Si en diez años hemos celebrado once eventos electorales, las elecciones deberían ser parte de la rutina y no la oportunidad de salir de Chávez. La campaña electoral y la participación ciudadana que supone la votación nacional se torna el escenario, como dicen los comunicólogos, para desestabilizar.
La acción mediática es inclemente, sus hacedores han perdido los escrúpulos y solo prevén el mal de la nación.
A pesar del casi rutinario enfrentamiento de las fuerzas políticas, obviamente "polarizadas", (y lo siento por Margarita López Maya, pero es así) en el cambio epocal que protagoniza la humanidad. Los medios muestran sus dientes, afilados, los mismos de siempre.
Denunciando, también para esta elección de hoy, la falta de democracia de la República Bolivariana de Venezuela Apartarse de la dictadura mediática global, tiene sus costos. Cada elección motiva la reacción, en bloque ( un bloque con grietas internas insalvables, usted me va a perdonar) de la "oposición" que se da a la tarea de desatar una serie de amenazantes afirmaciones corporativas, conspiraciones extremas, opiniones internacionales, cuando hasta el mismo Rosales sueña con volver a postularse como candidato (manquesea como alcalde nuevamente), hasta él, contra su propia naturaleza tan apegada al poder, el propio Rosales y otros dirán No hoy, finalmente.
Dirán No, pero no callarán.
Seguramente la clase media tenga razón y la política es una invasión, una tergiversación de lo único verdadero, las historias individuales, la intimidad, mis sueños, los discursos narcisistas frente a la psiquiatra. Estamos deprimidos. Ya no podemos más, dicen. Pero la lista para compras de ca- rros nuevos están que rebasan. No se consiguen ni papel toillette ni carros nuevos. Los abastos, a pesar del obvio ejercicio de acaparamiento para producir el efecto de la escasez están llenos hasta los tequeteques. Y las clínicas no dan abastos y coinciden en ellas, y no sólo en el Sambil, diverso estilos, diversas clases. Los pobres acceden a los servicios médicos.
Clínicas como el Ávila, La Floresta, el Centro Médico no pueden atender a tanto pobre si fueron edificadas y proyectadas para los ciudadanos de las urbanizaciones donde se yerguen.
Hoy es más sencillo, no es necesario "taparse los ojos y cerrar los oídos", como dice el insigne deformador de frases hechas, Manuel Rosales, si usted quiere que la enmienda permita la reelección de su alcalde, de su gobernador, de su diputado, de su presidente, este pueda postularse cuantas veces pueda. Es un procedimiento, una sinceración que acaso evite el tradicional raspado de hoya y saqueo indefinido del tesoro nacional, al final de cada periodo presidencial como sucedió en la guanábana de la IV República.
El voto de hoy nos ha costado un mes de zozobra. Gritos, acusaciones de todo tipo. El uso de la rebeldía estudiantil para canalizar la violencia. La difusión de la mentira para instaurar el miedo y la falta de confianza. Los peores augurios, las peores acciones. Y, sin embargo, seguimos soñando, es inevitable. Soñamos con el mañana, con la felicidad. Soñamos que soñamos y es cierto, hoy cuando voten va a ser sencillo. Si o no. Y tendremos la paz.
Escritora