarse estas previsiones, tanto el gobierno indígena – campesino como la rancia oligarquía tendrán sobradas razones para cantar victoria, aunque ésta no les alcance para modificar el actual panorama político que vive Bolivia.
NORMALIDAD EN LOS COMICIOS
A pocas horas de la votación, todos los conflictos han bajado de intensidad o se han esfumado en casi todas las regiones del país, lo que hace prever que la votación se realizará con normalidad, salvo los inconvenientes propios de este tipo de acontecimientos.
"Como Corte Nacional estamos dando señales claras para llegar al domingo 10 de agosto. Tenemos un organismo electoral cohesionado para administrar el referéndum, un padrón confiable y reglas claras para interpretar los datos de la votación", aseguró en las últimas horas el presidente de la Corte Nacional Electoral, José Luis Exeni.
CONFLICTOS A LA VISTA
Los conflictos, sin embargo, aflorarán cuando comiencen a conocerse e interpretarse los resultados y esté en disputa la aplicación de las normas definidas en la ley del referéndum 3850 o las disposiciones de la Corte Nacional Electoral que establece que los prefectos sólo pueden ser revocados con el 50 por ciento más uno de los votos por el NO. La ley 3850 establece, por el contrario, que es posible revocar a estos prefectos con una votación menor.
Estos problemas pueden ser especialmente agudos en el caso de Cochabamba, donde el prefecto Reyes Villa tiene un fuerte apoyo urbano en las clases medias y altas, pero un rechazo marcado en el campesinado, los trabajadores y sectores empobrecidos. Los problemas mayores vendrán, sin embargo, por la previsible doble lectura de los resultados electorales. En el cierre de sus campañas, tanto Evo como los prefectos de la oligarquía han anunciado que obtendrán una victoria arrolladora.
DOS PODERES, DOS GOBIERNOS
Concluido el referéndum, el gobierno de Evo tiene la esperanza de que “su victoria electoral” obligue a los prefectos y a la oligarquía a sentarse a la mesa del diálogo para concertar un gran acuerdo nacional. Evo quiere una alianza con la oligarquía y los 100 clanes para preservar la democracia representativa y fortalecer el funcionamiento del capitalismo andino. También quiere lograr la aprobación de una nueva Constitución Política que otorgue, por lo menos en lo formal, más derechos a las poblaciones indígenas, impulse el desarrollo capitalista de Bolivia y abra paso a su reelección a partir del 2010.
La derecha, en cambio, consciente de que hostigando al líder indígena ha logrado recuperar el poder en la mitad del país, ya no quiere ningún pacto con Evo, menos su nueva Constitución y su posible reelección, y apuesta a desgastarlo y a impedir que se mantenga en el gobierno más allá del 2010, cuando concluye oficialmente su mandato de cinco años.
LA TERCERA VÍA
En medio de estas dos grandes tendencias, los sectores más radicalizados de la COB postulan destruir el poder económico de la oligarquía y, al mismo tiempo, obligar a Evo Morales a ejecutar la agenda de la insurrección de octubre, que se sintetiza en gas, petróleo y minas para Estado, tierras para los indios y empleo y salarios para los trabajadores.
La COB ha convocado a un ampliado nacional para el 12 de agosto en el centro minero de Huanuni, donde se delineará un plan nacional de lucha en pos de sus reivindicaciones económicas y sociales, tratando de hacer realidad la agenda revolucionaria de octubre del 2003 y que se orienta a la destrucción de la oligarquía y, por tanto, va mucho más allá del tibio reformismo de Morales.