Bolivia y la medicina tradicional

Bolivia ha dado un paso de avance fundamental en el desarrollo de una medicina social, desvinculada del carácter de “mercancía” que el capitalismo ha dado a estos preparados terapéuticos. De acuerdo con la política del Estado plurinacional dirigido por el hermano Evo Morales, de ahora en adelante se ocuparán de producir medicamentos utilizando las técnicas de los ancestros indígenas en ese país bolivariano, conocida tradicionalmente por yatiris, kallawayas o sabios amautas. Entre los medicamentos a elaborarse están los que se emplearán contra la Diabetes y al SIDA, que hasta ahora han constituido un filón al que las transnacionales farmacéuticas han sacado el jugo, sin importarles el sufrimiento y la muerte de la gente.

Este es un paso enorme para el nacimiento de un estado de cosas favorable a los pueblos del mundo, en el cual las enfermedades, lejos de ser “oportunidades de negocios” para los chupasangres, pasen a ser motivos de solidaridad humana, a la cual deberá estar dirigida toda investigación científica, en vez de hacia la guerra y el enriquecimiento de unos pocos.

Generalmente los medicamentos patentados no son más que extractos de plantas, o las hojas de éstas desecadas, molidas y encapsuladas, para venderlas con etiquetas ostentosas, portadoras de marcas registradas y patentes, a precios de atraco a mano armada. En otras oportunidades el principio activo sólo existe en la etiqueta del fármaco o está tan diluido que el producto es inocuo.

La solución para la humanidad, más allá del ahorro para el pueblo que significa la medicina natural, está en una visión integral de la salud. No podemos dejar de mencionar la importancia del reconocimiento de los conocimientos ancestrales y tradicionales de los pueblos originarios.

Junto con Venezuela, pionera en el reconocimiento constitucional de los derechos indígenas y la medicina tradicional, Bolivia recorre, como miembro de la ALBA, el mismo camino hacia el socialismo, con el punto de vista y la manera específicas del pueblo boliviano, que en su mayoría proviene de los pueblos originarios, oprimidos y vejados por las clases dominantes, que no permitían el acceso al progreso de ese sector mayoritario del pueblo, hasta que apareció Evo Morales y cambió todo.

Uniendo la tecnología farmacológica ancestral con los actuales avances científicos, no dudamos que la ALBA avanzará en la recuperación y conservación de la salud del pueblo, con una visión socialista. Para ello es menester que los gobiernos revolucionarios y progresistas de este continente (y de todo el Sur), se mantengan, y cuando sean sustituidos legítimamente, lo sean por otros equipos que continúen desarrollando el poder popular.

2010 nos ofrece un campo plagado de obstáculos, y más adelante, se avizora el objetivo de la Soberanía y la Vida nueva para los pueblos, que no se obtendrá sin lucha. Pero los pueblos bolivarianos ya tenemos experiencia en vencer a un imperio.


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Andrea Coa


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