Vacaciones

Estas vacaciones han sido un problema. Los pasajes hacia Margarita por Ferry, avión, y me atrevería a decir que a nado, estaban agotados. La isla amenazaba con hundirse por el esfuerzo realizado en sostener la felicidad de los vacacionistas que no paraban entre playa El Agua y el Sambil, entre Pedro González y las noches de Pampatar. Tampoco faltaron los extremistas que huyeron bucólicamente a las piedras que formaron el principio de la humanidad, recorrieron El Paují, pernoctaron en el Capanaparo, la nieve se derritió en el pico Bolívar, etc.

La crisis se hace aún más patente en Maiquetía. Ni un boleto, ni un dólar más, ni un pasajero más podían despachar los destinos internacionales. Los vacacionistas aferrados a los sueños de nuestra decadente, decepcionante y vacía clase media, querían tocar la fortuna en los casinos de Aruba, Curazao y los negocios de las islas Caimán, siempre clandestinos e innombrables, ocultos off shore, pero muy benéficos, digo beneficiosos.

No hay nada como el Caribe para los piratas, para las buenas finanzas y el amor: El amor no: El sexo libre, anónimo y exótico. Pieles canelas, morenas, platos exquisitos y otras estereotipadas realidades del trópico.

Muchos no pudieron hacer otra cosa, y se quedaron en Caracas a presenciar la repugnante pugna entre los candidatos de la oposición, que visto y considerado que ni las encuestas ni las apuestas los favorecen, reinciden en el sueño de salir de Chávez por el camino más corto.

En vacaciones el tráfico tampoco ha abandonado Caracas.

Ya no se puede hablar románticamente de una ciudad colapso, sino de un tranca generalizada que ocupa las venidas de Altamira, Altagracia y Guarenas, Propatria, Las Mercedes, Petare.

No hay donde no conseguir un embotellamiento y son inútiles los boletines informativos. Todo es lo mismo, no se puede transitar ni de norte a sur ni de este a oeste. Al final se demostrará que la oposición tiene razón: este régimen atenta contra las libertades, es decir, contra el libre tránsito.

La línea editorial es el confusionismo, que no es una disciplina de Confucio, sino el auge, fuera de toda lógica, de la confusión, la duda, la incertidumbre, el miedo. ¿Quién será por fin el candidato del municipio Chacao, cuál el destino del Zulia, puesta por el filósofo Rosales en manos del paramilitarismo y el narcotráfico, batiendo record en secuestros, ajusticiamientos, sicariato, etc. Y William Ojeda el renunciante más notable y esforzado en pos de la unidad? El desacomodo sigue.

El mensaje mediático no varía, y como las imperfecciones de la revolución son asumidas y debatidas y hasta resueltas por los revolucionarios, no es la crítica el campo donde puede crecer la propuesta oposicionista, sino la violencia y cuanti más mejor. No hay cosa peor que ocio improductivo y es así como vuelven los llamados a incendiar las calles, a desconocer las autoridades, a salir del juego democrático y lanzarnos como sea a la violencia, a su actividad sin salida.

La muerte, como sabemos no es una respuesta, pero algunos ciudadanos la prefieren a Chávez y espero que esta vez tampoco lo logren. Espero que la alegría venza y podamos dominar a los especuladores, desestabilizadores y conspiradores que apelan a cualquier arma aunque los lleve al racismo, al caos y al enfrentamiento entre compatriotas. El demonio anda suelto y es bueno estar alerta, él no descansa ni siquiera en vacaciones.

stefaniamosca@cantv.net


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Stefania Mosca


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